Real Zaragoza – Valladolid | Mirada del Rival

Olvidado ya el partido de Sevilla donde tuvimos un cruel choque frontal contra la realidad, el equipo vuelve a jugar de nuevo en casa buscando construir cuanto antes la muralla y planificando donde irán las atalayas de lo que debe ser de aquí al final de liga la fortaleza de La Romareda. La lesión de Uche que estará 8 meses apartado de los terrenos de juego, la pérdida por convocatoria de la selección sub-20 de Ander y Laguardia, la lesión de última hora de Pablo Amo, el asunto Lafita que todavía no va a poder debutar (y va para largo), todo esto hace que las alarmas se hayan puesto a sonar ensordeciendo a todo el zaragocismo tomando conciencia de que cada jornada no se juega un partido más, si no una final. No se antoja como sencillo el partido del domingo básicamente por los nubarrones negros que rodean a nuestro equipo pero el Real Valladolid debería ser un rival propicio ya que no ha terminado de arrancar todavía y lleva arrastrando dudas desde la temporada pasada, por lo que nuestro equipo debe dar el todo por el todo y dar el primer golpe a un equipo de nuestra misma liga.

El Real Valladolid fue uno del primeros equipos de la Liga que comenzó a anunciar fichajes este verano, buscando reforzar las zonas que más debilidades presentaban. Alberto Bueno, delantero que llega de la cantera del Real Madrid del que se lleva tiempo hablando maravillas, Diego Costa al cual nos enfrentamos el año pasado jugando contra el Albacete y Manucho, que nada más llegar realizó una arriesgada apuesta sobre los goles que iba a marcar, deberán hacer olvidar de una vez por todas el hueco que Llorente dejó hace 2 años y que sigue vacío; Nauzet Alemán se presenta también como un buen fichaje, visto lo que vimos el año pasado en segunda, unidos todos ellos a Sisi, que nos destrozó en el Colombino, Nivaldo, Barragán y otros llegados para reforzar un juego de bloque que desde Valladolid seguirán esperando que sea la clave de la salvación un año más, confiando en que de nuevo el trabajo de Mendilibar de sus frutos como lo lleva dando desde que volvieron a la primera división hace tres años.

La temporada pasada el equipo pucelano representó la versión moderna de “El Extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” ya que, tras una buena primera vuelta que solventaron sin problemas, la relajación inexplicable y el bajo rendimiento de la segunda vuelta casi les condena al descenso terminando la liga en decimosexta posición. Esta temporada no han comenzado mejor las cosas, todavía no conocen lo que es la victoria y llegan a La Romareda con un único punto en su casillero tras empatar en Almería y sufrir una aplastante derrota en su estadio contra un Valencia que ha comenzado arrollando el nuevo curso futbolístico. Los quince partidos seguidos del equipo pucelano sin conocer la victoria si sumamos el final de la pasada temporada podrían ser un argumento que alegrara a cualquier aficionado zaragocista de cara a este próximo encuentro, y más si unimos que tan solo 4 partidos y 2 empates fue el botín que el equipo de Mendilibar consiguió a domicilio la campaña anterior, y si ya comentamos que históricamente, de 31 partidos jugados en primera división en La Romareda el Valladolid tan solo ha podido ganar 2 (aunque ha empatado 11) podríamos llegar a un estado de confianza bastante peligroso. Y es que de nuevo la realidad se cruza en nuestro camino y lamentablemente hay que acudir al último precedente, el del partido que jugamos el año del descenso, donde el Valladolid se impuso 2-3 controlando el juego de principio a fin.

En Valladolid las cosas andan algo calientes actualmente. Al principio de temporada se habló mucho de los fichajes, que generaron ilusión en muchos aficionados, ahora la confianza ha bajado bastante porque de seis puntos posibles solo tienen uno. El partido contra el Almería fue considerado por muchos como “heroico”al aguantar con diez jugadores todo el partido y empatar gracias a la buena actuación de su portero Jacobo, pero la semana pasada ya se empezó a cargar contra Mendilibar reprochándole sus planteamientos suicidas contra los equipos grandes que dieron como resultado un repaso en toda regla que les propinó el Valencia, aunque la pésima defensa que realizaron en ese partido contribuyó en exceso a que eso sucediera. La afición pucelana espera al menos puntuar en la Romareda. Consideran que tenemos un buen equipo pero plagado de bajas y es su oportunidad de empezar a hacer algo bueno. Su afición es optimista de cara al partido pero a la vez algo victimista ya que si no se puntúa en Zaragoza y se gana al Osasuna en el José Zorrilla casi se puede anunciar una “revuelta social”. Parece que los nervios se han instalado demasiado pronto en Valladolid habida cuenta de que llevamos 2 jornadas de liga, pero los pitos en la grada hacia jugadores como Baraja ya han comenzado a producirse. También hay polémica con su portero suplente, Justo Villar que se quiere marchar en navidad si no juega, pero conocida la cabezonería de Mendilibar es improbable que saque a Jacobo de la portería. En el seno del Real Valladolid los ánimos están muy altos y son pacientes con los resultados a pesar de la mala racha de partidos sin ganar en liga. Esta temporada esperan salvarse sin los agobios del año pasado. Se ven más fuertes en la comparación con otros equipos, eso si, los jugadores todavía tienen que acoplarse.

No se presenta un partido fácil precisamente y no debemos confiarnos en absoluto como seguro que, ni mucho menos, lo estarán los jugadores de nuestra plantilla, y en ellos debemos confiar.

Por Tyler Durden

Colaboración: José Cardeñoso de blanquivioletas.com

 

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