El maullido de los leones | La Lupa

Real Zaragoza 3 – 2 Athlétic Bilbao

La furia española versión futbolística. La leyenda sobre el origen de la furia española procede de la Olimpiada de Amberes en 1020, en la primera participación oficial de España en unos Juegos Olímpicos. Cuenta la leyenda que Belaustegigoitia gritó: «a mí el pelotón, Sabino, que los arrollo». Belauste, como era conocido el vasco, controló el cuero e hizo el gol del triunfo, el 2-1 definitivo, ante Suecia. Belauste pertenecía al Athlétic de Bilbao, al igual que Pichichi, el jugador famoso por dar nombre al Trofeo al máximo goleador de la Liga Española. Los “leones” de San Mamés eran un ejemplo de coraje y rasmia, capaces de superar cualquier contratiempo en base a su enorme capacidad de lucha y a su fe inquebrantable en sus posibilidades. Pero aunque estamos en otra época y se ha modernizado hasta la épica futbolera, la furia sigue cotizando como valor en alza, pero no en todos los casos…

La noche era muy fría, y se convirtió en congeladora cuando a los 22 minutos Lacruz aprovechaba el enésimo regalo maño venido de las alturas para poner el marcador en franquicia para los bilbaínos. Desde el comienzo del partido se percibió que las dificultades iban a ser máximas para los zaragocistas. El Athlétic mostró un dispositivo táctico interesante, muy riguroso en los marcajes, con una efectiva colocación de sus jugadores, una constante búsqueda de los costados zaragocistas, y con una perfecta presión en el centro del campo. Mientras, nuestro equipo volvía a presentar todo su catálogo de deficiencias habituales en la presente temporada, incrementado por un enorme aturullamiento ofensivo. A pesar de la superioridad vasca en el juego, los chispazos de un inspirado Cani llevaban el peligro al área rival, pero no sucedió nada reseñable.

El mal estómago que nos dejó la primera parte se convirtió en una diarrea tremenda al comienzo de la segunda, con el gol de Echeberría. El partido se hubiera perdido sin remisión, pero el inmediato penalti ¡a favor!, transformado por Ewerthon devolvió las esperanzas a los blanquillos. La metamorfosis se produjo pero en sentido contrario y los insectos zaragocistas se convirtieron en hombres hechos y derechos, que echaron mano del recurso a la furia para revertir el signo del partido. Aparte de la furia, otros dos cambios decisivos en el desarrollo del encuentro fueron la disolución del Athlétic en su propia ingenuidad, con el orden y la presión desaparecidas por algún tipo de embrujo desconocido, y el talento inabarcable de Rubén Gracia, capaz con sus pases de realizar los deberes inacabados de los medioscentros y de un Savio depresivo. La remontada fue un hecho, el nivel del juego zaragocista se elevó hasta puntos no alcanzados en esta temporada y el sufrido triunfo fue un bálsamo subyugante para los agotados corazones del equipo y de la afición.

10 puntos de 12 posibles. Se ha pasado de un porvenir negro a un amanecer azul en un mes de diciembre inspirado. El juego ha mejorado ligeramente y se han aprovechado las magníficas prestaciones en este período de Cani y de Ewerthon para ampliar el abanico de posibilidades en la vanguardia. Pero quedan muchas lagunas que siguen anegando el porvenir cercano zaragocista, como la perenne debilidad defensiva, un mediocampo superado siempre por la presión rival, laterales sin capacidad ofensiva, etc. Víctor Muñoz ha salido con bien del “match point” que se jugó en Jerez y en Cádiz, y me alegro, pero sus decisiones empiezan a abusar de la más absoluta falta de lógica, con jugadores que juegan en puestos distintos a los suyos por no emplear a otros de su desagrado, presencia incomprensible de algunos (Celades) y ausencia lamentable de otros (Movilla).

Aún así, y a pesar de que los errores se mantienen, invita al optimismo pensar que en cuanto se subsanen minímamente, con el valor que demuestran los jugadores de ataque, podemos pensar en una campaña estimable.

Y… ¡FELIZ NAVIDAD!

Por Jeremy North

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