Se encienden las alarmas | De 5 en 5

Este ciclo de 5 partidos comenzaba marcado por dos circunstancias; el loco final del mercado de fichajes al que el club nos tiene acostumbrados en los últimos años, y la crisis de juego y resultados que se iba dando en el mes de enero.
A la llegada del lateral diestro del Córdoba, José Fernández, se habían unido las salidas del único canterano del primer equipo, Raúl Goni, y del díscolo Aranda, que dejaba en cuadro el ya escaso apartado de atacantes del equipo. Para más inri, Javi Álamo y “el loco” Zuculini se lesionaban para toda la temporada en apenas 4 días. No sé quién dijo aquello del famoso circo y los enanos, pero seguramente era algún pobre zaragocista afincado en las soleadas localidades de gol norte.

En lo deportivo, el equipo había empezado el 2013 con la autocomplacencia de la victoria en Bilbao y la presencia en cuartos de final de la Copa del Rey, pero como el fútbol no se casa con nadie, apenas un mes después se encuentra con una racha de 3 derrotas consecutivas en liga, un ostensible empeoramiento del juego, y una dolorosa eliminación en la Copa ante el Sevilla, con polémicas decisiones por parte del técnico, que amenazaban con minar la confianza de parte del zaragocismo en Manolo Jiménez.

Y en estas le da por aparecer por La Romareda al bueno de Javier Aguirre, con sus “servesitas” y su resucitado Espanyol. Partido importante para ambos equipos, lo cual se notó en el terreno de juego… soporíferamente hablando. Había miedo a perder y ninguno de los equipos quiso arriesgar demasiado. En la segunda parte el Real Zaragoza intentó hacer algo más, pues de repente le pareció darse cuenta que jugaba en La Romareda, pero todos los balones de ataque se perdían arriba en la nada, evidenciando la enorme carencia de juego ofensivo que tanto ha “denunciado” Jiménez. Los últimos minutos fueron ya a lo “amarrategui”. Al final, empate a 0, 23 puntos, y de momento cortada la sangría de puntos (y de goles en contra en casa), aunque no de juego.

Entre medias, llegaban las horas finales del mercado invernal, las noches del F5 (habría que empezar a pensar en pedir festivos estos días en Zaragoza), y con muchas asignaturas pendientes.

Tras otro tortuoso y rocambolesco culebrón a los que nos ha acostumbrado la S.A.D. de Agapito, llegaba por fin el primer refuerzo para el ataque, Henri Bienbenu, seguido poco después por Rodri y por Rochina ya sobre la bocina. Jiménez ya tenía por fin completo el ataque, con algunos jugadores que ya conocía y que auguran al menos ciertas garantías de aportar algo diferente al juego del equipo. A ellos se une el fichaje de Carmona, un centrocampista polivalente de corte ofensivo. Seguía faltando el centrocampista creador que tanto se demandaba, aunque el balance final del mercado parecía positivo.

Ya con algo más de tranquilidad tras haber cumplimentado la plantilla y sin la supuesta “molestia” de la Copa del Rey entre semana, tocaba visitar a uno de los “cocos” de la liga, el Málaga de Pellegrini. De inicio no entró ninguno de los fichajes (a excepción de Fernández que ya va dejando algún destello de su fútbol), aunque sí que hubo cierto cambio en el dibujo del equipo, sobre todo con la vuelta al once de José Mari, que devolvió al centro del campo ese poso de contundencia que se había perdido en las vacaciones de Navidad, dejando mayor libertad a Apoño y Movilla para crear juego ofensivo. Esto y la vuelta de Álvaro, nos dejaron volver a ver al equipo de Vallecas, de San Mamés,… Volvía ese Zaragoza aguerrido y luchador de la primera vuelta que plantó cara a uno de los mejores equipos de la liga y al que empezó ganando gracias al gol de Postiga. Pero entonces llegó el señor del pito y sus amigos asistentes. Penalti inexistente y empate del Málaga. A pesar de tener más oportunidades de ganar, se sacó 1 punto que supo a poco, pero lo mejor era la recuperación de las buenas sensaciones.

Pero entonces llegaba de nuevo el vía crucis zaragocista de la actual temporada; los partidos en La Romareda. Venía una Real Sociedad lanzada y con una enorme calidad de centro del campo para adelante, y que sólo necesitó una contra para ponerse por delante de un nuevamente apático Real Zaragoza. Después, expulsión por doble amarilla del canterano Héctor, que debutaba con el primer equipo, y se acabó la historia. Tras la buena imagen en Málaga, el equipo volvía a dar la de arena en casa dando un espectáculo muy parecido a las deplorables tardes de la primera vuelta de la temporada pasada. Al final 1-2 que no muestra la clara superioridad de la Real durante todo el partido, y que ganó sin despeinarse a un equipo que salió dormido y se rindió en el minuto 13.

