A ganar | La Lupa

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Real Zaragoza 3 – 2 R Valladolid

“El Zaragoza va a jugar, el Zaragoza va a vencer, el Zaragoza va a luchar por su afición. Y los mañicos auparán a los blanquillos del león: azul y blanco es el color del campeón. Aúpa, Zaragoza, arriba y a vencer, palmadas al viento que gritan ganaréis. La raza en el juego, nobleza y valor, bandera y orgullo de nuestro Aragón.

La Romareda vibrará y el cachirulo se alzará como la afición con once grandes del balón y una leyenda con trofeos al mejor. Aúpa, Zaragoza, arriba y a vencer, palmadas al viento que gritan ganaréis. La raza en el juego, nobleza y valor, bandera y orgullo de nuestro Aragón. A ganar, a ganar, el Zaragoza ganará. A ganar, a ganar, el Zaragoza ganará.”.

El himno del Real Zaragoza, así, escrito de corrido y de sopetón, no resiste una lectura que no sea crítica por su banalidad. En cambio, cuando 30.000 zaragocistas lo cantan apasionadamente en la previa de los partidos de La Romareda, le falta una miaja para llegar al nivel de perfección de los supporters del Liverpool cantando el “You´ll Never Walk Alone”, en la versión de Gerry and the Pacemakers (igual algo más que una miaja…), pero la emoción y la intensidad con la que cantamos el himno resulta apabullante y muy emocionante. Por fin, tras más de una década de oprobios al sentimiento zaragocista, se ha recuperado a la entidad que realmente queremos los aficionados y ese amor se demuestra, en su versión más “Talent Show”, con ese canto apasionado del himno. Y cuando los rivales ven, oyen y sienten rugir a la afición, se dan cuenta que no están en otro estadio más de la segunda división, van a competir contra un grande de primera división.

El Valladolid llegaba a La Romareda con una racha de victorias que le situaban en una posición privilegiada para encarar el playoff, era un rival muy peligroso. Pero el Real Zaragoza no descansa para alcanzar su objetivo del ascenso. Ha conseguido su mejor nivel atacante en el momento oportuno, tiene a Pombo, Papu y a Borja Iglesias muy enchufados y sus punzantes acciones suelen rasgar las defensas rivales. En la primera ocasión en que Pombo encontró a Borja, le dio una genial asistencia para que el Killer gallego marcase el primer gol. El partido entró en una interesante fase, con dominio vallisoletano y un par de oportunidades bien solventadas por Cristian y la defensa, y de control de juego zaragocista, con Eguaras encontrando las líneas de pase a la vanguardia, que buscaban profundidad en sus contrataques.

En la reanudación, el Real Zaragoza salió más enchufado de lo habitual, más no sirvió para evitar el empate de Toni Villa, en uno de los enésimos centros laterales que se reciben. En una confusa jugada, Borja es objeto de penalti claro y consigue el segundo gol. El árbitro, que no debía sentirse muy seguro de su decisión anterior, buscó congraciarse con los pucelanos y expulsó muy injustamente a Eguaras por una supuesta entrada que ni siquiera llegó a golpear a Oscar Plano. Quedaba media hora de sufrimiento. Afortunadamente, otra jugada extraña dentro del área visitante finalizó con un penalti a Verdasca, que materializó nuevamente Borja. Con la ventaja en el marcador, el equipo buscó defender algo más arriba, con la entrada de Febas y Buff, aunque siguió sufriendo en las bandas por la superioridad en número y en fuerzas de los vallisoletanos. Con Cristián apareciendo con sus ágiles intervenciones en momentos clave, finalizó el partido con una nueva victoria en el fortín de La Romareda. Emoción y alegría a partes iguales.

Ya estamos en playoff, nos ha sobrado una jornada y además con la ventaja añadida de la vuelta de la primera eliminatoria en La Romareda. La temporada está resultando reparadora, en resultados, en ánimo y en sentimiento. Ahora toca poner la guinda al dulce pastel.

Por Jeremy North.

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