Cambio de tercio | La Lupa

Cambio de tercio | La Lupa

Real Zaragoza 2-1 R Oviedo

La expresión coloquial “cambio de tercio”, empleada en una conversación, o en una situación en general, viene a significar un cambio repentino o sustancial, un replanteo en dicha situación. Tiene su origen en el mundo taurino, donde una lidia de toros se divide en tres partes o tercios: el tercio de varas, en el que el matador recibe al toro con el capote, midiendo su bravura y lo lleva al caballo del picador; el segundo tercio o tercio de banderillas, donde se procura avivar al animal, para afrontarlo finalmente en el último tercio: el tercio de muerte, durante el cual ha lugar el enfrentamiento definitivo del matador con el toro. El matador realiza la faena de la suerte de muleta y posteriormente, y si los hados no le son fatalmente esquivos, concluye con una estocada entre los omóplatos del cornúpeta.

La segunda división española culmina con esta vigesimoctava jornada el segundo tercio de la temporada. Catorce jornadas quedan. Todo un tercio de liga: el último, allí donde se dirimen las cuestiones y se decide la suerte final. El Real Zaragoza llega a este punto inmerso en una especie de transición, casi de metamorfosis, desde un equipo inseguro pero resultón, endeble y a trompicones, hasta un equipo más consolidado, más hecho, donde las piezas empiezan a encajar, donde el entrenador parece que salió airoso del juego de la gallina ciega y empieza a tener las ideas más claras.

Las victorias en La Romareda, frente a su afición, están siendo el detonante para ir creciendo en confianza. Tras Tenerife, Córdoba y Lugo, llegaba un rival de la zona alta: el Oviedo, hace años un habitual en Primera. El encuentro empezó áspero, con poco peligro en las áreas y bastantes fallos por ambas partes. Los dos conjuntos mantenían la entereza sin hacer concesiones de riesgo. Al final, fue una secuencia de grandes toques la que construyó el primer gol: un gran pase de Eguarás, un taconazo de compás de Buff y una fenomenal resolución de Borja a lo delantero centro clásico. A partir de ahí, los maños asentaron su dominio territorial y acabaron abrochando el resultado con un gol enhebrado con esa fortuna que poseen los audaces. El Oviedo no se acercó casi a la puerta de Cristian en todo el partido, lo cual habla de la solidez zaragocista.

Cuando las piezas funcionan, todo el equipo funciona. Es impresionante el despliegue físico y la lucidez de Guti, que se ha convertido ya en referente. Algo similar se podría decir de Lasure (¿Qué hacíamos el año pasado haciendo el somarda con Casados, Bagnacks y Fletchers teniendo en casa a Lasure y a Delmás???). Además de ellos, un Pombo bullidor, un Borja ambicioso, un Buff a lo mago de circo, un portero serio, y sobre todo, un director de orquesta que ejecuta pases verticales y entre huecos: Don Iñigo Eguarás pertenece a esa rara clase de jugadores que hacen el fútbol más fluido y vistoso. Quizás no sea (¿aún?) como las leyendas, pero desde parece preferible a los Morán, Dorca, Apoño o, Paglialunga, por decir algo.

Tras tres victorias consecutivas, y haber dejado el descenso a once puntos (llegamos a estar a dos, recuerden), la afición vuelve a sentir ilusión. No es para menos. Delante se encuentra un bonito premio al que se había llegado a renunciar hace muy poco: la lucha por la promoción. Se puede, se debe competir. Si se consigue, no será pronto. Habrá que seguir ejerciendo la paciencia en ocasiones, y conformarse con estar cerca, pero siempre al alcance. No quedan pocos partidos, tampoco muchos. Queda justo un tercio. ¡A por ellos Zaragoza!

Por Ron Peter.

aupazaragoza

Deja tus comentarios el foro de AupaZaragoza.com. El Real Zaragoza es nuestra pasión.

Comentarios

(required)