El nadador | La Lupa

Real Zaragoza 1 – 0 Atlético Madrid

«El Nadador» es un gran tema de un gran grupo de rock español, Radio Futura, que en los ochenta cantaba aquello de «sube la marea, como un buen nadador aprovecha la ola». El Zaragoza lleva toda la temporada braceando sin fuerzas y a punto de ahogarse, pero por fin sube la marea y es el momento de aprovechar la ola de esperanza que han desatado las dos victorias consecutivas ante Valencia y Atlético.

Y es que si este año ya parecía imposible que se llegasen a encadenar dos victorias, el hecho adquiere tintes de proeza por haberse logrado ante dos rivales de enjundia, inalcanzables a priori para un Zaragoza hundido en el pozo de la clasificación y del desánimo general, tras haber desperdiciado hasta 5 de las 7 oportunidades que anteriormente le había ofrecido el calendario frente a rivales más asequibles. Aunque lo principal son los 6 puntos, también suma el beneficio intangible que supone el rearme moral del equipo y de su tan sufrida afición. En Mestalla, se remontó un resultado adverso a pesar de estar en desventaja numérica durante casi todo el partido. Y el pasado domingo, el gol conseguido de penalti en el último segundo supuso una nueva victoria agónica que hizo estallar de júbilo a La Romareda.

Desde el punto de vista futbolístico, hay que reconocer que Jiménez, en quien este cronista había perdido ya toda fe, ha conseguido dar la vuelta a la tortilla de Málaga y San Sebastián. Lo más destacable del partido ante el Atlético de Madrid fue una clara mejoría defensiva. El equipo rival se acercó con peligro en varios ocasiones, pero sólo una vez pudo haber marcado, con esos dos remates consecutivos de Adrián y Falcao que murieron en los palos de Roberto. Por lo demás, el Zaragoza resolvió con solvencia los problemas que tuvo, gracias sobre todo a su buen posicionamiento táctico. Si esta mejora defensiva se mantiene, aumentarán nuestras opciones de salvación.

Ahora llega un partido crucial contra el Sporting, rival directo al que no se puede perdonar en esta lucha por la supervivencia deportiva. No caben más dilaciones porque no hay margen de error. El equipo tiene que aprovechar la ola y tiene que hacerlo ahora. Y para eso tendrá que aprobar la asignatura que sigue teniendo pendiente: el gol, elemento indispensable para conseguir las 5 victorias que van a ser necesarias como mínimo si no queremos que tanto nadar sólo sirva para morir en la orilla.

Pero no puedo terminar esta Lupa sin referirme a esa otra lucha por la supervivencia en la que está inmerso el Real Zaragoza, y que creo que la afición no debería perder de vista a pesar de esta aparente mejoría en el plano deportivo. Y es que la permanencia de Agapito Iglesias al frente de la entidad sigue siendo un peligro mayor que el descenso de categoría. Este antiguo club de 80 años de vida se encuentra en una situación económica gravísima, con la espada de Damocles de la desaparición pendiente de nuestras cabezas. Y a esto hay que sumar las noticias que van apareciendo sobre presuntas irregularidades cometidas durante la gestión de los últimos años, que podrían poner en peligro la Propuesta Anticipada de Convenio del concurso de acreedores. Todos los días nos desayunamos con nuevos capítulos de la trama de sociedades y operaciones sospechosas tejida por el actual accionista mayoritario en torno a nuestro Real Zaragoza y cabe exigir a la Justicia que actúe con rapidez.

Aunque he titulado esta Lupa por la canción de Radio Futura, «El Nadador» es también una película de 1968 protagonizada por un Burt Lancaster que iba hacia su casa pasando por las piscinas de todos sus vecinos. Pero en este caso, más bien parecería que Agapito se mete en todos los charcos que encuentra. Y como en la película, quizá cuando llegue a su casa la encuentre destartalada y vacía. O quizá no llegue a su casa y tenga que alojarse en otro sitio.

Por Poyet11

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