Análisis del Albacete 1 – 3 Real Zaragoza

Análisis del Albacete 1 – 3 Real Zaragoza

El Real Zaragoza logra su segundo triunfo consecutivo con 30 minutos de ensueño. Al fin se vieron pinceladas de equipo que aspira a todo en el equipo de Popovic. Durante gran parte de la primera mitad los blanquillos arrollaron a su rival con una presión que fue incluso mejor que la realizada ante Lugo y Alavés. Popovic parece tener el sistema y algunos jugadores ya han mostrado que salen muy beneficiados de este cambio al 4-1-4-1. Diamanka y Ortuño claves.

Planteamiento inicial

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Las lesiones y convocatorias internacionales fueron la causa de los principales cambios en el equipo. Manu Herrera volvió a la titularidad en sustitución de Bono. El meta madrileño mostró mucha concentración y reflejos para salvar varias ocasiones en momentos clave del encuentro, además de carácter y mando sobre la defensa. Dejó algunas dudas en las salidas y el juego con los pies pero en general su actuación le hace serio candidato a la titularidad.

En la defensa entró por primera vez como titular Isaac Carcelén, que tuvo a su lado a un reconvertido Dorca. Por ese sector derecho que defendieron ambos llegaron algunas ocasiones del Albacete, debido a algunos problemas de colocación de ambos, especialmente de Isaac, pero no obstante se mostraron correctos a nivel defensivo.

Con el paso de Dorca al centro de la zaga su papel como interior lo ocupó Wilk, que acompañaría a Diamanka y Morán en el centro del campo. El encargado de sustituir a Jaime, como se esperaba, sería Jorge Díaz, que jugaría a banda cambiada, dejando el costado derecho a Hinestroza y la punta de ataque a Ortuño.

Wilk y Diamanka explotaron la zona de recuperación

Uno de los principales cambios del equipo zaragocista tras el cambio de esquema ha llegado en la presión y en la zona de recuperación. Antes el equipo se mostraba menos compacto, dejando mucho espacio en la zona de pivotes contraria e intentando recuperar en la zona de pivotes propia, donde Dorca y Wilk no daban abasto. Ahora, con el 4-1-4-1, el Zaragoza adelanta su presión y, con ella, su zona de recuperación.

Imagen 2

El cuadrado negro de la imagen superior hace referencia a la nueva zona de recuperación del equipo. Si la mejora en la presión ya se había acentuado frente a Lugo y Alavés, ante Albacete se dio un paso enorme. La entrada de Wilk por Dorca permitió tener más capacidad de recorrido y recuperación. Entre el polaco y Diamanka realizaron una cantidad de robos que terminó destrozando a los locales, no solo por cortar su juego, sino también por la zona en la que se producían los robos. Además, el sacrificio defensivo de los dos interiores beneficia claramente a los extremos, menos exigidos en la presión y tareas defensivas. Hinestroza y Jorge Díaz retrasan su posición para seguir a su lateral, y esperan el momento del robo en la zona central para explotar su velocidad volando hacia las bandas.

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El trabajo de Ortuño es más posicional. Mario Ortiz retrocedió su posición para meterse entre los centrales, por lo que arriba el Zaragoza arriesgaba e igualaba en jugadores los duelos (Diamanka-Wilk-Ortuño contra Marios Ortiz y los centrales). Morán, por su parte, se pegaba a Portu, incluso adelantando su posición si este bajaba a recibir. Para conseguir que esto funcione es necesario que la línea defensiva achique espacios y que los tres mediocentros tengan mucha capacidad de recorrido, por lo que de esta forma jugadores como Diamanka sobresalen. Tras el doble cambio en la primera mitad de los locales Mario Ortiz se colocó como central y el Albacete asumió menos riesgos atrás.

Todo pasa por Morán

La capacidad para presionar y construir ataques tras robo es una de las grandes armas de este nuevo Zaragoza, pero no siempre se puede robar en zonas adelantadas. Los ataques posicionales del Zaragoza así como su salida de balón también han mejorado considerablemente gracias a un jugador: Morán. El mediocentro se ha asentado definitivamente como pivote y parece que le beneficia estar solo en esa posición.

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Desde esa posición de pivote Morán ofrece seguridad en las primeras zonas de juego. Su criterio y su capacidad en el pase le permiten al Zaragoza colocar a muchos jugadores por delante de él, multiplicándole las opciones de pase y facilitando su tarea. Los laterales amplían el campo y los extremos suman opciones por dentro, mientras Ortuño y su físico funcionan como referencia por todo el frente de ataque.

Ortuño y su alrededor

Por sus cualidades, Ortuño se beneficia del esquema y de la forma de jugar actual del Zaragoza. A la hora de presionar el delantero se ayuda mucho del trabajo de los interiores, siempre cerca de ellos para ser posible destino del pase tras robo, mostrándose como algo más que un finalizador. Cuando el Zaragoza tiene el balón, aparece la capacidad de Ortuño para jugar de espaldas a portería. El delantero se mueve por todo el ancho del terreno de juego para ofrecer una posible opción de pase en todo momento.

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A partir de la recepción de Ortuño, los jugadores alrededor del delantero se mueven con sentido. Gracias a su capacidad para girarse pese a tener un jugador presionando es bastante probable que se zafe del rival y que pueda ver el fútbol de cara, por lo que en cuanto Ortuño recibe jugadores como Diamanka e Hinestroza buscan la profundidad mientras el resto le ofrece al delantero la opción de jugar de cara. Si el ariete consigue girarse puede elegir si usar su potencia para avanzar metros o lanzar al equipo con pases al espacio.

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Por último, cabe destacar el papel de los dos laterales en el equipo. Isaac y Rico son jugadores con un físico diferente. El lateral diestro es un jugador rápido, que defiende con intensidad pero con algunos problemas de colocación (parecido a Rico aunque el zurdo parece mejorar algunas facetas). A la hora de atacar es cuando muestran todo su potencial, Rico tiene potencia, recorrido y disparo, mientras Isaac posee técnica, velocidad y un golpeo de balón muy bueno que también mostró lanzando córners. Las opciones que ofrecen ambos son diversas y, si consiguen aplicarse en defensa y un mejor entendimiento con los extremos, el equipo de Popovic podrá sacar mucho partido de sus bandas.

Los 30 minutos iniciales del Zaragoza son los mejores del equipo maño de esta temporada. La segunda parte, de nuevo, volvió a ser peor, pero el equipo ya había mostrado una pegada brutal en ataque que le permitió jugar el resto del encuentro con más tranquilidad. Conseguir más continuidad en sus fases de buen juego debe ser ahora el gran objetivo de Popovic.

Fuente de las imágenes: LFP
Artículo publicado originalmente en vavel.com

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