Real Valladolid – Real Zaragoza | La Previa
Domingo 23 de octubre 12:00h
Con el crédito agotado, con la confianza con la reserva encendida, con la guillotina sobre la nuca… podíamos seguir hasta el fin de esta previa con ejemplos, pero esa es la situación que ahora mismo vive Luis Milla ante el partido del domingo en el vallisoletano José Zorrilla. Resulta duro y hasta difícil de entender que transcurridas 10 jornadas un entrenador esté ya ante un ultimátum, pero más duro resulta saber que el Consejo ya ha perdido toda confianza en el cuerpo técnico y, a veces, parece que hasta en la Dirección deportiva. El Real Zaragoza se ha convertido en la última década en un monstruo que devora proyectos deportivos a velocidad de vértigo y este hecho no ha cambiado con la nueva propiedad; más allá del presente más inmediato convendría reflexionar sobre ello.
En esta situación límite, los blanquillos visitan a un Real Valladolid en plena recuperación, los de Paco Herrera, uno de tantos entrenadores devorados a orillas del Ebro, han dejado atrás una durísima crisis en la que encadenaron nada menos que 5 derrotas consecutivas, y ahora se muestran como un equipo nuevo y confiado en plena escalada hacia los puestos delanteros. Sin duda un difícil rival para una situación delicada, tan sólo los últimos resultados zaragocistas cerca del Pisuerga nos hacen tener una mínima esperanza.
En el ámbito meramente deportivo, la recuperación final de Cani es la noticia más positiva. Mientras Xumetra sigue renqueante de un esguince de tobillo más fuerte y doloroso de lo que podía parecer. La entrada bajo palos de Ratón, en lugar de un muy desafortunado Irureta, y la aparición de Jorge Casado como interior zurdo por delante de José Enrique parece que pueden ser las principales novedades junto con un posible cambio de sistema, pasando a un 1-4-4-2. Todo sea por conseguir una victoria balsámica y recuperar esas sensaciones de principio de temporada que, como se ha venido constatando en las últimas jornadas.
Sea como fuere, el partido del domingo significará un antes y un después en la temporada zaragocista. Difícil valorar de antemano si una victoria será un impulso nuevo o supondrá tan sólo alargar la toma de una decisión que, tras la derrota del domingo pasado ante el Elche, parecía ya definitiva desde parte del entorno.
Por Peterpan
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