Análisis del Bilbao Athletic 0 – 1 Real Zaragoza

Análisis del Bilbao Athletic 0 – 1 Real Zaragoza

Análisis del Bilbao Athletic 0 – 1 Real Zaragoza

Nuevo triunfo de un Real Zaragoza que se coloca tercero en la clasificación, a tres puntos de los puestos de ascenso directo. Pese al triunfo y el buen primer tiempo que realizó el equipo de Popovic en algunos aspectos, la segunda mitad volvió a ser la nota negativa, especulando con el resultado y sufriendo demasiado ante el colista de la Liga Adelante.

Planteamiento inicial

Imagen 1

Le lesión de Diamanka suponía un reto para el Popovic y el equipo. Sabiendo de antemano que el equipo no jugaría igual que cuando el senegalés hace acto de presencia sobre el césped, el técnico serbio no cambió las premisas que ya habíamos visto en anteriores partidos, así como el esquema.

Para sustituir al senegalés entró Abraham como interior zurdo, lo que hizo escorarse a Dorca a la derecha. Del resto del once titular destaca de nuevo la presencia de Ángel en la banda, que consiguió anotar el gol del triunfo pero que no termina de rendir como extremo. Pedro y Ortuño le acompañaron en el ataque.

El Zaragoza sin Diamanka

Queda claro que el Real Zaragoza es uno con Diamanka y otro totalmente diferente sin el senegalés. Ni Dorca ni Abraham son capaces de suplir al jugador más influyente en el actual Real Zaragoza. Ambos titulares, ninguno de los dos tiene la capacidad ‘box to box’ de Diamanka, así como también son inferiores en el robo en transición defensiva y en la presencia en área contraria.

Popovic decidió que Abraham ocupará el lugar de Diamanka en el centro del campo, poniendo a Dorca en la derecha y manteniendo el triángulo con el siempre correcto Morán. Cuando juega Diamanka, Dorca ocupa un rol mucho más estático, con más presencia en la salida de balón y sin prodigarse mucho en ataque. Sin el senegalés, Abraham y Dorca se turnaron las funciones, con uno de ellos siempre descolgándose en el ataque y otro ayudando a Morán. Incluso Pedro ocupó en varias ocasiones esa función de ‘ayuda’ al pivote zaragocista, dejando la banda izquierda para Abraham y Rico.

Imagen 2

Pese a una buena primera parte, Abraham no convenció como interior, siendo muy lento a la hora de robar y algo mejor en las transiciones ofensivas. Sin embargo la poca movilidad de los dos interiores respecto a la que ofrece Diamanka perjudicó a un Morán que pese a todo siempre encontró una salida. Mientras Diamanka multiplica las líneas de pase para el pivote, tanto Abraham como Dorca limitan las alternativas.

El trabajo de los extremos y el Zaragoza replegado

Con el tempranero gol conseguido por Ángel, el Zaragoza se vio en un contexto que no termina de beneficiarle. Cuando consigue ponerse por delante en el marcador, el Zaragoza tiende a perder el control del partido, algo que se puede ver en prácticamente todas las segundas partes que disputa el equipo. Lo mismo sucedió en el partido frente al Bilbao Athletic.

El Zaragoza controlo plácidamente la primera mitad, pero estuvo más pendiente de mantener el orden atrás que de buscar el segundo gol. Destacó especialmente el trabajo de los extremos, ayudando a los laterales hasta el punto de estar pegados a ellos aun cuando los locales tenían el balón es su propio campo. De esta forma, Ortuño conformaba la primera línea de presión mientras Abraham y Dorca formaban la segunda, con Morán adelantándose si algún jugador local bajaba a recibir.

Imagen 3

Sin un mediocentro con la suficiente capacidad de recorrido para llegar a las ayudas a las bandas, al Zaragoza le costaba robar el balón en zonas adelantadas. Cuando lo hacía, a menudo en la zona que queda entre Morán y los centrales, los extremos estaban tan retrasados que era imposible buscar el ataque rápidamente, obligando a Morán a contemporizar para esperar las subidas por las bandas. Las opciones por el centro quedaron limitadas por la cantidad de jugadores que dispuso el Bilbao Athletic en esa zona del campo.

En la segunda mitad el repliegue zaragocista se acentuó hasta el punto de olvidar la fase ofensiva. Solo la aparición de Sergio Gil, genial en la toma de decisiones, dio algo de sentido a las transiciones ofensivas del equipo. Con el equipo demasiado retrasado y el Bilbao Athletic apretando, las ocasiones para los locales terminaron llegando y solo Bono y algo de suerte pudieron evitar el gol del empate.

La presión del Bilbao Athletic

El equipo local, pese al empujón en la segunda mitad, mostró serias debilidades en varios aspectos del juego. Uno de ellos fue la presión, realizada sin mucho sentido. El Bilbao Athletic buscaba el robo rápido tras pérdida, pero lo hacía de forma demasiado impulsiva, sin orden, lo que provocaba basculaciones hacia los costados y espacios enormes en el lado contrario y, especialmente, en la zona de recepción de Morán.

Imagen 4

La primera parte del pivote zaragocista fue una de las notas positivas. Siempre correcto, Morán siempre encontró una salida, realizando cambios de juego y dando un paso adelante cuando sus compañeros no se ofrecían, con conducciones que superaban a los rivales y permitían abrir nuevas líneas de pase. Si algo agradeció Morán fue la entrada de Sergio Gil al terreno de juego. El canterano volvió a mostrarse como un candidato muy serio al once titular de Popovic, especialmente tras la lesión de Diamanka.

Pese a la victoria, las sensaciones del equipo siguen sin ser las esperadas. Demasiado sufrimiento en un partido en el que el rival ofreció muchas concesiones y de nuevo una segunda parte muy pobre, lo que ya se ha convertido en la tónica habitual. Es evidente que las bajas se hacen notar, pero el equipo tiene jugadores de calidad y el plan de juego no puede depender de un solo jugador.

Fuente de las imágenes: Canal+ y LFP
Artículo publicado originalmente en vavel.com

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