Extraviados | La Lupa
UD Almería 3-0 Real Zaragoza
El Real Zaragoza se desmoronó el pasado viernes, confirmando las señales mostradas en las últimas jornadas. El equipo blanquillo fue goleado por un rival que encadenaba muchas jornadas sin conocer la victoria y con graves problemas en la anotación. El descenso se encuentra a sólo tres puntos, lo que ha sumido a los de Natxo González en una situación extremadamente preocupante.
El Real Zaragoza da la sensación de ser un grupo extraviado. No se aprecian resultados al trabajo realizado. El equipo carece de rigor táctico, de automatismos y parece entrar siempre desconectado a los partidos.
A tenor de lo observado, el discurso de Natxo González no está calando entre la plantilla. Los últimos partidos han mostrado una involución en el juego del equipo. Se han perdido las facetas positivas en lo ofensivo, generando menos ocasiones y evidenciando cierta desconexión con la delantera. En lo defensivo, la presión realizada a la salida del balón rival ha decaído mucho, perdiéndose la buena colocación que se mostró en las mejores fases del equipo. El cuadro zaragozano es muy vulnerable, con especial incidencia en el balón parado.
En la defensa del balón parado se tiene uno de los grandes déficits del cuadro zaragozano. En este sentido, el controvertido método propuesto por Natxo González, con buena parte de los jugadores arremolinados alrededor del área pequeña, se está demostrando tremendamente desacertada para la defensa de estas jugadas. Este método, pese a que funcionó en Reus, proporciona ventajas a los rematadores, ya sea dejando mucho espacio para recibir y lanzar a los jugadores atacantes posicionados en la frontal del área, o bien dejando que el balón llegue a zona peligrosa, donde cualquier rebote puede ser mortal y la actuación del portero se dificulta.
La lectura de los partidos también está resultando deficiente. Los cambios suelen producirse tarde y rara vez suponen un cambio profundo en la disposición táctica del equipo. En muy pocas ocasiones el Real Zaragoza termina el partido con el control de lo que sucede, encerrando al rival si así lo necesita o preservando el balón y durmiendo el partido en caso de llevar ventaja.
Sin embargo, sería erróneo focalizar toda la culpa en el banquillo. Buena parte de los problemas mostrados las últimas semanas tienen su causa también en la poca intensidad mostrada por la plantilla. Se han producido graves faltas de atención y rara vez se gana un balón dividido. La actitud defensiva como bloque no es la misma que semanas atrás, y la precipitación a la hora de realizar los pases está a la orden del día.
Por ello, urge una reacción tanto por parte de la plantilla como por parte del entrenador en el partido de este sábado ante el Reus. Es necesario cortar la mala racha cuanto antes para evitar caer a plazas de descenso, de las que resulta muy complicado salir como pueden atestiguar históricos como el Mallorca.
El Real Zaragoza tiene que volver a encontrar su senda. Tanto cuerpo técnico como plantilla deben realizar una profunda reflexión, encontrar el camino más adecuado para los medios existentes y ponerse el mono de trabajo para, con la intensidad en el campo adecuada, empezar a sumar los puntos necesarios para asegurar la permanencia cuanto antes.
Por Kicooper.
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