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Artículo de Cuñao

Luis Milla ha sido cesado. La crisis en la que lleva inmerso el equipo en las últimas 6 jornadas ha acabado por finalizar la trayectoria del entrenador turolense en el Real Zaragoza que se ha traducido en 11 partidos de liga.

De nuevo un entrenador despedido. De nuevo un entrenador que no dura ni seis meses. De nuevo una crisis. De nuevo otro fracaso.

La situación del Real Zaragoza es crítica. El ascenso cada vez se está convirtiendo en algo más quimérico. Tras esta undécima jornada el equipo se encuentra a ¡13! puntos del Levante que es líder y a 7 del Reus que es segundo. Unas distancias a tener muy en cuenta que, en el caso del Levante, va a ser muy muy complicada de alcanzar.

La temporada se está complicando muy mucho ya en Noviembre. Como digo la situación es crítica. No hay margen de error y el tiempo para reaccionar empieza en el siguiente partido. Solo hay que ver la clasificación para darse cuenta.

Milla se ha disuelto como un azucarillo en agua. El equipo realizó un buen inicio de temporada llegando a estar empatado a puntos con el líder. Pero a raíz del partido ante el Nastic el equipo ha ido empeorando cada partido hasta llegar al punto en el que estamos.

¿Qué ha pasado? No es normal que el equipo haya dado un bajón tan grande. Porque el equipo tiene carencias muy evidentes desde el primer partido. Eso es sabido y conocido por todos. Pero, pese a las carencias, el equipo funcionaba. Ahora, las carencias son las mismas y lo que antes funcionaba ahora no.

¿Por qué se produce esto? No lo sé.  El fútbol es un deporte caprichoso donde a veces suceden este tipo de situaciones. Pero es que estas situaciones, que en teoría deben ser excepcionales, en la situación del Real Zaragoza es la tónica dominante.

Por tanto el cese de Milla es algo lógico dada la situación. No se puede cometer el error que se cometió con Popovic de aguantar a un entrenador que no servía. Si un entrenador va a peor y no es capaz de remontar la situación es momento de cesarlo y poner a otro que sepa (o al menos intente) hacerlo mejor.

¡Pero es que aquí nadie sirve! Ese es un problema enorme que queda en el trasfondo de todo este asunto.

Desde que llego la fundación no ha habido un entrenador (de los cuatro habidos en dos años) que haya durado más de seis meses. A Víctor Muñoz se le ceso por razones extradeportivas a los tres meses de llegar. La estancia de Popovic se alargó de una forma absurda e incomprensible pese a que en Marzo/Abril de 2015 (recordemos que llegó en Noviembre de 2014) sus errores eran un lastre para el equipo. Carreras duró seis meses y Milla 11 jornadas.

Aquí no funciona nadie. Desde que llegó la fundación, cesando a un entrenador que funcionaba como Víctor Muñoz, no han cometido un acierto en este aspecto. Nadie funciona y todos los entrenadores se queman. ¿Qué sucede? Porque como he dicho en anteriores artículos la directiva no se ve salpicada por este asunto. Pero solo hay que ver los entrenadores que ha habido estos dos años para darse cuenta de que algo no funciona bien.

Juliá llego como director deportivo el año pasado haciendo, relativamente, un buen trabajo. ¿Cesar también a Juliá como se hizo con Martín González? ¿Solucionaría algo?, ¿Se va a estar cesando de continuo a todo el mundo? Porque esa es una dinámica que solo lleva al fracaso del club en todos los aspectos. Institucional y deportivo.

Cambian los jugadores, cambian los entrenadores, cambian los directores deportivos, la directiva sigue estando y esto no funciona. Visto así parece que las miradas se localizan, con razón, hacia un punto muy concreto.

Esta directiva no da una. Hicieron un excelente trabajo en el verano de 2014 salvando al equipo y organizando, sin apenas tiempo y dinero, un equipo de garantías. Pero, quitando eso (que es un buen trabajo como digo), el resto de lo que ha venido ha dejado muy mucho que desear. Algo para tener en cuenta y para preocuparse.

El ascenso urge pero cada vez es más difícil en todos los aspectos. Esta temporada ya de por si el equipo, sin terminar Octubre, ya está en crisis. Y cada vez es más difícil porque cada vez hay menos dinero y porque no hay nada o nadie que parezca hacer funcionar esto. Como se dice en el circo el más difícil todavía.

Podemos simplificar y reducir la situación a que la directiva, de por sí, no funciona. Es que la trayectoria del Real Zaragoza es una sucesión de errores y de que nadie que viene funciona. No hay que ser muy listo para ver que quien lleva el Real Zaragoza no lo lleva bien. No saben, no pueden, no quieren o ambas tres. Yo no lo sé. Pero sí sé que el equipo va a peor y que cada vez es  más complicado volver a ver al Real Zaragoza como un equipo de futuro.

Esperemos (de nuevo) y confiemos (de nuevo otra vez) en que el próximo entrenador que ocupe el banquillo zaragocista convierta esta crisis en una anécdota a final de temporada. Aunque, ahora que pienso, ¿Cuántas veces he dicho esta frase?

Por Cuñao