Lo que no me destruye… | La Lupa

Lo que no me destruye… | La Lupa

Osasuna 1 – 1 Real Zaragoza

…me hace más fuerte”. El origen más conocido de esta frase hay que buscarlo entre los aforismos que el pensador alemán Friedrich Nietzsche vierte en obras como “Ecce Homo” o “El crepúsculo de los dioses”. Quizás no sea procedente entrar aquí a bucear en la profundidad del crítico análisis que Nietzsche hace de la cultura y la religión del occidente de su época, pero nos permitiremos la licencia de fijarnos en ese mensaje, uno de tantos derivados de la búsqueda de las raíces del hombre, tarea que el filósofo alemán afrontaba con el fin de acceder a un estadio más elevado, el superhombre.

Hace tan solo tres semanas, tras el partido en Almería, estábamos entonando el réquiem para nuestro Real Zaragoza. Un golpe de timón a varios niveles, de gestión, de entrenador y de jugadores, ha devenido en un evidente cambio en el equipo. Era necesario. En dos partidos, se empezaron a ver cosas diferentes. Los nuevos fichajes aportan calidad y más capacidad numérica, lo que se traduce en más opciones y más competencia. Dos victorias seguidas fueron el fruto inicial. Y luego llegó el encuentro contra Osasuna.

Pamplona nunca ha sido una plaza fácil para el Real Zaragoza. La rivalidad existente es gasolina para la motivación de sus jugadores. No habría nada que objetar en ese sentido. Mejor para ellos si saben mantenerse agresivos durante todo el partido, pero claro, si esa agresividad en la presión se traduce en cortar la salida del balón a base de faltas, al final, quien pierde es el fútbol. Osasuna jugó bien sus bazas, poblando el centro del campo de guerreros. El árbitro les dejó jugar, y ellos se aprovecharon. En casi ningún momento los maños pudieron desarrollar combinaciones en el juego. Eso sí, se llevaron las tortas y las tarjetas.

Así y todo, el Real Zaragoza jugó un partido de hombres. Los jugadores nunca perdieron la cara. Hubo momentos de debilidad, pero a pesar del dominio osasunista, el partido no mostraba una tendencia clara y cualquiera pudo ganar. De hecho, estrenó el marcador el Zaragoza con un precioso gol de Lanzarote. Tras el descanso estuvo la clave del partido. De haber aguantado el chaparrón los primeros minutos, se hubiera podido jugar con la ansiedad de los rojillos, y acabar sentenciando, mas no fue así. Osasuna empató enseguida y eso les dio alas. La batalla en el centro del campo era ardua y quizás los cambios que hizo Carreras no fueron los más acertados. Era buena la idea de un Gil fresco aportando más estructura y líneas de pase, pero fue subsumido por la presión del rival. El partido hizo recordar al final aquel tópico: “si no puedes ganarlo, al menos no lo pierdas”.

Se han perdido mucho tiempo y muchos puntos, y una vez contenida la crisis y asentadas las bases para un nuevo crecimiento, volvemos a mirar la clasificación. Y se hace duro. Ver tantos equipos entre tu objetivo y tu situación actual…se hace duro. Sin embargo, las cifras son lo que son y matemáticamente hay tiempo para todo. Lo que hay que hacer es algo que hacen los equipos que ascienden: sumar victorias. Sin ansiedad, que no ayuda en nada. Con sobriedad, cimentando el equipo, entrenando bien, y saliendo a mostrar autoridad. Este equipo ya ha conseguido algo, y es que los aficionados no nos resignemos con languidecer a mitad de temporada. La esperanza está volviendo. Al final, creceremos, y si no nos destruyen, nos haremos más fuertes.

Por Ron Peter

aupazaragoza

Deja tus comentarios el foro de AupaZaragoza.com. El Real Zaragoza es nuestra pasión.

1 Comentario

Comentarios

(required)