Real Zaragoza 1 – 1 Rayo Vallecano | Crónica

Real Zaragoza 1 – 1 Rayo Vallecano | Crónica

No, no la merecéis

La grada estalló. Cuando Embarba empaló un remate seco y curvo que dio con el balón en la red de un estupefacto Ratón, la castigada afición zaragocista explotó. Lo hizo mostrando toda su ira contra unos jugadores incapaces físicamente y débiles mentalmente que han llevado al equipo al borde del abismo. No podía ser verdad. No era posible que de nuevo el frágil edificio construido sobre la base del gol de Pombo se viniese abajo arrastrando a miles de corazones destrozados por la desgracia. Pero sí. El Rayo empataba en el último minuto y la anhelada salvación se escapaba por el sumidero de la impotencia.

La tarde nos presentó un paisaje árido de la mano de un horario infame. El sol bañaba todos los rincones de la Basílica y la afición se dispuso a cerrar una temporada infame que nos ha regalado decenas de momentos amargos. El Rayo vino a Zaragoza dispuesto a jugar al fútbol frente a un equipo, el de Láinez, agotado en el físico y exhausto en lo futbolístico. El entrenador aragonés dispuso el mismo dibujo que tan buenos resultados le dio hace unas semanas, pero sus peones ya no están para ejecutar un plan de semejante calibre. Además, enfrente se plantó un equipo muy bien organizado que se apropió del balón y lo supo manejar con buen criterio y talento. Fran Beltrán, Baena y Jordi saben a qué juegan y se aplican con gran dedicación a lo que Michel les pide que hagan. Eso fue suficiente para dominar el partido y eso que faltaba el veterano e inteligente Trashorras. Arriba, además, Embarba y Ebert sabían cómo hacer daño y a punto estuvieron de adelantarse en el marcador, pero los palos lo impidieron.

En esas estábamos cuando Isaac y Lanza tejieron una correcta jugada que dio con el balón en los pies de Pombo, quien enganchó un certero latigazo que supuso el 1-0. Grande fue la alegría del joven jugador y más aún la de una afición muy necesitada de estímulos positivos. El gol no era justo, pues el partido tenía color visitante, pero esto del fútbol es así de raro. En cualquier caso, el partido se ponía de cara y ahora empezaba la segunda parte, ese tramo en el que el Zaragoza suele tirar por la borda lo conquistado en la primera.

Láinez tuvo que echar mano de Feltscher a causa de un golpe de calor sufrido por Isaac. De este modo, además de la aportación de un muy cuestionado Xumetra en lugar del irascible Lanza, el entrenador pretendía bloquear las incursiones visitantes por esa banda, lo que había sido un enorme problema en los primeros 45 minutos. Sin embargo, el equipo cayó en el mismo error de siempre. Sus dos centrales retrasaron su posición y Zapater se incrustó entre ellos, lo que propició que tanto los laterales como Ros y Edu Bedia se echaran atrás, provocando un atasco que impedía que el balón saliera con limpieza. El Rayo aprovechó la circunstancia y comenzó un asedio tanto por las bandas como con balones diagonales que asfixiaron las combinaciones zaragocistas. Arriba Ángel se desgastaba en carreras inútiles a la búsqueda de los balones largos que Cabrera o Silva le entregaban con muy mala fortuna y ni Xumetra ni el incorporado Edu García supieron abrir líneas de circulación.

La grada comenzó a desesperarse. Cada vez con más frecuencia el balón rondaba el área de Ratón, que recibió varios remates inexactos pero francos. Si el Zaragoza llegaba a las inmediaciones de Amaya podía hacer daño, como Edu Bedia con un acrobático remate que rozó el larguero u otro remate de Ángel, pero eran acciones aisladas, muy poco frecuentes. Michel apostó por introducir a Javi Guerra y por jugar con tan solo tres defensas arriesgando pero sabiendo que era su oportunidad.

Llegaba el final del partido y los jugadores blanquillos notaron el temblor en sus piernas y en sus mentes. En muchas jugadas llegamos a contar ocho jugadores resguardados aterrorizados dentro del área, incapaces de expulsar el balón de la zona defensiva. Con ello el peligro se hacía muy evidente. La tragedia se mascaba y quien más quien menos contábamos los segundos desesperados, ansiando el pitido final. Pero no ocurrió. De nuevo antes del último minuto sucedió el error fatal, la equivocación bastarda, la torpeza excavada en el alma blanquilla. Feltscher despejó con la espinilla un balón fláccido que fue a parar a Lass para que este se lo acomodase a Embarba. Y los cielos se desplomaron sobre la Romareda.

 

FICHA TÉCNICA:

Real Zaragoza:
Ratón; Isaac (Feltscher, min. 46), Marcelo Silva, José Enrique, Cabrera; Zapater, Javi Ros, Edu Bedia (Edu García, min. 78); Manu Lanzarote (Xumetra, min. 56), Pombo, Ángel.

Rayo Vallecano:
Gazzaniga; Galán (Cristaldo, min. 82), Amaya, Dorado, Álex Moreno; Baena, Fran Beltrán, Jordi Gómez (Javi Guerra, min. 61); Embarba, Ebert (Lass, min. 46), Manucho.

Goles:
1-0: min. 21, Pombo; 1-1: min. 93: Embarba.

Árbitro:
Pablo González Fuertes (colegio asturiano)

Incidencias:
Partido correspondiente a la cuadragésima jornada de la Liga 1/2/3 disputado en el Estadio de La Romareda.

 

CALIFICACIONES:

Ratón: 2. Discreto trabajo. No se sacudió a la defensa de su área.
Isaac: 0. Sufrió lo indecible.
Silva: 2. Luchador pero poco eficiente.
José Enrique: 0. Juega con juego. Y se quema.
Cabrera: 1. Inexacto y fallón.
Zapater: 2. Tuvo que tapar muchas vías de agua.
Ros: 1. No está acertado en sus decisiones.
Edu Bedia: 2. Tiene talento y calidad. Casi mete un gran gol.
Lanzarote: 1. No supo leer el partido y aportó poco.
Pombo: 3. Buen trabajo. Con clase y buenas intenciones. Goleó.
Ángel: 2. Desasistido y mal acompañado.
Feltscher: 0. Errático y torpe.
Xumetra: 0. Lento y apático.
Edu García: 1. Pone interés pero no aporta soluciones.

 

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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