Análisis del Real Zaragoza 0 – 1 Mirandés
Debía ser el partido que sentenciara el Playoff, y se quedó en eso, en un deber que el Zaragoza no cumplió. El Mirandés, equipo muy plano en su juego, se llevó los tres puntos de La Romareda, ante un equipo que puso entrega, pero que se olvidó de los argumentos futbolísticos.
Planteamiento inicial
Popovic dejó a un lado la defensa de tres centrales y puso sobre el césped a un once condicionado por las numerosas bajas del equipo. Con la defensa esperada pese a las molestias de Fernández durante la semana, el serbio alineó hasta cuatro centrocampistas, con Basha y Dorca como doble pivote, Galarreta en la media punta e Insa escorado en la banda izquierda.
El resto del equipo lo completaban dos jugadores que, visto el once, tendrían mucha responsabilidad a la hora de tirar desmarques, de apoyo y de ruptura, para que el juego de un equipo con tanto centrocampistas no fuera demasiado horizontal. Álamo se situaría en derecha dejando, una vez más, la punta de ataque para Borja Bastón.
Un Mirandés muy plano
Trabajado a nivel defensivo y muy plano en lo ofensivo, así fue el Mirandés. Un trabajo que, sin embargo, le sirvió para llevarse los tres puntos. Los visitantes basaron su victoria en su sistema defensivo, en un peleón Urko Vera y en saber mantener la calma para maniatar al Zaragoza cuando el partido moría. Pudo sentenciarlo mucho antes, pero acumuló gran cantidad de imprecisiones y malas decisiones a la hora de conducir los contraataques en la segunda mitad.
A la hora de defender, el Mirandés planteó un 4-1-4-1 en el que buscaba claramente equipararse al esquema del Zaragoza, para poder marcar al hombre a cada jugador. Esa segunda línea de presión fue capaz de presionar de manera muy eficaz al doble pivote zaragocista, y con el paso de los minutos se fue retrasando y estrechando, imposibilitando al Zaragoza circular la pelota por esa zona. El pivote se encargó de marcar a Galarreta, persiguiéndolo cuando éste bajaba a recibir el esférico.
A la hora de atacar, su juego se basó en buscar en largo a Urko Vera, que bregó con los centrales zaragocistas durante todo el encuentro, aunque es cierto que Mario le superó en la mayoría de sus duelos.
Insa y la disposición en los espacios
Era evidente que con Insa actuando en la banda el equipo iba a perder profundidad y amplitud por ese costado, pero sorprendió lo poco que produjo Álamo en la banda contraría. Popovic le dio libertad al extremo para que se moviera por la mediapunta, y no fue raro verle en la banda izquierda, donde se pierden las virtudes que podría ofrecer con su velocidad. A menudo se pudo ver muy pegados a ambos, con Galarreta también cerca.
Las ventajas en la banda llegaron gracias a los laterales. Tanto Rico como especialmente Fernández cuajaron un gran encuentro, más precisos en sus acciones que de costumbre y ayudando mucho, especialmente cuando el Zaragoza tuvo problemas para salir desde atrás. El único pero que se le puede poner a Fernández son algunas decisiones al llegar a la altura del área. Sin embargo esta disposición en los espacios del Real Zaragoza ayudó al Mirandés a la hora de defender. Con Insa tan cerrado, el Mirandés podía acumular mucha gente por dentro, manteniendo a todo su equipo compacto y con capacidad de reacción para los posibles subidas de Rico.
En lo positivo, los movimientos hacia dentro de Insa fueron claves para superar las primeras líneas de presión del Mirandés. Colocándose a la espalda de sus mediapuntas, Insa consiguió recibir en ventaja la mayoría de veces, creando confusión entre el lateral y el pivote en la decisión de seguir al mediocentro blanquillo.
Un paso intermedio olvidado
Las ganas de remontar el partido y los cambios de Popovic introduciendo primero a Eldin y posteriormente a Willian José, llevaron al equipo a volcarse sobre la portería del Mirandés, que se mantuvo firme atrás y esperando salir a la contra. Pero el equipo le costó encontrar la forma de llegar a la portería contraria con asiduidad.
Con Eldin e Insa sobre el campo, ambos quisieron abarcar demasiado terreno y responsabilidad con el balón, lo que provocó se juntaran con Basha y Dorca en zonas muy retrasadas y donde se pisaban unos a otros, facilitando la tarea del Mirandés para cerrar espacios.
Por otra parte, en las bandas eran Fernández y Rico los que seguían dando amplitud y cierta profundidad. Arriba, Álamo, Borja y Willian José se dedicaron a buscar principalmente una salida en largo. El brasileño apenas se ofreció en tres ocasiones a zonas más retrasadas, pero tampoco estuvo acertado con el balón. La situación de los mediocentros y los delanteros provocó una gran distancia entre líneas.
Esa gran distancia, ese gran agujero que se llenaba de jugadores del Mirandés imposibilitando el avance del Zaragoza, ese espacio era el paso intermedio que se le olvidó al equipo. Se tuvieron ocasiones, pero más fruto de la acumulación y de la colocación del rival que no de lo producido por el Zaragoza. Ese espacio no solo permitía una defensa cómoda para los visitantes, sino que además les permitía ganar la segunda jugada, aunque luego se mostraran muy imprecisos en los contraataques.
Cabe añadir, no obstante, que la decisión de que fuera Basha y no Dorca el que se colocará como central fue acertada, ya que el español es más lento y la principal función del central en ese momento era barrer y realizar las coberturas a Fernández, algo que se le da mejor a Basha, mientras Mario pugnaba con Urko Vera.
Los resultados terminan favoreciendo a un Zaragoza empeñado en complicarse. Una eliminatoria a doble partido sería muy diferente a un encuentro de liga y el Zaragoza tiene buenos argumentos para ser peligroso ante cualquier rival, pero primero hay que clasificarse, y el partido del Mirandés no es, ni mucho menos, el camino a seguir.
Fuente de las imágenes: Aragón TV, Atresplayer
Artículo publicado originalmente en vavel.com
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