La fe mueve montañas | De 5 en 5

Llegamos al último “De5en5”, algo más breve en carga de partidos, pero mucho más intenso en carga de emociones. Mi antecesor me dejaba una papeleta que bien podía ser un “final feliz” o un mar de lágrimas. Lo diré ya, la fe ha movido montañas y sí se podía, se ha podido, todo ha acabado en final feliz.

Mayo lo decidía todo, tres últimas jornadas de infarto. Dos finales en casa que había que ganar para volver a jugar otra nueva “final” a 300 kilómetros de Zaragoza. Entre semana, primera de las finales. Partido contra el Levante, equipo que se jugaba opciones de entrar en Liga de Campeones y asegurar prácticamente la Europa League. Partido muy serio del Real Zaragoza, que sin alardes, manejó el tempo del partido y demostró quien era el que más se jugaba en el partido. Como viene siendo habitual, la afición lo dio todo y ese empuje se traslado a los jugadores, que en el minuto 11 se ponían por delante en el marcador con gol de Edu Oriol. La segunda parte fue mucho más tensa, con el Levante que achuchaba y demostraba el por qué de su situación en la tabla clasificatoria. Pitido final del árbitro y el SI SE PUEDE, resonando en la vieja Romareda. Un poco más cerca del milagro.

El Real Zaragoza afrontaba el sábado día 5 el último partido de la trilogía particular en casa. El pleno se podía conseguir, se tenía que conseguir. De nuevo, el protagonismo de la sufrida afición. Llenazo en el campo. 35000 zaragocistas animando desde el primer minuto. Pero no todo iba a ser tan sencillo. El Real Rácing llegaba descendido pero aproximación a puerta y, de nuevo, a balón parado, sorprendían a nuestra defensa totalmente dormida. 0-1 y nervios. Pero solo dos minutos le bastaron al Real Zaragoza para poner las tablas. Gol de Postiga, uno más. La primera parte era el reflejo del querer y casi no poder, insulsa, con llegadas sin definición. A la ducha. Quedaban 45 minutos de partido en La Romareda y en otros campos con rivales directos. Comenzaba la segunda parte y ahora si se veía al equipo desatado, buscando con claridad el gol, profundizando por bandas, con constantes subidas de los laterales, con ayudas en todas las coberturas. El Real Zaragoza era el dueño y buscaba el objetivo, el gol. Pero ya sabemos que sin sufrimiento no hay mérito…y sufrir es palabra ligada al zaragocismo de un tiempo a esta parte. Balones al palo de Lafita, intervenciones de muchísimo mérito de Mario, la suerte no acompañaba…pero llegó el gol, un gol que empujamos los 35000 zaragocistas que abarrotaban el campo. Fallo en la media chilena de Postiga y, quién si no, Lafita remachaba con toda su alma y corazón zaragocista ese balón que durante 35 minutos de la segunda parte se negaba a entrar. Quedaban 10 minutos donde el control seguía siendo claramente zaragocista y el tercer gol se veía cerca…pero los goles que nos hicieron vivir más todavía fueron los que llegaron de Los Cármenes por parte del Real Madrid, los del Sevilla contra el Rayo y el del Valencia contra el Villarreal. Llegábamos al partido final dependiendo de nosotros mismos.

No creo que deba hacer un resumen del partido, lo harán otros compañeros con sus crónicas y sus lupas. Sabéis que pasó, como pasó, y el final de esta historia de la temporada 11/12. Unos lo vivisteis en el Coliseum Romareda, otros en Zaragoza, otros lo vivimos en otras ciudades. Quedaos cada cual con vuestros momentos, lo que sentisteis con los goles, con quien os abrazasteis, de quien os acordasteis con el gol de Postiga (otra vez) en el minuto 91. Pensad en lo que se ha conseguido, que va más allá de la palabra milagro.

12 puntos en la primera vuelta, son números de equipo de Liga Adelante. Minuto 80 contra el Villarreal, perdiendo y a quince puntos de la salvación…pero, amigos, la FE mueve montañas. Creo que todos hemos puesto de nuestra parte. Hemos priorizado necesidades en este último mes…animar al equipo por encima de la protesta ya habitual. Demostrando, aunque a veces lo dudemos, que somos una afición muy grande, muy fiel, que siempre está ahí cuando el equipo más lo necesita. Ahora es el momento de agradecer a Manolo Jiménez su compromiso y valentía, a Lafita su zaragocismo, a Roberto sus paradones, a Postiga sus goles, a Apoño su templanza, podría nombrar a todos, puesto que creo que sin el esfuerzo de todos y cada uno, la hazaña hubiese resultado imposible…pero permitidme que me quede con la afición, lo más grande de nuestro club, muy por encima de la persona que lo dirige.

Ahora las batallas se han ganado, hemos llegado a la cima de la montaña, nos ha costado sangre, sudor y lágrimas, pero sabéis que al coronar una cumbre hay que plantar la bandera. Esa bandera la pondremos entre todos, en el punto más alto. Será la bandera de un nuevo Real Zaragoza, libre de quien nos ha llevado por laderas repletas de aristas, por senderos impracticables, por lodazales y terrenos resbaladizos…volveremos a ser el Real Zaragoza que todos queremos…porque si hemos podido en el terreno de juego, quién es capaz de pararnos en cualquier otro propósito? Disfrutad del verano y nos encontramos de nuevo a finales de Agosto.

ZARGOZA SI, AGAPITO NO. Entre todos, podemos.

Por Luisca

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