Real Sociedad Atlética Stadium

Y es que así, real como la vida misma, es como pasó a llamarse este histórico club de fútbol zaragozano en abril de 1922 gracias a que el BOE publicó el consentimiento de la Casa Real Española, por real orden firmada el 19 de abril, sin duda a instancias de la amistad que el terrateniente oscense Emilio Ara Bescós, directivo del club, mantenía con el Conde de Someruelos, que años más tarde sería Presidente de la Federación Española de Fútbol pero que en aquellos momentos ostentaba el cargo de Jefe de la Casa Real de Alfonso XIII de Borbón, abuelo del actual monarca español Juan Carlos I.

Este derecho al título de Real sería fundamental para que, tras varias fusiones, el equipo de Zaragoza recuperase ese tratamiento tres décadas después, con una sangrante y fratricida guerra civil por medio, amarga fruta del golpe de estado encabezado en 1936 por el general Franco contra el legítimo, constitucional y democrático régimen de la II República Española, el 30 de marzo de 1951 en Asamblea General Extraordinaria, por iniciativa del ejemplar Emilio Ara vicepresidente en la directiva del club surgido en 1932 de la fusión del “avispa” Iberia y el Zaragoza “tomate”, en la que se aprobaron varias modificaciones de los Estatutos, entre las que destacó el cambio de denominación pasando de ser de Zaragoza Club de Fútbol a Real Zaragoza Club Deportivo. Por ello, igualmente, se modificó el escudo del Club, añadiendo desde entonces y hasta hoy en día la corona real que lo encabeza.

Recupero pues en la línea argumental de este coleccionable los datos más cercanos, más familiares, tras un par de capítulos en los que no pude sino trascender el discurso local ante el estupendo documento de la historia general de nuestro amado deporte que ese hombre sabio a quien yo quiero tanto como admiro, el simpar ex Pte. Ángel Aznar me hizo llegar este verano y que él mismo había publicado coincidiendo con los fastos de las bodas de diamante del Real Zaragoza C.D, por desgracia actualmente SAD Agapitensis.

Mas cal remerar ahora, que el club deportivo protagonista del presente capítulo, tuvo un antes e incluso un después a conseguir el nombramiento oficial de Real, pues fue en marzo de 1919 cuando, tras las experiencias previas del Athlétic y de un patriótico, con su inmaculado jersey blanco y escudo con la enseña nacional España ya fundado en 1915, y siendo buena parte de sus miembros hijos de familias burguesas acomodadas pertenecientes a la élite económica zaragozana, con buenos contactos y salida profesional asegurada, fundamentalmente vinculados a los Hermanos Corazonistas del Paseo de la Mina, fue fundada la Sociedad Atlética Stádium, conocido como el equipo de los “señoritos”, aunque con sana voluntad de crear una “sección obrera”, en clara contraposición a su rival por autonomasia, el Iberia, que sí tuvo el honor de incorporar a sus filas a los obreros de la fábrica Carde y Escoriaza, de la que surgiría también el “delicioso” C.D. Escoriaza que sí llegó participar la temporada 53/54 en la segunda división del fútbol español.

De las manos de un ya maduro Conde de Sobradiel, pero con el protagonismo absoluto del peculiar Fermín Asirón, quien ya había participado en la aventura de la Gimnástica y siempre respetando el primer artículo de sus estatutos, que proclamaba nacer con el objeto del fomento y la propagación de los sports atléticos y en especial del conocido con el nombre de fútbol, antes de la fusión con el Zaragoza Football Club conquistaría el Campeonato de Aragón, ya en el campo del Arrabal desde 1922, en sus ediciones de 1924 y 1925, convirtiéndose por aquel entonces en la entidad futbolística más importante de la Comunidad.

Los amables más de once mil lectores que, con tan enorme devoción sinceramente agradecida por el autor, siguen e incluso en más de un centenar valoran en positivo estos humildes escritos recordarán que en un capítulo anterior pasábamos revista a la existencia de ese Zaragoza, fundado por Ricardo Arribas en 1921, que si entró en la historia futbolística con el popular calificativo de “tomate”, por su vistosa equipación con camisa roja de puños y cuello amarillos y pantalón blanco, también lo fue en buena parte como resultado de la absorción para ser más fuerte, del más modesto C.D. Fuenclara que había sido fundado en 1918, adoptando los colores de éste, camisa rojiblanca y pantalón negro. Sin embargo su economía no fue lo suficiente boyante y quedó anclado en sus aspiraciones no pudiendo progresar. La salida natural pasó inevitablemente por otra fusión y tras mantener conversaciones a lo largo de 1925 con la potente y desahogada Real Sociedad Atlética Stádium, finalmente se insertó en esta última, adoptando la denominación de Real Zaragoza Club Deportivo. Un proyecto muy ambicioso que pretendía desbancar alIberia S.C., club ya consolidado en la ciudad desde 1916. Con la unión adquirió una potencia que le hizo convertirse en una entidad que creció rápido, pronto fue capaz de tutear a los grandes y que supuso la polarización del fútbol aragonés, dominado claramente hasta entonces por el “avispa” Iberia, desde 1923 en el Campo de Torrero

El Real Zaragoza C.D. mantendría la estructura, reconocimiento Real e idiosincrasia de laReal Sociedad Atlética Stádium, no modificando su tradicional camisa roja con pantalón azul y continuando siendo conocidos como “los tomates”, empezando un despegue desde el Campo del Asalto o de la Torre de Bruil que lo llevó hasta el quinto puesto del grupo B de la Segunda División durante la temporada 28/29, aún con el delantero José Luis Costa, futuro presidente de la Federación Española de Fútbol y en tercera las dos siguientes con un cuarto puesto en la 30/31. Esta aventura, contrariamente a lo esperado, no fue halagüeña para las arcas del club zaragozista y la fuerte inversión en fichajes y la carestía de los desplazamientos ocasionaron que atravesara una gran crisis económica, disputando la campaña 31/32 en Regional ya con el sencillo nombre de Zaragoza C.D. tan legal como “no real”.

Fuertemente endeudado y con numerosos acreedores, sería apartado de la competición primero por impago y dado de baja en la Federación Aragonesa después, finalizando de esta manera tan crítica el año 1931 en el que por otra parte el Iberia acabo descendiendo a la tercera categoría del fútbol español. Con los tomates ko y los avispas en tercera caleban soluciones drásticas por el bien del fútbol zaragozano. Y se tomaron. Continuará…

Ánchel Cortés.
Productor y Académico de Televisión
Abonado del Real Zaragoza nº 1.625.