Esta hora miserable “Ya están aquí los fantasmas. Siempre los mismos fantasmas”. Lo cantaba Luis E. Aute y lo canta el zaragocismo cada año, cada otoño, cada mes de octubre. Los fantasmas de la indolencia, de la ineptitud, de la incapacidad,
Como todos los meses de octubre Nació la tarde bonita, tocada por la caricia de la leyenda. José Luis Violeta, el León de Torrero, recibió el homenaje de su ciudad, de su gente, de manos del alcalde. Pocos reconocimientos más justos en un prólogo m�
Tú mismo con tu automatismo Saltan al césped los dos equipos. El trío arbitral dirige el cortejo. Señala los campos de juegos y decretan un minuto de silencio en memoria de Edu Navarro y de los fallecidos en Indonesia. La grada aplaude, emocionada y r
Humo sobre humo Si un entrenador no busca llenar el vacío con palabras mentirosas en la rueda de prensa podemos decir que ya está todo dicho. Y eso sucedió ayer, minutos después de cerrar el Real Zaragoza, una vez más, un vergonzoso episodio de su hi
Voy a buscarte, porvenir Este caminante necesitaba echarse a andar para hacer camino. Necesitaba atisvar ese universo en el que habita el futuro y en cuyos senderos está encontrando las razones que le convierten en un poema creíble. Quizás así nos ace
El fútbol era esto Barrer el frente de batalla, condenar al contrario a vivir en estado de desorden, dibujar horizontes de borrasca y diseñar senderos de conquista. Esos cuatro sueños se vieron cumplidos en Ponferrada. Ocurrió al amparo del talento de
Que parece abandono Estoy leyendo “Zaraguayos, reyes sin corona”, el magnífico libro de Rafael Rojas (Ed. Doce Robles) imprescindible en cualquier corazón zaragocista. En sus páginas queda grabada para siempre la vida de un equipo de leyenda que to
Que levante la mano el gol Cartago Nova es territorio de historia ancha y profunda. En sus costas amainaron los vientos del progreso desde que Adrúbal el Bello la fundara y las olas que la han bañado desde entonces perfuman una cultura milenaria rica y
Navío sin espolón Ver un partido del Real Zaragoza junto a mi amigo Pepe Formento es vivirlo dos veces. La primera, porque el escudo del equipo de nuestra vida nos hace vibrar a ambos a la vez. La segunda, porque la historia del zaragocismo se construye
Divinas paradas Cuando el zaragocismo visita el estadio Gran Canaria es inevitable que un leve estremecimiento recorra la espina dorsal del león. Aquel maldito día de junio de 2015 sigue oscureciendo la memoria de la afición blanquilla y no permite que