Casilla de salida | La Lupa

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Real Zaragoza 2 – 1 Rayo Majadahonda

El recuerdo de la temporada pasada, plena de emociones y sensaciones encontradas, con dos vueltas completamente distintas pero complementarias, puesto que la mediocridad de la primera vuelta sentenció la imposibilidad de ascenso directo tras una fulgurante segunda, es el que mueve al zaragocismo a una renovada implosión de amor a nuestros colores. Nos agarramos a los goles de Borja, al alumbramiento de un grupo de jugadores de la cantera que sienten el cariño por el escudo del león como lo sentimos los aficionados, Pombo, Guti, Lasure, Delmás y Alberto Zapater, a las paradas del mejor portero en lustros que guarda nuestra portería, Cristian Álvarez, en definitiva, recuperamos la esperanza en el futuro del club. Ese impulso transformador, que ha activado a una entidad languideciente y próxima al desguace, quiere mantenerse en esta temporada 2018-2019, con los cambios lógicos y derivados de la permanente inestabilidad económica, con un nuevo entrenador de interesantes conceptos y con la continuidad de gran parte de la plantilla. Y la afición nunca falla cuando se percibe el valor de su apoyo y ánimo, y en esta temporada decisiva estaremos dónde hace falta, aupando a los mañicos del león lo más alto que se pueda.

Un buen comienzo es importante para afianzar la confianza en una plantilla, y más si las bajas de la pretemporada son abundantes. El recién ascendido Rayo Majadahonda era una buena piedra de toque para conocer al nuevo-viejo Real Zaragoza de Idiakez, y así fue. La primera parte fue de total dominio zaragocista, con escasas oportunidades por falta de profundidad y de acierto en el último pase. Dos chispazos combinativos y el acierto de Jorge Pombo y posteriormente de penalti de Javi Ros, tras una gran jugada de James Igbekeme, fueron suficientes para dejar el marcador en franquía, demostrando la superioridad en el césped del Real Zaragoza.

El Rayo Majadahonda decidió que no perdía nada si buscaba con más ahínco la portería de Cristian y llegó en dos oportunidades con bastante claridad, en una de ellas con la primera parada estratosférica del argentino de esta temporada. Del arreón madrileño se pasó a la reacción zaragocista, que volvió a controlar el partido y tuvo varias oportunidades de sentenciar el encuentro, que no las aprovechó. El gol de Martínez en el minuto 85 sumió en el nerviosismo al equipo y a la afición, y se pasaron unos minutos de sufrimiento, que por fortuna no pasaron a mayores y se consiguió la primera victoria del ejercicio 2018-2019.

La exigencia del ascenso para el Real Zaragoza es algo evidente, como el valor para un soldado. Lo necesita la entidad para su supervivencia económica, institucional, deportiva…en todos los ámbitos. La dificultad va a ser máxima, pero eso es reconocido por cualquier equipo que tenga los mismos intereses que los nuestros, la segunda división se ha convertido en una categoría durísima, con equipos con aroma de primera que se encuentran atrapados en el disparate que ha creado Tebas, de una Liga Santander sin competencia para disfrute de los dos grandes. La lucha va a ser atroz, con rivales de mucha entidad, viejos conocidos con mayor disponibilidad económica. Nada de los sucedido la temporada pasada, con el tercer puesto, se puede utilizar para ésta, en lo tangible, estamos en la misma casilla de salida que Osasuna, Deportivo, Las Palmas, Tenerife, Sporting, etc. Pero se ha recuperado eso tan importante, con tanto valor esperanzador en lo intangible, el zaragocismo. A partir de allí, comienza la pelea, será dura y larga. Vamos a por el ascenso.

Por Jeremy North.

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