Cocoon | La Lupa
Real Zaragoza 3 – 0 CD Numancia
Para los que éramos jóvenes en los años 80´, películas como Cocoon supusieron una banda visual y sonora de nuestras vidas. Una película alegre, optimista, con unos personajes que vivían en una residencia de ancianos y que estaban arrastrando su existencia, pero que encontraban en la aparición de unos extraterrestres de buen talante, en la línea del simpático E.T., una razón para sentirse vivos. Cuando ves esta película 30 años después de su estreno percibes esa estética ochentera que chirría para los ojos actuales, pero se mantiene sin duda el candor de esta película arrebatadora. El Real Zaragoza actual parece una reunión de personas mayores que siguen juntándose para pasar unos ratos entre amigos. Últimamente esos encuentros no eran muy agradables porque acababan con resultados negativos, pero los hados del destino fueron propicios este domingo.
Saja, José Enrique, Zapater, Cani, Lanzarote, Xumetra… jugadores que han superado la treintena por poco o por bastante y que componen una plantilla descompensada en fuerza y vigor, precisamente por contar con jugadores veteranos y de escaso físico. En bastantes partidos de la Liga 1,2,3 esta escasez de potencia ha conllevado derrotas, junto con otros factores tan dañinos como los fallos en la portería. La diferencia entre la primera y la segunda división no se sostiene en la preparación física, puesto que en ambas categorías los futbolistas son auténticos atletas, que pueden presionar y correr sin descanso durante los 90 minutos. Es el talento y la calidad técnica la que marca esa distinción. Y el Real Zaragoza es una rara avis en segunda división, porque tiene talento, pero no está acompañado por el físico y la combinación de ambos produce un déficit de estructura de equipo. En bastantes partidos y contra equipos muy trabajados física y tácticamente, la calidad técnica se ve arrollada por el trabajo de equipo. En otros, como frente al Numancia, en cambio, sale triunfante el talento, ayudado por el acierto goleador. Tras un comienzo desolador en el que se repitieron los problemas de salida de balón y tras una decisiva intervención de Saja a un remate de cabeza en el área pequeña, se produjo una buena combinación entre Lanzarote y Ros que terminó con gol del navarro. Y a partir de esa jugada y en especial, tras el dudoso penalti cometido a Xumetra y que transformó Ángel, el dominio general del equipo fue absoluto, no en control del juego sino en control del partido, puesto que el Numancia fue un equipo plano, sin profundidad y no presentó problemas para la zaga zaragocista.
Estos partidos se deben sacar adelante de la forma más tranquila posible, y sobre todo obtener buenas sensaciones que puedan mejorar el estado anímico de los jugadores, que en toda la temporada no ha superado lo discreto. La presencia de José Enrique es una garantía de sobriedad y calidad, lo que influye tanto en la seguridad defensiva como en la construcción del juego desde la defensa. Esperemos que la superior disposición física en la retaguardia se mantenga y no se lesionen Zapater y Ros, únicos medioscentros disponibles tras la incomprensible marcha de Erik Morán al Leganés. Y también es deseable que Agné sepa manejar con mayor criterio esta plantilla tan avejentada y con tan pocas prestaciones físicas, puesto que no tiene lógica que Cani y Zapater jueguen los 90 minutos todos los partidos, sin un mínimo descanso de minutos. Y sobre todo, esperemos que llegue una racha positiva de resultados, porque lo necesitamos todos los zaragocistas y así tendríamos la oportunidad de ver a nuestros veteranos jugadores iluminados por la sonrisa con la que sales de la visión de “Cocoon”.
Por Jeremy North.
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