El síndrome del folio en blanco | La Lupa
Real Zaragoza 0 – 2 Girona FC
Uno de los miedos más comunes en un escritor o articulista es el temor que se experimenta al escribir sobre un folio en blanco, o documento de word, y no tiene nada que contar o está falto de ideas o son repetitivas. Eso mismo me ha sucedido al titular esta Lupa. Desde que escribo en esta sección, desde la temporada 2003-2004 (aunque llevaba unas cuántas sin realizarlas), he utilizado muchas películas, series o canciones como introducción al encuentro a comentar. Para éste pensaba efectuar una traslación del argumento de “Atrapado en el tiempo”, pero recordando pasadas lupas, titulé una de forma similar hace 8 años. Pensé entonces que podría utilizar otra película de similar temática aunque de distinto argumento, “Al filo del mañana”, con Tom Cruise entrando en un bucle temporal y participando en la misma batalla una y otra vez. Pero tras dar otra vuelta al sentido de este artículo, percibo que no consigo ser ni un mínimo original, que me repito constantemente, que he entrado en un “bucle infinito”, al igual que el Real Zaragoza desde 2006. Y es una sensación extraña en mi caso, y desoladora y deprimente para nuestro equipo.
El Girona es un equipo bien conformado, potente físicamente y muy trabajado tácticamente, con un entrenador, Pablo Machín, que está demostrando ser uno de los mejores del fútbol español. Es un candidato muy firme al ascenso directo y actualmente es superior al Real Zaragoza. La derrota no debería extrañar por ese motivo, pero la forma en que sucedió, con el Girona aprovechando nuevamente un fallo grosero defensivo y especialmente de ese nefasto guardameta que estamos sufriendo esta temporada, es lo que produce desazón. Los rivales saben que sí consiguen mantener un rigor defensivo constante y sin fallos, tienen fácil ganar al Real Zaragoza, porque su incapacidad para guardar su portería es absoluta.
La sensación que se percibe es de una plantilla muy floja en el aspecto físico, que sufre cuando los rivales deciden montar la línea de presión arriba, que no tiene capacidad suficiente en su mediocentro para controlar los partidos, y que además cuenta con jugadores veteranos y de físico frágil, como Cani y Lanzarote, que permanecen más minutos de los necesarios en el césped, ya sea por ausencia de cambios útiles, o por error contumaz de Agné. Tampoco somos poderosos en ambas áreas, con juego aéreo insuficiente en defensa e inexistente en la vanguardia. Multitud de problemas que convierten al Real Zaragoza en un grotesco caricato de equipo, pleno de defectos que desgraciadamente, no se consiguen minimizar e incluso se vigorizan con lamentables actuaciones que posibilitan a los rivales victorias suculentas con poco esfuerzo.
Agné es otro entrenador más que está fracasando en esta entidad en derredor al desastre. Nos conocemos la historia, el nuevo entrenador comienza fuerte y parece que se endereza la situación, se pierden un par de partidos, los jugadores de liviana mentalidad caen en depresión, vuelven a jugar los miembros de la plantilla de nivel muy insuficiente como Irureta e Isaac y retomamos la senda de equipo perdedor. Y la rueda gira como siempre en sentido contrario al éxito. Todo es muy cansino y diría que inaguantable, pero aún estamos unos cuantos zaragocistas soportando tanto engendro y tanta excusa de los pésimos profesionales que abundan desde la época de Agapito Iglesias en el club, unos que permanecen aunque el cierzo pase a ser un tornado, como Cuartero, y otros que se dedican a la venta de crecepelo, poblando la plantilla de mediocres, como Julià, mientras desde los medios de comunicación continúan sacando la cara a unos dirigentes con lo de la falta de dinero, como si el resto de clubes de la segunda división contasen con presupuestos de Premier. Estoy muy harto de tanta incompetencia.
Por Jermey North.
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