Se ha perdido mucho tiempo

Se ha perdido mucho tiempo

Artículo de Cuñao

Tras el último partido ante el Numancia el presidente del Real Zaragoza, Christian Lapetra, realizó unas duras declaraciones acerca de los fallos arbitrales que tanto han perjudicado al equipo estas últimas jornadas.

Y tiene toda la razón. La errónea expulsión de Dorca supuso que el equipo se rompiese cuando tenía el partido prácticamente sentenciado con un 0-2 terminando como todos conocemos: el Real Zaragoza ha perdido las riendas del encuentro y el Numancia ha terminado empatando a falta de pocos minutos para el final del partido.

Situaciones como la vivida en Soria cabrea. Si esa situación viene por un error arbitral el cabreo aumenta. Si a eso añadimos que no es la primera vez vuelve a aumentar. Y si para terminar añadimos que estamos en la recta final de la temporada donde la parte de arriba esta tan apretada y cualquier resultado negativo puede privar a un equipo de los puestos de ascenso directo el cabreo es supremo. Con razón.

Como digo le doy la razón (porque la tiene) al presidente del Real Zaragoza y apoyo las declaraciones que ha hecho en los medios. El equipo se está jugando mucho en estas jornadas (no solo el ascenso a primera división sino incluso hasta la supervivencia del club) y por tanto los errores arbitrales que crean un perjuicio tan grande no son admisibles. Más aun cuando, como hemos comentado, no es la primera vez que suceden.

No obstante creo conveniente comentarle al señor Lapetra que este año se ha tirado casi media temporada a la basura. Y se ha tirado casi media temporada a la basura por mantener, sin lógica alguna, a un entrenador que desde antes de iniciar esta campaña se sabía que no era adecuado para entrenar al Real Zaragoza.

Popovic, como pronto, debería haber sido cesado tras los play off ante Las Palmas. La temporada pasada se vio que no era adecuado ya que cometía muchos errores. Errores que se traducían en la pérdida de puntos en el terreno de juego. Por tanto su cese era una decisión necesaria y adecuada. De este modo el nuevo entrenador disponía de todo el verano para preparar el nuevo proyecto que dirigiese al Real Zaragoza en la lucha hacia el ascenso.

Esto no se hace y se opta por mantener a Popovic. ¿Por qué? No lo sé. Si analizamos todos los partidos que había dirigido hasta entonces vemos una enorme cantidad de fallos que, como he comentado, se traducían en pérdida de puntos por el equipo. ¿No veían los dirigentes del Real Zaragoza los partidos? Pregunto. Yo no lo sé. Y a la vista de los acontecimientos me quedaron muchas dudas.

Se mantiene a Popovic y, como se vio la temporada pasada, sigue sin funcionar. Por ello se le cesa en la jornada 18, casi a mitad de temporada. O resumiendo más, media temporada a la basura.
¿Por qué se tomó la decisión de mantener a Popovic? No lo sé. Es uno de los grandes misterios de esta etapa del Real Zaragoza. Creo que jamás en los 84 años de historia de este club a un entrenador se le había dado un margen tan exageradamente amplio permitiéndosele cometer una cantidad de errores escandalosa. Ilógico totalmente.

Muchos que lean este artículo pensarán “¿Pero a qué viene ahora sacar el tema de Popovic?” Pues tiene mucho que ver. Tiene mucho que ver porque, como dice el refranero, “Solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”. Ahora que se acaba la temporada vemos la urgencia de puntos que tiene este equipo. Pero meses atrás la directiva no vio como se iban una cantidad escandalosa de puntos por el desagüe por una errónea decisión. A lo mejor si Popovic no hubiese comenzado esta temporada el desastroso arbitraje de hoy hubiese sido una anécdota sin demasiadas consecuencias. Quién sabe.

Pero lo que tiene que saber la directiva del Real Zaragoza es que no se puede mantener tanto tiempo en el cargo a un entrenador que se veía que no era adecuado. No se puede. No hay más. Nos jugamos mucho.

Sobre los fichajes invernales no profundizaré porque si no este artículo se hará excesivamente largo. Si quiero reseñar que en el apartado de fichajes no tengo nada que achacar a la directiva. El año pasado Ángel Martín González, sin apenas tiempo y dinero, supo crear una plantilla competitiva que rozó el ascenso a primera división. Por tanto era normal confiarle la planificación de la plantilla. Este año, con mucho más tiempo para organizar este aspecto, Martín González organizó una plantilla peor que la del año pasado que, si no fuese por los fichajes invernales, hubiese sido imposible ascender con esos jugadores. Por tanto aquí el Real Zaragoza actuó correctamente tanto confiando en un trabajador que había hecho muy buen trabajo como cesándolo cuando fracaso.

Pero con Popovic no se actuó correctamente. Al contrario. Y eso no se puede admitir.

Por Cuñao

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