Correr antes de volar | La Lupa

• Listado La Lupa, La Lupa 2017-18

Sevilla Atl. 2 – 2 Real Zaragoza

De nuevo se enfrentaba el Real Zaragoza a un equipo filial, el Sevilla Atlético, de infausto recuerdo en lo que a los enfrentamientos habidos el año pasado se refiere. No se le dan bien  a nuestro equipo este tipo de contrincantes. Por unas razones o por otras, acaban siempre provocando atragantamiento. Quizás una confianza mal entendida al tener delante al colista que no había ganado ningún partido, tal vez un atisbo de vértigo ante lo que se puede alcanzar a poco que las cosas se hagan bien, el caso es que los blanquillos salieron nublados al terreno sevillano, y eso como era de esperar, eso acabó pasando factura.

Se venía de encadenar cinco partidos sin perder, con un innegable aire de mejora respecto a los primeros partidos de liga. Por fin las sensaciones se estaban traduciendo a puntos y el equipo tierno y desenhebrado está cogiendo poso y empieza a creer en sus posibilidades, que son muchas. Pero hay que tener los pies en el césped. Para volar hay que correr antes, y quien dice correr dice mantener vivos factores como la concentración y la pericia. Una vez más, como sucedió en Oviedo, se regaló un gol francamente estúpido, en la primera parte. Afortunadamente una gran jugada de Delmás y Borja consiguió equilibrar la balanza. Tablas al descanso.

En la segunda parte, guión repetido. Otra vez un falso alivio y un gol en contra. Y de nuevo a correr y a aplicar un esfuerzo extra. Otra vez planeando sobre nuestras cabezas las ideas de fracaso, herida reabierta, vuelta la mula al trigo, etc…La posibilidad de caer derrotados pesaba sobre todas las cabezas, y hubiera supuesto un grave menoscabo, no tanto en puntos como en el peso psicológico de romper una racha de partidos invictos y la incapacidad de ganar a un colista. De nuevo, un poco como sucedió en Oviedo en la segunda parte, el equipo se puso a la faena, y atacó con denuedo, mostrando las carencias del rival y obteniendo a la postre un fruto mínimamente aliviador de penas. Y una vez más, como otras veces, la victoria estuvo en un tris. Al final, no fue un tris sino un tras…trastazo. Podría haber sido mucho peor, pero no se dejó a la parroquia contenta.

El Real Zaragoza da la impresión de ser un equipo con muchas posibilidades, y para aquellos que así nos parece, nos da francamente rabia que esa potencialidad percibida no se convierta con presteza en los puntos necesarios para subir en la clasificación y empezar a plantear objetivos más allá de la permanencia. A veces la impaciencia nos hace olvidar que a principios de temporada este equipo no ofrecía muchos argumentos para esperar grandes cosas. El paso de las semanas, no obstante, ha mostrado que virtudes hay, que como diría el gran Eduardo González, mimbres hay, pero hay que hacer un buen cesto, bonito y resistente, y no es fácil hacerlo rápido.

En efecto, jugadores como Febas, Borja o Delmás tienen un talento creciente que aún está por llegar a su cima. En el caso de éste último, no son pocos los que volvimos a ver reencarnado por momentos, el espíritu de Belsué corriendo por la banda. Pero no son los únicos en ofrecer esperanza en tiempos mejores. En todas las líneas se percibe talento por surgir, y ganas y voluntad. Lo malo: los fallos que propician brechas atrás, y que deberían evitarse al máximo. Resulta un poco sobrecogedor pensar que los seis puntos que nos separan de la cabeza de la tabla corresponden a los fallos tontos de Oviedo y Sevilla y a un robo arbitral contra el Tarragona. Este equipo tiene potencial y además sabe jugar bien al fútbol. Seguiremos esperándole.

Por Ron Peter.