¡Las vallas están cediendo! | La Lupa
Alcorcón 1 – 0 Real Zaragoza
Hace tan solo dos semanas, el empate en Mallorca dejaba el sabor agridulce de no haber ganado un partido en el que hubo ocasiones de hacerlo, para terminar sin embargo ocupando esa semana plaza de ascenso directo. Sí, era reconfortante encontrarse ahí, pero debajo del brillante envoltorio venía un contenido incierto y potencialmente peligroso.
Por entonces, mencionaba en esta misma sección a los habitantes de Alexandría, que fuera una bonita ciudad residencial antes de la aparición de la epidemia zombi en “The Walking Dead”. En Alexandría, muchos han vivido felices, como si ahí fuera no pasase nada. Pero los zombis han llegado en oleadas, son cientos, y están apelotonados contra unas vallas que, a pesar de los refuerzos y los repasos constantes de mantenimiento, están empezando a ceder. Algo no funciona, y habrá que arreglarlo, o cambiar de estrategia, si queremos sobrevivir. Las tartas de arándanos no les detendrán, prefieren la carne rosadita y tierna de los humanos.
El Real Zaragoza ha pasado por dos fases, o rachas, esta temporada. Una mala y otra buena. Ahora parece estar iniciando una tercera, que no pinta bien. Aunque el destino sea a veces caprichoso, la verdad es que hay cosas que suceden por causas conocidas y evidentes. El Real Zaragoza no mete goles. Los tres últimos partidos han sido de sequía total. En Alcorcón se constató lo que ya se vió en Gerona o en Mallorca. Jugando bien o jugando mal, el equipo no produce. Hay una carencia brutal en la delantera, y es algo que ya se veía al empezar la temporada. La lesión de Jaime agravó aún más si cabe, esta circunstancia.
Cuando se dieron por terminados los fichajes, algunos no lo podíamos creer. Yo me decía: “¿Y ya está?”. En algunos medios se oían (y aún se oyen) cosas como: “el equipo está confeccionado para ascender”, “es de las mejores plantillas de la categoría”. Al final, llegué a la conclusión de que el único argumento para pensar en el ascenso era que también los rivales eran mediocres.
Durante la, digamos, “racha buena”, el equipo desarrolló una gran actitud defensiva, sustentada tanto atrás como en el centro del campo, y eso hizo que a base de aburrir al rival, o de no dejarles pensar, al final a base de mucha paciencia, llegase algún gol. Pero no creo que sea un sistema adecuado para el propósito marcado. Analizando las virtudes de este equipo, la salida de balón de Morán fue un gran alivio hasta que los entrenadores rivales empezaron a taponarlo. Ante esta situación de bloqueo, o pones a alguien a su lado que toque el balón igual de bien, como Sergio Gil, para ayudar a fluir el juego, o dispones de carrileros con potencia de llegada. Cualquiera de las soluciones requiere de mucho entrenamiento. Los jugadores se han de conocer en el campo, hacer desmarques, crear huecos, han de saber donde está cada uno en cada momento, y marear al rival, que no vea la pelota. Respecto al problema que tenemos en la delantera, lo que se ha hecho siempre es estos casos es probar cosas nuevas. Si no tienes fichajes nuevos, ¡saca gente del filial! Prueba a Buenacasa, pero ya. ¡A entrenar con los mayores!
A nuestro “entrenador” se le está haciendo todo esto demasiado grande. Hay jugadores que están decepcionando. Aria es algo indefinible. Quizás sea un gran jugador en otro tipo de fútbol. No en el nuestro. No aporta nada. Pedro y Dorca están lejos de sus mejores niveles. Hinestroza podría asustar más a los defensas. Pero por encima de todo, está la actitud. No se puede salir a verlas venir como en Alcorcón. Al final te comen la tostada. Y esto hace pensar en cosas extrañas, cosas internas que estén pasando y que desconocemos. Tras siete partidos sin perder, una derrota puede suceder, pero hay que vivir con ello. No se puede consentir que los jugadores se desanimen a la primera contrariedad. Ahora ya van dos derrotas seguidas. Hay que evitar esta barrena y apuntalar bien, con fuerza, las vallas para poder sobrevivir. El ascenso se ganará en cada partido con mucha lucha, o no se ganará.
Por Ron Peter
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