Análisis del Real Zaragoza 2 – 0 Ponferradina
Análisis del Real Zaragoza 2 – 0 Ponferradina
Necesitaba el triunfo el Zaragoza y lo consiguió gracias a una contundente y positiva primera mitad. Liderados por un Diamanka espectacular, el Zaragoza pasó por encima de la Ponferradina en la primera mitad. Sin el mediocentro y con unos ajustes realizados por los visitantes, en la segunda parte el Zaragoza no encontró el rumbo, pero se llevó tres puntos en un partido donde no podía fallar.
Planteamiento inicial
Popovic se jugaba el puesto y decidió dejar a un lado los experimentos. Isaac Carcelén y un recuperado Diamanka volvieron al once titular en detrimento de Marc Bertrán y Aria, dos jugadores que ofrecieron muy poco en la derrota frente al Alcorcón. Además de ellos, la lesión de Hinestroza le abrió las puertas del once a Ángel en la banda, haciendo que Pedro volviera a la izquierda.
Con ánimo de llevar el peso del partido, la clave para el conjunto zaragocista estuvo en el omnipresente Diamanka y en el sector izquierdo, donde se vieron los movimientos y acciones más destacadas de la primera mitad. La lesión del senegalés fue la noticia negativa del partido para el Zaragoza.
El sector izquierdo, clave en el triunfo
Todo el peligro del Zaragoza en su gran primera mitad llegó por el sector izquierdo del ataque. Esa zona del campo, donde se juntaron de atrás a delante Cabrera, Rico, Dorca, Pedro y, en menor medida, Morán y Ortuño, fue la gran arma del Zaragoza en la primera mitad del encuentro. Cuando el Zaragoza salió desde atrás utilizó la zona izquierda del campo para llegar a campo contrario y construir sus acciones ofensivas pausadamente.
Influyó, y mucho, la forma de defender de la Ponferradina. Situados en un 4-4-2 en defensa posicional, durante toda la primera mitad sus dos mediocentros se preocuparon más de mantenerse pegados a la línea defensiva que de acompañar a la de ataque en la presión. Esto provocó que cada vez que los dos delanteros visitantes presionaban a los centrales zaragocistas y a Morán, se abría un espacio enorme entre ellos y sus centrocampistas. Por características y movimientos, fue Dorca y no Diamanka, con más influencia en campo contrario, el que aprovecho ese espacio.
Ese tiempo y espacio que le dejó la Ponferradina a Dorca permitió que viéramos una mejora considerable de su rendimiento respecto a otras actuaciones de esta misma temporada. Una vez Dorca recibía, descolocaba todo el sistema defensivo visitante, y el volante derecho o el mediocentro respectivo perdían su posición al ir a presionarle, lo que favorecía crear más espacios para Rico y Pedro. Los pases entre ambos y Dorca se sucedían hasta posicionarse en campo contrario.
En esa zona del campo fue donde apareció el mejor Pedro. Con grandes muestras de calidad, Pedro leyó a la perfección el juego de ataque zaragocista. Supo contemporizar para darle tiempo a Rico a sumarse al ataque, pero también ofreció desborde exterior y deleitó las llegadas de Diamanka y Ortuño al área rival con grandes pases.
Diamanka y el centro del campo rival
Si en campo propio y con balón creció un gran Dorca, en el campo contrario fue Diamanka el que, junto a Pedro, dirigió todas las ofensivas zaragocistas. Le favoreció, de nuevo, la mala colocación de la Ponferradina a la hora de intentar salir desde atrás. Como en la presión, los visitantes dejaban mucha distancia entre sus dos mediocentros y sus atacantes, lo que favorecía que con una presión conjunta el Zaragoza pudiera robar en zonas peligrosas.
Es en esas zonas donde emerge el mejor Diamanka, el que presiona sin cesar, el que roba infinidad de balones y el que dirige los contraataques con sentido, sabiendo ceder el balón a banda o a Ortuño para buscar rápidamente el remate. La primera parte se transformó en un recital del senegalés.
Con la vuelta de los jugadores al terreno de juego llegó la lesión de Diamanka. Popovic dio entonces entrada a Sergio Gil, pero las diferencias entre el canterano y el senegalés se notaron sobre el terreno de juego, con una Ponferradina que cambió algunos detalles de su juego y no dejó tantas facilidades al Zaragoza.
Una segunda parte muy distinta
No solo la lesión de Diamanka marcó el devenir de la segunda mitad. La Ponferradina cambió su forma de presionar, que tantas facilidades había supuesto para el Zaragoza en la primera parte del encuentro, y consiguió tener el balón con más asiduidad en campo contrario.
Si en la primera parte los mediocentros se aseguraban de estar pegados a los defensas, en la segunda los visitantes arriesgaron y acompañaron la presión de los delanteros, pegándose a Dorca, Morán o Gil, a riesgo de dejar un espacio con la defensa que el Zaragoza apenas aprovechó a excepción de algún movimiento inteligente de Sergio Gil.
Dorca dejó de tener tiempo para pensar y perdió mucho peso en el partido, así como el sector izquierdo en general. Por el contrario aparecieron más Isaac Carcelén y Ángel, por la necesidad del Zaragoza de buscar velocidad y movimiento para zafarse de la presión visitante. Aunque no estuvieron del todo acertados, si generaron cierto peligro por esa banda.
Pese a que no sufrió demasiado, el Zaragoza dejó muestras de debilidad en la segunda parte, pero terminó llevándose los tres puntos que tanto necesitaba. Popovic sigue contra las cuerdas y tanto él como el Zaragoza tendrán que aprender a sobrevivir hasta 2016 sin el jugador que más incidencia tiene en el juego zaragocista. Sin Diamanka, parece que podríamos vivir cambios importantes, que podrían suponer incluso el cambio de esquema. Gil parece el sustituto ideal si se mantiene el mismo dibujo pero habrá que cambiar algunos mecanismos o buscar alternativas para que no ocurra lo que pasó en la segunda parte frente a la Ponferradina.
Fuente de las imágenes: Canal+ y LFP
Artículo publicado originalmente en vavel.com
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