Análisis del Real Zaragoza 0 – 1 Córdoba

Análisis del Real Zaragoza 0 – 1 Córdoba

Primera derrota del Real Zaragoza en lo que llevamos de Liga Adelante. El equipo de Popovic, que parecía tener claro la importancia que tenían estos dos encuentros consecutivos en La Romareda (vs Córdoba y Osasuna), al final no dio la talla, y la victoria ante el club navarro se hace ahora obligada. Solo es el inicio de competición, pero ni los números ni las sensaciones juegan a favor del técnico serbio, que parece superado y sin soluciones para resolver los graves problemas del equipo. Los jugadores tampoco están dando lo que se espera de ellos: una plantilla construida para el ascenso.

Planteamiento inicial

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Apenas un cambio realizó Popovic tras las dudas que hubo en Butarque. No obstante, ese cambio que dejaba a Aria en el banquillo parecía muy significativo, sobretodo porque suponía lo que mucha gente reclamaba: ver a Pedro jugando de mediapunta. Jorge Díaz era el gran beneficiado, ya que volvía a la titularidad partiendo desde la banda izquierda.

Con el uruguayo jugando a banda cambiada, el otro extremo volvía a ser para un Jaime que venía de dejar dudas frente al Leganés. La pareja Wilk-Dorca repetía en el doble pivote y la defensa continuaba siendo la de las últimas semanas.

El gran problema de la creación

El equipo tiene muchos problemas, pero sin duda el más preocupante es el problema que tiene el equipo en la creación. Existe una idea de juego: tener el balón y articular los ataques a través de la posesión. Los movimientos iniciales de los jugadores en la salida de balón hacen pensar que la idea de Popovic es esa, pero la realidad es que a partir de ese inicio el Zaragoza parece alejarse mucho de esa idea de juego.

Como se ha comentado, los movimientos en la salida de balón son repetitivos: los centrales se abren, los laterales amplían el campo y ganan altura y Wilk o Dorca son los que vienen a recibir el balón. ¿Dónde está entonces el problema del Zaragoza?

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En primer lugar, los centrales no se abren demasiado. Ni Rubén ni Cabrera tienen una buena salida de balón en corto, por lo que deben ceder su responsabilidad con balón cuanto antes a uno de los mediocentros. El que suele coger más responsabilidad es Dorca, mejor dotado técnicamente y en cuanto a visión de juego que Wilk. Cuando Wilk baja a recibir, se pega bastante a los centrales, lo que permite que un solo jugador pueda marcarlos a los tres, permitiendo la superioridad del rival en otras zonas del campo.

En el caso de Dorca, el mediocentro español suele ir más hacia el sector izquierdo, donde Diego Rico sube bastante, arrastra a su marcador, y permite una recepción más cómoda para Dorca. El mediocentro se zafa de la posible presión del delantero contrario, pero esa tendencia al costado le cierra a la vez opciones de pase y le impide una visión más completa de lo que tiene por delante.

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Cuando el balón llega a Wilk o Dorca, el Zaragoza repite una y otra vez el mismo tipo de juego: horizontalidad. Del pivote al lateral y del lateral al pivote para que este retrase al central. Así una y otra vez. No existe la verticalidad. Las pocas formas de avanzar del Zaragoza se reducen a una recepción más avanzada y sin marca de uno de los laterales, a un balonazo de los centrales arriba o a un pase arriesgado buscando a los extremos.

Preocupa mucho la falta de movilidad de los tres mediapuntas, que además cuando reciben tienden a ser algo individualistas. Sin la movilidad de los tres jugadores a priori más talentosos del equipo, ni Dorca ni Wilk encuentran un pase fácil. Además, por la manera de posicionarse en esa salida de balón, cualquier pérdida pone al rival en bandeja un contraataque, con el equipo abierto y los laterales fuera de sitio.

Ni los mediocentros tienen la capacidad para conducir el balón o la creatividad para mover al equipo hasta encontrar el espacio ni los mediapuntas hacen lo posible por ayudar a que el balón se mueva con rapidez, con una falta de movimientos preocupante y reteniendo demasiado el balón cuando está en su poder. Esta faceta mejoró, aunque no demasiado, con la entrada de Erik Morán al campo, que parece lo que más se acerca al perfil de jugador que necesita el Zaragoza. Diamanka es otro tipo de jugador, que bien podría aportar más dinamismo al Zaragoza, y Aria, que a priori era un jugador capaz de conducir el balón desde el centro a posiciones más adelantadas (algo que el Zaragoza necesita ahora mismo), parece no estar en la condición física adecuada, además de que hasta ahora solo ha jugado de mediapunta.

Los errores defensivos

Al margen de los problemas en la creación, la definición o el sistema defensivo no terminan de cuajar en el equipo. Arriba Ángel realiza muy buenos desmarques de apoyo (casi siempre hacia el sector izquierdo del ataque) y de ruptura, pero no terminan de llegarle todos los balones que desearía. A la hora de defender, al equipo le sigue faltando equilibrio. Los mediocentros apenas llegan arriba, pero los robos del rival casi siempre les pillan fuera de sitio, por lo que esa zona central se convierte en un espacio donde el rival puede realizar un pase horizontal sin oposición y cambiar de banda rápidamente. Además, ese espacio termina beneficiando la posibilidad de que haya una segunda jugada.

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Las individualidades del Córdoba

Mientras las individualidades del Zaragoza como Pedro o Jaime no rindieron como se esperaba, la calidad de los jugadores el Córdoba marcó la diferencia en el apartado ofensivo. Aunque parece un equipo al que todavía le hace falta engrasar algunas piezas y automatismos, su calidad individual es innegable y le sirvió para llevarse los tres puntos.

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Tanto Nando García como Raúl de Tomás fueron una pesadilla para la zaga maña. La habilidad de ambos para el uno contra uno obligó al Zaragoza a realizar muchas ayudas. Los dos jugadores del Córdoba fijaron a varios jugadores zaragocistas y les hicieron perder la posición. Esto provocaba que el resto del ataque, con hombres que se mueven muy bien como Pedro Ríos, pudieran recibir más libres de presión y sin menos contrincantes por delante. Además, pese a las ayudas sobre Nando y de Tomás, los dos jugadores visitantes salieron victoriosos en la mayoría de sus duelos.

Demasiadas cosas que corregir a estas alturas de temporada para un equipo que aspira a todo. Aunque no es sencillo corregirlas, las carencias del equipo parecen localizadas y Popovic tiene margen para corregirlas. Los números no le avalan, aunque evidentemente los jugadores también tienen gran parte de culpa. Su calidad está por encima de lo que han mostrado hasta hoy. Técnico y jugadores tienen una prueba de fuego la semana que viene frente a Osasuna.

Fuente de las imágenes: LFP y Canal+
Artículo publicado originalmente en vavel.com

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