Adiós a Savio

Era un secreto a voces. El propio Savio lo había insinuado con su anuncio de que hablaría tras la Final de Copa. Para los aficionados que hemos adorado al mejor jugador que se ha visto en La Romareda en muchos años resulta un duro golpe. Savio estará siempre en nuestros corazones. Pero hay cosas que no se entienden. ¿Qué motivos tiene el brasileño para estar tan enfadado? Víctor Muñoz puede haberse equivocado, pero también Savio.

 

Este año Savio no ha jugado bien. Desde el principio se le vio lento y muy alejado del jugador fantástico que pudimos disfrutar en la temporada pasada, en la que se echó al equipo a las espaldas. Tuvo una fase en la que pareció que iba hacia arriba, pero a partir del empate en Barcelona, comenzamos a verle desmotivado y casi arrastrándose por el campo. Se habló de relajación tras la renovación y de preocupación por el estado de salud de su padre. Difícil juzgarlo. Sea como fuere, en la visita a Villarreal, Savio cuajó otro partido mediocre y desconectado, y justo cuando empezaba a animarse, Víctor lo cambió. Quizá fuera este el principio del deterioro de las relaciones entre ambos.

Entonces llegó el fallecimiento del padre de Savio, que le afectó profundamente. Durante su ausencia, el equipo superó la crisis de la derrota ante el Sevilla, que a punto estuvo de provocar el cese del entrenador, con sendas victorias en Jerez y Cádiz, de la mano de Cani y Ewerthon. Al regreso de Brasil, las actuaciones de Savio fueron todavía peores. Todo el zaragocismo comprendió que se debía a su estado de ánimo, que lógicamente no podía ser bueno. Afortunadamente, ahí estaba Cani, en la temporada de su explosión en Primera, asumiendo el rol de estrella del equipo y haciendo olvidar por completo la ausencia de Savio.

Entonces Víctor cambió al brasileño en el partido de la victoria contra el Athletic y el jugador se agarró un cabreo de antología, que no estaba en modo alguno justificado, habida cuenta de su bajo rendimiento. Tras las vacaciones navideñas, Savio tardó en reintegrarse al equipo más de la cuenta. Al parecer, su estado anímico le produjo un bajón físico agravado por algún tipo de lesión muscular que le mantuvo alejado de los terrenos de juego durante un mes. Su regreso fue prematuro ante el Celta y estuvo otro mes de baja.

Cuando por fin volvió a las convocatorias, las relaciones entre jugador y entrenador empeoraron rápidamente hasta el punto de que Savio anunció que no volvería a hablar a los medios de comunicación hasta después de la Final de Copa. El motivo de su enfado era que Víctor le daba entrada con cuentagotas, y es que el entrenador parecía decidido a seguir confiando en los hombres que habían tirado del equipo durante las ausencias del brasileño. A todo esto, la afición quería a Savio en la Final de Copa. En un partido así se quiere a los mejores, y Savio, pese a todo, es el mejor jugador de este equipo.

El brasileño quería jugar la Final a toda costa y esa motivación le llevó a mostrar de nuevo algunas gotas de su indudable calidad en los minutos que tuvo. Sus actuaciones no es que fueran espectaculares, pero destacó por encima de los demás porque el equipo había entrado en barrena en la Liga. Esto explica, por ejemplo, que Savio haya empatado con Cani como jugador más votado por los visitantes de AupaZaragoza.com en la que ha sido la mejor temporada del aragonés y la peor del brasileño en el Real Zaragoza.

Finalmente, Savio no fue titular en la Final. Salió por Oscar en la segunda parte y mejoró el juego del equipo, pero no fue decisivo. Víctor pudo equivocarse al no ponerlo de titular, pero la verdad es que la Copa se perdió por otras razones y otras zonas del campo.

Ahora Savio ha dicho lo que todo el mundo esperábamos: que quiere irse. Si pudiera se iría hoy mismo mejor que mañana. Por mucho que pueda estar enfadado con Víctor Muñoz, esta no es la forma de actuar de un profesional con un club y una afición que le ha dispensado un trato inmejorable. Y si sólo se trata de que quiere irse a Brasil a estar con su madre, no viene sino a demostrar que este año su mente no estaba en el Real Zaragoza y que Víctor Muñoz tenía sus razones para no darle esta temporada el mismo protagonismo que le dio estos dos últimos años.

La verdad, no es de recibo que un jugador se borre del equipo en las duras, sean cuales sean sus razones, que finalmente se decida a volver en las maduras y entonces exija que le concedan el rol que le correspondía antes de borrarse, por mucho que este jugador pueda ser nuestro adorado Savio.

Ahora el Real Zaragoza debe ponerse en su sitio. De acuerdo en que no tiene sentido obligar a quedarse a un jugador que no quiere estar aquí, a pesar de que tenga contrato en vigor, pero tampoco hay que hacer el canelo. Hay que exigir a Savio que se vaya a final de temporada y con unas contraprestaciones adecuadas.

Y entonces ya sólo quedará darle las gracias por los servicios prestados, y desearle que le vaya bonito, y felicitarnos por haber podido ver en La Romareda a uno de los mejores futbolistas del mundo de los últimos años, desde luego el mejor que ha pasado por el Real Zaragoza en los últimos diez años, y entre los mejores de los últimos treinta.

Por Poyet11.

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