Sin razones para el pesimismo | La Lupa
UD Almería 2 – 1 Real Zaragoza
El Real Zaragoza sufrió su primera derrota en Almería fruto principalmente del fuego amigo. Dos errores groseros dieron una inesperada victoria al cuadro andaluz, que no realizó mérito alguno durante todo el partido. Como es normal en el universo pendular del fútbol, los elogios recibidos durante la semana se convirtieron en críticas y dudas, en especial en los medios de comunicación. Este cambio de ánimo, unido a las malas noticias en forma de lesión de James Igbekeme, podría provocar que la corriente de zaragocismo entusiasta que inunda la ciudad desde la pasada primavera se deshiciese como azucarillo en el café.
Dicha posibilidad se ahuyenta de manera contundente simplemente analizando con mimo el partido del pasado domingo. No puede negarse que faltó frescura, con la Copa pasando factura en dos figuras clave como son James y Javi Ros, y no se percibió la alegría de otras tardes en el tridente ofensivo. Sin embargo también es cierto que el Real Zaragoza dominó el encuentro, siendo el dueño del balón. Demostró de nuevo mucha personalidad en un partido como visitante, buscando siempre la victoria. No en vano el segundo gol se encaja por no saber finalizar un contragolpe con muchos efectivos en los minutos finales de partido. Un contragolpe de esas características denota valentía y ambición, y sobre esa base se debe construir añadiendo una mejor lectura del juego, tratando de no desordenarse como sucedió tras el empate a uno
El Real Zaragoza mantuvo durante todo el partido la profundidad en ambos laterales. El planteamiento, con mayor o menor acierto, demuestra vocación ofensiva. El cuadro blanquillo dispuso de más y mejores ocasiones que el Almería, y con un mínimo de acierto probablemente el resultado hubiera sido distinto.
En lo referente dicho acierto las miradas se han posado en Marc Gual. El delantero catalán sigue con su infortunio de cara a gol, y en Almería no tuvo su mejor tarde en el remate. Convendría, no obstante, apartar un poco la mirada del aspecto anotador para fijarse un poco más en el fondo de su desempeño. Ahí se advierten virtudes que afilan al equipo: insistente en la presión, móvil, hábil en el desmarque y en la colocación. Merece la pena mantener la confianza en Marc Gual, dado que la cuestión del gol parece temporal.
El partido ante el Lugo debe ser una reafirmación de la filosofía que Idiákez quiere implantar a este equipo. El entrenador guipuzcoano es valiente, y parece que esa valentía está permeando en un equipo acostumbrado a un perfil de técnico más reservón. Sin embargo, para que esta idea acabe de interiorizarse en la plantilla necesita del respaldo de los resultados y la confianza que éstos otorgan, por lo que la victoria ante los lucenses es obligada.
La principal duda para este partido está en el remplazo de James Igbekeme. El retorno de Verdasca a la posición de pivote por delante de la defensa parece la más factible. No obstante, existe la alternativa de Nieto, con capacidad para cubrir ese puesto, o buscar un cambio de sistema que permita darle la titularidad a Soro.
El próximo sábado el zaragocismo debe acudir a la Romareda con su ilusión y su energía intacta. El equipo emite sensaciones como para seguir ilusionado, y con el mágico ambiente que está mostrando el estadio zaragozano este año conseguir un resultado positivo estará más cerca.
Por Kicooper.
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