El Real Zaragoza incurre año tras año en los mismos errores de planificación. En este loco mundo del fútbol, es imprescindible adelantarse a los acontecimientos, y en este «Club del Caracol», como lo ha dado en llamar uno de nuestros foreros, se confía en exceso en la vigencia de los contratos, en lugar de darse prisa en atar a los mejores valores para no tener que buscar otros a precio más caro con los escasos ingresos obtenidos por cláusulas de rescisión demasiado asequibles. Esto puede pasar con Cani, como ya pasó con Villa.
Durante toda la época de los Soláns, se han dado muchos casos en los que el Real Zaragoza no ha hecho ningún esfuerzo por retener a los mejores jugadores. Ya sabemos, por que nos lo han repetido hasta la saciedad, que este club necesita vender para paliar una deuda que paradójicamente nunca deja de aumentar, pero hombre… parece que se podrían hacer las cosas algo mejor.
Uno de estos casos fue el de Esnaider tras la Recopa. El argentino había venido cedido por el Real Madrid con derecho de recompra. Es cierto que la ventaja la tenía en principio el equipo blanco, pero todos sabemos cómo funciona esto y muchos creemos que si el Real Zaragoza le hubiera hecho una buena oferta a Esnaider, acompañada de un buen proyecto deportivo, el jugador hubiera presionado para ser traspasado, y entonces se hubiera tenido un jugador joven y de gran proyección en propiedad, con un buen sueldo sí, pero con una elevada cláusula de rescisión para hacer auténtico negocio si fuera necesario y poder reinvertir el dinero. En cambio, se prefirió no mover un dedo e ingresar los 600 millones de pesetas del derecho de recompra.
400 de esos millones se fueron a la compra de otro delantero centro, pero este más joven e inexperto, Morientes, que dos años más tarde, ya más hecho, también se iría por 1.000 millones al Real Madrid. En este caso también se podía haber hecho algo por renovar al jugador tras su primera temporada, para poder fijar una cláusula más alta, pero se alegó la vigencia del contrato para no hacer nada, seguramente con vistas a hacer caja a final de temporada. El caso es que tampoco aquí hubo negocio, pues 850 kilos se emplearon en un centrocampista trotón como Acuña, dejando el crucial puesto de delantero a un jugador con carta de libertad como fue Pier, con el resultado de todos conocido.
Otro caso paradigmático fue el de Poyet. En este caso la renovación ya no era tanto una cuestión de invertir en un jugador para el futuro, pues el uruguayo entraba en la última etapa de su carrera, sino más bien de mantener un valor de gran utilidad deportiva para el equipo, pero no se le quiso hacer una oferta a principio de temporada, diciendo que pedía mucho dinero… un jugador que había sido el peor pagado de la plantilla durante años… Se dejó que llegará el Chelsea a hacerle una oferta de esas que no se pueden rechazar… y total para después pagar 600 kilos (posiblemente cuatro temporadas de Poyet) en un jugador de medio pelo como Jamelli para sustituirle. Cosas que no se entienden.
Hubo algún caso en el que se hicieron mejor las cosas, como fue el de Milosevic, a quien se compró por 1.000 y se vendió por 4.000 millones de pesetas, pero aun entonces se dieron toda clase de plazos y facilidades al Parma y la inversión fue nula, especialmente en el puesto de delantero, donde se volvió a traer un jugador con carta de libertad como Peternac, que estaba ya de vuelta de todo.
El caso más reciente ha sido el de David Villa. Se le trajo de Segunda División con todo por demostrar, pero no tardó en dejar clara su categoría metiendo un total de 21 goles en su primera campaña. Encima se ganó la Copa del Rey ante el Real Madrid, de modo que el asturiano quedó a la vista de todo el fútbol español como un valor en alza. Ese era el momento de renovarle y ponerle una cláusula elevada. Pero no. Nuevamente se dijo que tenía contrato en vigor, que el Real Zaragoza no podía pagar sueldos astronómicos, lo de siempre.. Villa veía como Savio y Movilla se llevaban los mejores sueldos, mientras él, que metía los goles, tenía que conformarse con su contrato. Y Villa no esperó a negociar nada, se puso en el mercado y se fue. Y el Real Zaragoza contentísimo a cobrar sus 12 millones de euros por un jugador que en pocos meses multiplicó su valor. Podríamos haber disfrutado de Villa una campaña más y luego cobrar un dineral inimaginable en año de Mundial.
Todos estos casos demuestran que no se ha sabido optimizar los valores que teníamos en la plantilla para disfrutar al máximo de su rendimiento deportivo y luego sacarles partido suficiente para reforzar la plantilla convenientemente. Así lo hacen otros clubes, como el Sevilla, con sus millonarias ventas de Reyes, Baptista o Sergio Ramos. O el Celta que le tiene colocada una cláusula de 40 millones de euros a Oubiña. Quien más quien menos es capaz de ver que el sueldo que tanto cuesta pagar a un buen jugador, se recupera después con esa clase de ventas, mientras el Real Zaragoza por no pagar un euro de más en el sueldo, se priva de fijar esas cláusulas y se contenta con sacar lo que ya tiene firmado.
Pues bien, esto puede volver a ocurrir en el caso Cani. Llevan ya meses mareando la perdiz. Es verdad que el jugador ha explotado esta campaña, pero quien supiera un poco de fútbol ya veía venir esto hace dos años. No se han hecho las cosas en su momento y ahora a correr. Qué digo, ni siquiera ahora se corre. Se insiste en actuar a paso de caracol. Todo parece indicar que Cani quiere quedarse simplemente cobrando al mismo nivel que los mejores jugadores, entre los cuales ha demostrado que se encuentra, pero una vez más se enquistan las negociaciones y todo por no pagar al jugador ni siquiera una parte de lo que realmente vale en el mercado. Cani es zaragocista, pero también es futbolista profesional y no es tonto. Si no le dan lo que merece, se marchará, y hará bien… por mucho que nos joda si al final vemos al canterano con la camiseta del Valencia junto a Villa.
Al final se dirá que Cani en realidad no quería renovar y que por eso se ha marchado, pero muchos pensaremos que, una vez más, se ha creído que eran mejores los 8 millones de euros de cláusula en mano que ciento volando. Y una vez más, se habrá perdido la oportunidad de disfrutar de un gran jugador y de sacarle auténtico rendimiento para poder después aspirar a reforzar el equipo de cara a un proyecto ilusionante de futuro. Si tenemos suerte, volveremos a acertar con jugadores tipo Ewerthon o Diego Milito (aunque no sé si habrá tantos equipos que bajen de categoría por chanchullos) y dirán que los jugadores pasan y la entidad queda… y si no tenemos suerte… ¿qué dirán?
En fin, ojalá nos equivoquemos y las negociaciones lleguen a buen puerto, pero esto se parece demasiado a una película ya mil veces vista.
Por Poyet11.
Comentarios