E la nave no va Era el partido de la confirmación. La prolongación del momento de éxtasis que el Lele nos entregó el sábado pasado cuando con su cabezazo nos acercó al cielo. La ratificación de un camino que, aunque largo y tortuoso, todos nos aven
Victoria de trago largo Y la Basílica estalló como un volcán de lava blanca y azul para celebrar el cabezazo exacto del charrúa de anchos hombros. Era el minuto 93 y el fútbol nos regaló una noche de alborozo merecido y, ayer sí, buscado con tesón
Un punto, con perdón Y el árbitro pitó y dio comienzo el partido. El primero de una serie de 42, ojalá solo 42, a cuyo final todos deseamos contemplar la luz que de momento nos conformamos con soñar. Y el balón dibujó los primeros pases de un baile