La noche de Halloween | La Lupa

La noche de Halloween | La Lupa

Real Zaragoza 0 – 2 Granada CF

“La noche de Halloween”, película recién estrenada, y aún en cartelera, nos invita a un viaje hacia el terror, introduciéndonos en esa atmósfera ya clásica que impregnaba las historias de sicópatas sangrientos (“slasher”,lo llamarían ahora) y que tuvo su momento de eclosión en los 80, con la aparición de varios personajes siniestros que vinieron a quedarse para siempre en el olimpo de la ficción freak-gore. Michael Myers era uno de ellos. En su primera aparición en 1978, el director John Carpenter nos narraba los crímenes acaecidos en Haddonfield, allí donde años atrás, con tan solo seis años de edad, Michael había asesinado a su hermana.

Esta nueva versión fílmica conecta directamente con la original de 1978, mostrando como un sexagenario Michael Myers consigue fugarse del siquiátrico donde llevaba cuarenta años encerrado, sin haber pronunciado palabra alguna, sin proporcionar a los doctores ninguna pista sobre sus pensamientos o motivaciones. Una a una, con armas blancas, herramientas diversas o con sus propias manos, Michael avanza inexorable, incrementando el número de víctimas a lo largo del metraje, en un evidente tributo al film original y para deleite de sus fans. Es una bestia de la naturaleza que merodea por las calles de siempre, llenas de gente festiva que celebra la noche de Halloween, y que nos transmite tan solo la impasibilidad de su vieja máscara. Es, efectivamente, la encarnación del mal en estado puro, y no sabemos por qué.

A veces, al igual que les ocurría a los vecinos de Haddonfield, los monstruos del pasado vienen de visita.. En este domingo que cerraba el puente de la festividad de todos los Santos, los zaragocistas teníamos una cita nocturna en La Romareda. Un partido de fútbol contra un difícil rival, enmarcado dentro de un desasosegante y pernicioso estado de la situación deportiva actual del club. La acumulación de jornadas sin ganar, las inseguridades individuales, el bajo estado de forma de muchos jugadores, etc…era tan solo cuestión de tiempo que tuviese lugar el fallo fatal. En una jugada mal defendida, los delanteros granadinos entraron por el área pequeña como Pedro por su casa, o… como Michael Myers por las casas de los demás, hasta la cocina y más allá.

Un segundo gol, de impecable factura, y una expulsión antes del descanso, acabaron por allanar el camino de la derrota, sembrando la noche de desazón primero y ofuscación después. La segunda parte tuvo la historia que quiso un Granada que no quiso ensañarse, que se limitó a aguantar los deshilachados envites de un Real Zaragoza descoordinado, con arranques individuales y sin conjunción colectiva, sin mecanismos, un equipo irreconocible como conjunto, amplificando si cabe los defectos observados en jornadas anteriores.

El mal deportivo ha venido y se ha instalado entre nosotros, y no sabemos por qué. No sabemos por qué la defensa falla siempre alguna vez de forma peligrosa, no sabemos por qué cada jugador parece peor cada día que pasa, no sabemos por qué parece como si no hubieran entrenado ni jugado juntos antes. No sabemos por qué parece que lleven plomo en las piernas. No sabemos por qué el nuevo entrenador juega con el mismo sistema que el anterior. Sí sabemos que en verano no se ficharon a delanteros que pudiesen cumplir como Borja o el defenestrado Toquero, ni a un central experto como era Mikel González, ni a algún otro centrocampista que pudiese sumarse a Igbekeme en la previsible cobertura de los lesionados Eguarás, Guti y los sobreutilizados Ros y Zapater.

Hay más interrogantes que respuestas, y tan solo podemos especular. La grada estalló al final del partido como hacía tiempo que no se veía. El mal ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Y lo malo de no saber dónde está el asesino es…que éste puede seguir actuando…

Por Ron Peter.

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