Real Zaragoza 1 – 0 Albacete Balompié | Crónica

Real Zaragoza 1 – 0 Albacete Balompié | Crónica

Fe, esperanza y claridad

La rodilla de Pulido ejerció de palanca para activar el mecanismo de futuro que tanto tiempo llevamos buscando. Un gesto de justicia terrenal que aporta fuego a una llamarada blanca y azul que anuncia tiempos de fortaleza de ánimo. Y todo después de que el Real Zaragoza le arrancase la piel a una noche enfebrecida en la que la afición fue protagonista de su destino y lo supo expresar con su aliento y su empuje.

Como dijo Sergio Gil, el gol lo metimos todos. Todos los que creemos, los que confiamos, los que hacemos de cada pase, de cada pugna, de cada choque un acto de fe. Porque no de otra manera se puede entender el partido de ayer ante el Albacete. Si el cesado Luis César tenía razón cuando expresaba su desolación tras lo que él consideró una injusta derrota, también Carreras estaba en lo cierto al calificar de cruel la derrota manchega y épica la victoria aragonesa. Esto, señoras, señores, es fútbol.

La primera parte fue una descarnada elegía escrita por un mal poeta. Muy pobre fútbol por parte del Real Zaragoza, que nunca se encontró cómodo ante la bien elaborada presión del Albacete. El centro del campo aragonés no podía elaborar y el equipo se veía asfixiado, con todas las líneas de pase interrumpidas. Así era muy difícil pretender gobernar el choque, aunque si el remate de Guitián hubiese entrado en la meta de Juan Carlos en el minuto cuatro a lo mejor todo habría sido diferente. Pero las condiciones iniciales no invitaban a la alegría futbolística.

Sin Ros ni Culio en la medular y con la presencia de Rubén en lugar de Cabrera el equipo acusó cierta incapacidad de gestión. No eran las piezas más adecuadas ni Dorca, algo lento y con déficit organizador, ni Diamanka, desorientado en medio de los conceptos futbolísticos que Carreras propone. Ese desgobierno invitó al Albacete a dar un paso adelante y oscurecer los propósitos futbolísticos del Zaragoza, que casi sin darse cuenta se vio encerrado en su campo a merced de su oponente. Asombraba comprobar que un equipo en descenso decidía los tiempos y los espacios ante otro equipo que suspira por acercarse a las praderas de Manitú.

La grada mantuvo la calma. Si bien el Albacete parecía dispuesto a arrancarle los tres puntos a los blanquillos, algo hacía pensar que de una u otra manera la victoria se decantaría del lado del león. A pesar de la inoperancia de los centrocampistas. A pesar de la estéril presencia de Hinestroza y Lanzarote en las bandas. A pesar de la soledad de Ángel en la punta. A pesar de todo, algo nos hace pensar que de algún modo, porque no se pierde la paciencia ni se cae en la precipitación, el cierzo nos traerá la victoria.

La segunda parte comenzó sin cambios en la alineación. Cuando todos pensábamos que Dorca o Diamanka, o ambos iban a ser sustituidos Carreras mantuvo a sus once de inicio. Pero duró poco. A los pocos minutos les pidió a Sergio Gil y a Pedro que salieran al campo y agitasen el combate. No fue inmediata la reacción pero algo se ganó en la medular. El balón pasó a ser propiedad del Zaragoza y tanto Pedro como Hinestroza, mostrando más equilibrio en las bandas, comenzaron a abrir el campo. Llegaban bien a la línea de fondo y comenzaron a preocupar a la zaga del Albacete, pero sus balones no encontraron adecuados rematadores.

Paredes había provocado un gran susto con un remate de cabeza como aquí nunca se le vio y eso despertó algún fantasma entre los fieles zaragocistas. Poco después Rubén se lesionó y Carrera tuvo que recurrir a Abraham para acabar de completar el plan, que no era otro que procurar que el corazón del león latiese con más fuerza que nunca. Y ocurrió.

La defensa, con un Rico inconmensurable en su rol de central, dio dos pasos al frente y arrastró al equipo hasta la base de la muralla manchega, a la que asedió con fiereza y determinación. En los últimos veinte minutos el Zaragoza protagonizó una serie de embates defendidos con gran dificultad por el Albacete. Pedro, Hinestroza, Campins y Abraham se convirtieron en afilados estiletes dedicados en cuerpo y alma a debilitar las muy gastadas defensas visitantes. Fue un trabajo de desgaste, golpe a golpe, pase a pase, centro a centro. Se confeccionaron varias jugadas que llevaron el peligro a la puerta de Juan Carlos, pero no hubo fineza en el remate. Hasta que ocurrió.

Una jugada pacientemente trenzada por hasta seis jugadores fue el telar en el que se tejió el gol que facilitó el remate de Sergio Gil y que Pulido alojó en la red forastera. Una jugada muy del Zaragoza actual y que nunca habría elaborado hace un tiempo, cuando los recursos eran tan limitados que exasperaban a la Basílica, tan del gusto del fútbol con todas las letras. Una forma, sin lugar a dudas, más cercana a nuestra forma de estar en el mundo. Una manera más próxima a los caminos que nos tienen que llevar de vuelta a casa. A Primera.

Fue, en fin, un partido desgarrado y fragmentado con un final épico y nunca oscuro que puede convertir este camino en un sendero que nos lleve, por fin, de vuelta a casa. A Primera.

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Manu Herrera; Campins, Guitián, Rubén (Abraham, min.64), Rico; Diamanka (Sergio Gil, min.51), Erik Morán, Dorca; Lanzarote (Pedro, min.51), Ángel e Hinestroza.

Albacete Balompié:
Juan Carlos; Córcoles, Pulido, Gonzalo, Paredes; Núñez (Edu Ramos, min.67); Antoñito (Santi Jara, min.74), Mario Ortiz, Portu, Samu (César, min.68); y Víctor Curto.

Goles:
1-0, min.94: Pulido (propia puerta).

Árbitro:
Cordero Vega, del Comité Cántabro. Amonestó con tarjeta amarilla al local Dorca y a los visitante Córcoles, Mario Ortiz, Santi Jara y Núñez.

Incidencias:
partido correspondiente a la jornada 29 de la Liga Adelante disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 16.000 espectadores.

Puntuaciones

Manu Herrera: 3. Salvó un gol con una extraordinaria parada.
Campins: 4. Magnífico en esfuerzo e implicación.
Guitián: 4. Poderoso, bien colocado y valiente.
Rubén: 3. Algo disperso, pero tuvo un par de buenos gestos.
Rico: 5. Estuvo portentoso tanto en ataque como en defensa.
Morán: 1. Espeso, atascado e inoperante.
Dorca: 2. Algo lento y falto de creatividad.
Diamanka: 1. No acaba de entender las ideas de Carreras. Hay que recuperarlo.
Lanzarote: 2. Siempre peligroso, no consiguió finalizar sus acciones.
Hinestroza: 2. Comienza casi todo bien pero acaba casi todo regular.
Ángel: 3. Luchador y bullidor, no definió.
Sergio Gil: 4. Le dio calma y tempo al juego. Goleó (o propició el gol).
Pedro: 3. Lo intentó todo y llegó bien a la cal, pero no completó bien sus acciones.
Abraham: 4. Muy activo, rápido e inquietante.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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