La siguiente salida tocaba en un estadio maldito en las últimas décadas, el Sadar, en el que pocos resultados positivos se han sacado… Y por supuesto no íbamos a ir en contra de las costumbres. El equipo llegaba con importantes bajas por sanción (de nuevo Álvaro y además Postiga), lo que obligó a hacer variaciones y a empezar a darle más bola a alguno de los nuevos, como fue el caso de Bienvenu y Rochina. A pesar de las ganas que se decía que tenía el equipo, en el minuto 3 Osasuna se adelantaba de nuevo por un gol de cabeza de Kike Sola que aprovechó el deficiente marcaje de Paredes. Otra vez un partido cuesta arriba desde los primeros minutos, y que el Zaragoza, a pesar de que le puso ganas en la primera mitad, no consiguió levantar. Lo más destacable del partido fue la actuación de Rochina, que dejó varios destellos de lo que puede ser un refuerzo muy aprovechable para el ataque zaragocista.

Y por fin, en el último partido de este ciclo de 5 que me toca analizar, llegaba la visita del Valencia, que parece recuperado en líneas generales con la llegada al banquillo de Valverde. El Zaragoza en cambio volvía a presentarse con importantes bajas por las lesiones de última hora de Roberto y Sapunaru.

Aún con todo, tocaba ganar de forma imperiosa, pero el rival no era el idóneo, y ese rival no era otro que el colegiado Del Cerro Grande que, cómo no, quiso sumarse a esa gran obra operística que esta temporada nos ha querido dedicar a todos los zaragocistas el estamento arbitral.
El partido comenzaba bien, con un claro penalti a Hélder Postiga que debería haber supuesto la expulsión del jugador valencianista, sino fuera porque el rival derribado era del Real Zaragoza. Un nuevo error arbitral que de momento quedaba a la sombra gracias al gol de Apoño, infalible desde el punto de penalti.

Gracias al gol, el Zaragoza se asentó bien en el terreno de juego, y decidió esperar un poco más al Valencia e intentar montar jugadas de peligro al contragolpe, en lo cual destacó mucho de nuevo Rochina con varias jugadas con mucha calidad, aunque pecando de un marcado individualismo. Y así, y a la media hora de partido, una jugada a balón parado ofrecía a la Romareda el segundo gol de la tarde con un buen remate de Postiga, que hacía ya su 10º gol en esta liga. El partido parecía encarrilado, pero pocos minutos después Jonas acortaba distancias con la inestimable ayuda del colegiado y el linier, que obviaban el fuera de juego en el que se encontraba Soldado. Y por si no fuera poco, Apoño se lesionaba él sólo en los últimos minutos.

En la segunda parte el Zaragoza salió con la misma intensidad, pero el Valencia se fue poco a poco a por el partido, teniendo cada vez más presencia en al área zaragocista, hasta que en el minuto 70 Jonas lograba levantar el 2-0 inicial. Los nervios empezaron a atenazar al equipo y en el 77 un desajuste en defensa dejó a Soldado sólo ante Leo Franco, que decidió sacrificarse tocando el balón con la mano fuera del área salvando un gol cantado, por lo que fue expulsado, aunque sólo fuera para atesorar ese punto que aún se podía ganar. El canterano Alcolea salió para sustituirle debutando por fin con el primer equipo y en primera división, logrando salvar al equipo de la derrota.
Sin embargo aún faltaba el última aria de Del Cerro, que para cerrar la ópera decidió darle un giro melodramático a su obra anulando en el descuento un gol legal a Postiga que habría supuesto una más que merecidísima victoria del equipo aragonés.
Así, el equipo, con la inestimable ayuda del público de La Romareda, por fin rebelado contra el infortunio de su equipo y contra la mala fe profesional del colegiado de turno, consiguieron salvar un punto con un sabor profundamente agridulce.

El balance final tras enfrentarse a Espanyol, Málaga, Real Sociedad, Osasuna y Valencia, es de tan sólo 3 puntos de 15 posibles, con 4 goles a favor y 6 en contra, y pasando de estar de 4 a tan sólo 2 puntos del descenso. Las alarmas se encienden, los rivales que están por venir se endurecen y la lucha por la salvación se confirma, hasta para los más escépticos, como nuestro único objetivo hasta el final de liga.

Para finalizar, dejo varias preguntas para que las vaya contestando en el próximo “de 5 en 5” el forero Batu. ¿Se atreverá Jiménez a poner juntos en punta a Rochina y Postiga? ¿Hará por fin algo en condiciones el club con respecto al tema de los arbitrajes? Aparte de Fernández y Rochina, ¿aportarán algo importante el resto de fichajes invernales? ¿Aguantará Jiménez la racha de resultados a pesar del amplio crédito con el que cuenta aún entre la afición?

Por batu

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