Jugadores, idea y personalidad | La Lupa

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R Sporting Gijón 1 – 2 Real Zaragoza

No pudo empezar mejor el año para el Real Zaragoza. El cuadro blanquillo obtuvo una victoria de prestigio en un marco incomparable con tramos de auténtico buen juego. La llegada de Víctor Fernández ha tenido un efecto casi milagroso, haciendo mutar una plantilla alicaída a un grupo convencido y ambicioso en sólo dos partidos.

La reacción mostrada en las dos últimas jornadas es consecuencia de tres factores: la selección coherente de jugadores, una idea clara de juego y personalidad de la plantilla para llevarla a cabo.

Durante buena parte de la temporada, y con especial incidencia en el nefasto periodo de Lucas Alcaraz, las alineaciones titulares del Real Zaragoza han resultado muy extrañas. Es de justicia reconocer que las lesiones de jugadores importantes han limitado la capacidad de elección de los entrenadores, pero dentro de lo disponible las decisiones técnicas en muchas ocasiones han sido difíciles de entender. Las suplencias de Álex Muñoz, Igbekeme o Pombo son difícilmente entendibles cuando se observa el rendimiento que dieron los tres en los dos últimos partidos. Cuando el Real Zaragoza ha podido poner sobre el campo sus mejores mimbres las prestaciones del equipo han mejorado exponencialmente.

En esa mejora de prestaciones ha sido determinante la idea de juego que ha traído Víctor Fernández. Su apuesta por un futbol más ofensivo, alrededor del dominio del balón y del atrevimiento, es mucho más coherente con las características de la plantilla que el enfoque defensivo de Alcaraz. La disposición sobre el cambo, con una formación flexible durante el partido, ha afilado al equipo permitiendo generar muchas más ocasiones que en semanas precedentes.

Para este buen funcionamiento táctico ha sido necesario también que los jugadores zaragocistas demostraran personalidad y convencimiento sobre el césped. Ambos partidos han empezado con el marcador en contra y ha sido necesario remontar manteniéndose firme a una idea. Los jugadores se han mostrado cómodos con la idea, con intención de mandar sobre el juego y ambición para ir a por los tres puntos. En dicha personalidad se atisba una importante labor de Víctor Fernández, haciendo llegar su discurso y convenciendo a sus pupilos de que son capaces de mostrar esas cualidades en el césped.

Será fundamental mantener esta dinámica el próximo domingo ante el Málaga. Se trata de un partido complicado, ante un rival con una plantilla potente y que vendrá con ganas de resarcirse de su último tropiezo ante el Reus. La victoria es clave para el Real Zaragoza dado que, a pesar de su formidable reacción, se encuentra a dos puntos de los puestos de descenso. A su favor contará una afición que volverá a acudir ilusionada, tras mucho tiempo, a la Romareda. Lo visto los dos últimos partidos sí le representa.

Por Kicooper.

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