R Oviedo 2 – 2 Real Zaragoza | Crónica

R Oviedo 2 – 2 Real Zaragoza | Crónica

Ganaremos

El Carlos Tartiere es un estadio duro, rocoso y poco amable con el adversario. Tanto como el fútbol que plantea el entrenador del Real Oviedo, nuestro bien conocido Anquela. Sus equipos, ya lo sabemos, practican un fútbol de masa fornida y pocas grietas y estas, cuando las encuentras, ofrecen poca holgura.

El Real Zaragoza se presentó en la capital asturiana con la noble intención de oponer una resistencia inteligencia y aseada, a base de jugar al fútbol y manejar el balón como solo los buenos lo saben hacer. Era, es y será su idea, eso ya lo tenemos muchos muy claro y con esos argumentos estamos aprendiendo a convivir. Y lo pretendió desde el principio, aunque el Oviedo sabía lo que tenía enfrente y trató de romperle los esquemas Natxo González porque sabía que ahí estaba la clave del choque.

Mientras pudo, el Oviedo organizó una maraña empalagosa y fiable que torpedeó a los jugadores ayer rojillos. Hizo papilla el esqueleto zaragocista, que aun así se acercó con alguna holgura al área de Juan Carlos. Este pudo comprobar que enfrente había un jugador que lanzaba las faltas francamente bien y tuvo que esmerarse en el minuto 4 para impedir el primer gol a lanzamiento de Zapater. Fue una ocasión extraordinaria que acabó en corner, pero se abría así el tarro de algunas esencias. Comenzó en ese instante un eléctrico periodo de acciones puntiagudas que auguraban la llegada del gol del Oviedo. No había forma de contener las corrientes futbolísticas que el equipo carballón construía con facilidad y en una de esas avanzadas llegó el primer gol. Una falta al borde del área la lanzó Níguez y batió a Christian. Era el 1-0 y una bofetada en la mejilla del joven grupo aragonés.

Pero lo peor estaba por llegar. Poco después llegaría el 2-0 y además de la peor manera posible: a lo tonto. Fue una jugada pésimamente defendida y peor gestionada en su tramo final. El equipo no se lo podía creer pero la verdad incuestionable es que el Oviedo vencía por 2-0 y el panorama se oscurecía abruptamente. No había mucho donde agarrarse salvo en la fe que tenemos en este equipo y en el buen trabajo que está realizando Natxo con estos muchachos que poco tardarían en devolvernos con su juego y con dos goles esa confianza.

Sería Mikel quien lograría el primer verso de esperanza. Buff botó un corner y el vasco enganchó una jugosa volea que sirvió para marcar el 2-1. El Carlos Tartiere se frotaba los ojos porque nadie podía creer que con todo lo que habían hecho sus chicos fuese razonable aceptar una renta tan exigua. Y más que se los iban a frotar cuando poco después el capitán zaragocista, ahora sí, logró un excelente gol tras convertir una falta directa. La celebración con su gente, nuestra gente, pasará a formar parte del imaginario zaragocista y si no, al tiempo.

El partido estaba nivelado y ahora iba a venir lo mejor. En el descanso Natxo redefinió su discurso y cuando los chicos volvieron al campo comenzó un nuevo partido. Con las costuras del centro del campo muy bien dibujadas por un hermético Zapater y un poligonal Eguaras, el equipo carburó como una máquina perfectamente engrasada. Delmás y Ángel alargaron las bandas y por los corredores interiores comenzó a circular el balón con una fineza muy grata al gusto aragonés. En esa idea encontramos a varios protagonistas destacados, sobre todo Eguaras, quien se erigió en ingeniero de una propuesta tan atractiva como, es verdad, poco fértil.

El Real Zaragoza tuvo varias ocasiones de gol. Borja, Ángel, de nuevo Borja. Nadie fue capaz, nadie logró el gol que tanto mereció el Zaragoza. Y eso sí es un problema, por lo menos de momento. Bien es cierto que cada día está más cerca, cada día las ocasiones de gol son de más calidad, cada día sentimos más cerca el perfume de la victoria. Esa es la grandeza de este equipo, que a pesar de no lograr la victoria ha conseguido que su gente siga creyendo en él. Por eso, no hay lugar para la desazón ni el desánimo. Antes al contrario, el zaragocismo sigue enganchado a una luz blanca y azul que ha permanecido oculta durante mucho tiempo y ahora brilla en el corazón de muchos.

Ficha técnica

R Oviedo:
Juan Carlos; Cotugno, Verdés, Carlos Hdez, Christian F.; Forlín, Ramón Folch, Pucko (Rocha, m. 70); Ñíguez (Mossa, m. 75), Saúl Berjón (Owusu, m. 62) y Toché.

Real Zaragoza:
Cristian, Delmás, Verdasca, Mikel, Ángel; Zapater, Eguaras; Toquero (Papu, m. 70), Buff (Guti, m. 80), Febas (Alaín, m. 87); y Borja Iglesias.

Goles:
1-0, m. 06: Aaron Ñíguez. 2-0, m. 29: Toché. 2-1, m. 32: Mikel. 2-2, m. 39: Zapater

Árbitro:
Pulido Santana. Amonestó a Verdasca (10′), Christian Fernández (27′), Forlín (63′), Rocha (82′)

Incidencias:
Partido de la séptimma jornada de LaLiga 1/2/3, disputado en el Carlos Tartiere.

Puntuaciones

Christian: 3. Tuvo algunas indecisiones, pero se ha convertido en el portero que necesitaba el equipo.
Delmás: 4. Ágil, rápido y competente. Buen partido.
Mikel: 4. Le dio soporte a la defensa y jerarquía al espacio central. Marcó un buen gol.
Verdasca: 3. Salvo alguna indecisión, le da una buena salida al balón.
Ángel: 3. Alargó el lateral y pugnó con sus oponentes con potencia.
Zapater: 4. Extraordinario en el corte y el gobierno. Marcó un gol extraordinario.
Eguaras: 4. Fue el timonel del equipo. Cada día crece en mando y manejo del equipo.
Buff: 3. La primera parte jugó oscurecido. La segunda emergió con clase y calidad.
Toquero: 3. Luchador y comprometido, se fajó seriamente con sus rivales.
Febas: 4. Tiene una gran calidad y la mostró en muchos momentos.
Borja: 3. Luchó como siempre y abrió huecos enormes. Le faltó el gol.
Guti: 3. Aportó músculo y presencia.
Alain: 3. Siempre le da al equipo velocidad y desborde.
Papu: 3. Este chico juega poco pero mucho. Siempre aporta.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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