Rayo que agota Con plomo en el alma y óxido en las venas. Así afrontaron los chicos del Zaragoza el partido ante los hijos del Valle del Kas. Y la sangre se hizo barro y el aire se convirtió en polvo desértico, lo que impidió que pudieran galopar con
Ladera abajo Adiós. Por el momento. Adiós al ascenso directo. Adiós al privilegio de vivir en la cúspide. Adiós a mirar por el retrovisor a nuestros rivales. Adiós a las buenas sensaciones. Adiós a la seguridad de nuestra idea de fútbol. Adiós al
El honor en las ruinas Cuando el balón salió camino el pecho de Rafa Mir, el corazón zaragocista se detuvo. Dejó de bombear sangre y todas las acciones de los jugadores blanquillos a partir de ese momento fueron un desastre. La resolución de ese últ
Para aprender de la victoria Si el zaragocismo tuviera rostro me gustaría haber visto qué gesto se dibujó en él cuando Álex Alegría cabeceó diagonalmente en el minuto 7. El monumental sopapo que recibió el equipo blanquillo sacudió las vértebras
El vacío nos ahoga Dicen que los trenes pasan una vez y que no hay que desaprovechar las oportunidades. El de ayer fue un tren que pasó por encima del Real Zaragoza a toda velocidad y eso impidió que pudiera hacer siquiera ademán de agarrarse al estri
Algo parecido a amanecer La tarde llegó a su final de la mano de la victoria. Fue la confirmación de que este equipo llegará al destino soñado solo cuando se abrace a sí mismo. No hacen falta más argumentos que los que ayer mostró ante el doloroso
Con el barro de mis pies El castillo inexpugnable y orgulloso en que se había convertido el Real Zaragoza vio cómo sus almenas eran conquistadas ayer por un puñado de cumplidores futbolistas en apenas unos minutos. No hizo falta un gran planteamiento e
Y siempre caminar No es posible. No puede ser. No queremos imaginar que esto pueda pararse ahora. Cuando el Real Zaragoza ha encontrado su camino, cuando todos los senderos nos llevan a la Roma imperial que es la Primera División, no es despreciable la p
Ni siquiera una sombra El cabezazo de Álex Blanco fue como peinar la Luna. Suave al tacto, impetuoso en el impacto. El balón se alojó en la red de un estupefacto Luca cuyo estético vuelo fue tan inútil como alto era el nivel de ansiedad con que el Za
Pide un deseo De repente, la luz. Un grandioso rayo de esperanza e ilusión cubrió el cielo de Zaragoza cuando sonó el pitido final y la Basílica entonó y atronó el himno a capella. Signo de futuro; símbolo de vida. La victoria ante el rocoso e impe