Tras sus gestiones en el mercado de invierno, ¿Poschner es un buen Director General?

Tras sus gestiones en el mercado de invierno, ¿Poschner es un buen Director General?

NO. Opinión de Falçao

Hoy por hoy no cabe defensa sensata de Gerard Poschner; que en el mercado de invierno hayan llegado siete jugadores no puede atenuar la enorme responsabilidad del alemán en la peor primera vuelta de la historia blanquilla: primero porque ni siquiera vemos en los fichajes la mano de una persona que cesado Marcelino hablaba de “intentar traer un delantero” y, sobre todo, porque tener que fichar tanto es una demostración más de la pésima planificación deportiva: ¡que mal lo tuvo que hacer en verano si ha tenido que fichar tanto en enero!, o dicho de otra manera, ¡que distinta hubiera sido la primera mitad del campeonato si jugadores como Contini, Suazo o Colunga hubieran estado en septiembre!. Se ha reaccionado tarde, exponiendo al Zaragoza a un riesgo enorme, algo a incluir en el debe de Poschner.

El mes de agosto fue de tortura para los zaragocistas, quienes recuperamos de un plumazo la angustia y desazón alejadas tras vencer al Córdoba; y es curioso que el inicio de la más desastrosa gestión recordada aquí en materia de fichajes coincida rigurosamente en el tiempo con el anuncio del alemán como Director General; hasta entonces las llegadas de Carrizo, Pennant, Uche y Aguilar, sin ser la repanocha, aportaban cierta esperanza; desde que Poschi tomó las riendas sólo hubo pasividad y decepciones: no se pudo cerrar el fichaje de Canella cuando todos los implicados lo deseaban, Negredo pasó en horas de gran bombazo a gran berrinche y no se consiguió traer a ningún central de jerarquía; Poschner fue incapaz de cerrar con éxito ninguna gestión de altura.

Los únicos logros fueron Marco Babic, a quien nadie quería , Obradovic, que llegó a jugar con el Partizan tras haber sido presentado y Lafita, creando un conflicto evitable e innecesario con el Depor. Y es que el mal estilo y el enfrentamiento han sido formas traídas por el ex jugador del Rayo a las oficinas de Eduardo Ibarra: al caso citado cabe añadir el intento de arrebatar subrepticiamente a Doblas al Huesca y el chapucero cambio de condiciones que Ponce asegura se realizó en su precontrato, por no hablar del recurso a la murmuración y a la deslealtad usados en el cese de Marcelino García Toral.

Cabe añadir la nefasta gestión del caso Ewerthon, pretendiendo resolver el problema del hombre gol faltando cuatro días para el cierre del mercado. El jugador no puso de su parte, pero el hecho de que el brasileño se tuviera que quedar a disgusto, sin venir nadie en su lugar, tiene mucho que ver con la debacle zaragocista posterior; tras la lesión de Uche Poschner siguió siendo incapaz de gestionar un sustituto.

A estas alturas del campeonato la valoración del trabajo de Poschner en el Real Zaragoza no pasa control de calidad alguno, habrá que esperar al próximo verano para darle otra oportunidad, aunque posiblemente lo mejor para los intereses blanquillos sería que a esas alturas Poschner fuera ya historia en el Zaragoza.

SI. Opinión de aporellos

He de decir que me parece precipitado enjuiciar la labor de un cargo de esta importancia, cuando apenas lleva seis meses en el club, pero centrándome en el análisis de su gestión durante el mercado de invierno creo que podré convencer a la mayoría de la capacidad del germano.

En diversas entrevistas, al preguntarle sobre cual era su función en el club, Poschner aclaró «Yo no busco jugadores, esto es labor de los técnicos, me limito a, en función de las necesidades deportivas que me plantean los técnicos y las posibilidades financieras que establece el Sr. Porquera, decidir si es viable iniciar negociaciones para la adquisición de un futbolista, buscado y propuesto por la dirección deportiva. A partir de ese momento mi labor es negociar y conseguir los servicios de este futbolista al menor coste posible para el club.»

Los hechos han sido tozudos a lo largo de este mercado invernal: siete incorporaciones nuevas y de calidad, algo sin precedentes en la historia del fútbol español, y cuatro salidas, once movimientos que han conseguido darle un aire nuevo al equipo y acabar con la mentalidad perdedora que se había instalado en el vestuario.

Si a esto le sumamos que la «Revolución» ha tenido un coste cero o mínimo para las arcas, dejando a un lado simpatías o antipatías personales, no creo que nadie pueda dudar de la capacidad del Director General.

Los grandes hombres de empresa son los que saben dar la talla y responder en los momentos de crisis y Gerard ha respondido con hechos, no con palabras.

aupazaragoza

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