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Artículo de Cuñao

Depreciación. Según el diccionario “Disminución del valor de una moneda o de otro bien”. Esta definición, tan escuchada estos días a raíz de las consecuencias del Brexit, se puede achacar al trofeo Carlos Lapetra. Tan denostado y depreciado en tantas ocasiones.

La semana pasada el Eibar anunciaba un amistoso en La Romareda contra el Real Zaragoza el próximo 13 de Agosto. Dada la fecha, el lugar y dado que en el estadio zaragocista el único amistoso que se juega en verano es el Carlos Lapetra todos dedujimos que ese iba a ser el encuentro.

El Real Zaragoza se limitó únicamente a anunciar el partido. Se oían rumores de que el Barcelona se había ofrecido a jugar el trofeo de forma gratuita. Pero solo quedo en eso, rumores.

Esta semana finalmente el Real Zaragoza ha confirmado que la edición del trofeo será finalmente contra el Eibar en la fecha y lugar indicados.

Y ahora digo yo, ¿El Eibar?

Parto de la base del respeto que le tengo al club guipuzcoano  el cual milita en una categoría superior a la del Real Zaragoza. Pero, ¿El Eibar?

Históricamente el trofeo Carlos Lapetra ha sido una fecha con cierto encanto dentro del panorama futbolístico zaragozano. Era el primer encuentro antes de arrancar la temporada. Primer partido después del largo parón veraniego en el que fluían sensaciones: volver de nuevo a La Romareda, ver que tal eran los nuevos fichajes veraniegos y ver como quedaban puestas las nuevas equipaciones. Ver a tus compañeros de grada y, como no, ver al Real Zaragoza.

Como digo era un día con cierto encanto. Un pequeño evento al que apetecía ir. Más aún cuando aquel año se dejaban caer equipos de primer nivel como el Parma, la Lazio o el Feyenoord.

Los años fueron pasando y se fueron haciendo cosas mal hechas fruto del poco (o nada) mimo que se tenía por parte de la directiva. Poner como ejemplo la edición de 2008 que enfrentó al Real Zaragoza contra el Getafe un lunes laborable después de las fiestas del Pilar o la edición de 2010 que supuso un triangular entre Real Zaragoza-Huesca-Teruel un miércoles laborable en los primeros días de Octubre. Ediciones demenciales que llevaron al actual presidente del Real Zaragoza Cristian Lapetra a solicitar, con toda la razón, que se retirase el nombre de su padre del trofeo.

En años posteriores la cosa mejoró un poco. Se pasó a jugar de nuevo antes de empezar la liga. Dada la situación del Real Zaragoza desaparecieron los equipos extranjeros y fueron varios equipos españoles los que pasaron por aquí (Español, Getafe, Villarreal, Real Sociedad). Bueno, en algunos casos tenía cierto interés y en otros, dado el rival, era un encuentro totalmente anodino. Pero dada como digo la situación del Real Zaragoza se podía aceptar.

Este año el elegido es el Eibar y, de nuevo con mi máximo respeto al equipo vasco, me parece demencial. Lo siento pero es así. Es un equipo al que hay que respetar más aún cuando milita en primera división y el Real Zaragoza no. De hecho es el único punto positivo que se le ve a este equipo.

Entiendo la delicada situación del Real Zaragoza y entiendo que la limitación para traer equipos es grande. Desconozco como funciona esto de los amistosos y como se contratan a los equipos. Pero de ahí a aceptar esto va un mundo. Lo siento pero yo lo veo así.

Somos el Real Zaragoza. Estamos en segunda por méritos propios y solo se ascenderá con esfuerzo y con trabajo. Pero somos el Real Zaragoza. Un poco de orgullo. Un poco de dejar de aceptar todo con resignación porque “es lo que hay y hay que conformarse”. Porque esto, si lo miramos fríamente, es un detalle sin demasiada importancia. Pero esta actitud de resignación y conformismo casi insultante se da en otros aspectos del club con mucha más importancia.

El callar, tragar, admitir y dar todo por bueno ha ayudado a que el Real Zaragoza, a día de hoy, este donde este. Porque los mejores años de este equipo han sido cuando la grada era exigente. En muchos casos demasiado con conductas muy reprochables. Pero hemos pasado de un extremo a otro. De protestar porque no había langostinos todos los días a comernos los restos de los demás dándolo por bueno porque “es lo que hay”.

E insisto, que esto es un detalle sin importancia. Lo que preocupa más es que esta actitud se extiende respecto a asuntos con mucha más importancia.

El trofeo Lapetra como digo es un pequeño evento del zaragocismo con cierto encanto que no debe perderse. Aparte de que puede suponer unos pequeños ingresos atípicos si se usa la imaginación y se crea un partido apetecible de cara al aficionado. ¿Pero el Eibar?, ¿A alguien le apetece?

Si no hay dinero o no se puede traer a otro equipo de primera (que mira que hay) se trae al Numancia que aunque este en la misma división del Real Zaragoza se crea un partido mucho más apetecible para el espectador. Si es así de sencillo. Que las limitaciones respecto a presupuesto y fechas están ahí pero con algo de trabajo se puede conseguir algo mejor porque tampoco es difícil.

Espero que, al menos, se vuelva al trofeo que se daba habitualmente y no se siga la moda de estos últimos años de que cada años es distinto y que con suerte cualquiera lo puede comprar en una tienda de trofeos para tenerlo en su casa sin gastarse demasiado dinero.

Por Cuñao