CA Osasuna 1 – 2 Real Zaragoza | Crónica

CA Osasuna 1 – 2 Real Zaragoza | Crónica

Salud a prueba de futuro

El Real Zaragoza escribió ayer una página de brillo distinto. Ganó un partido estridente en un campo difícil de verbo distinto, de esos que encarnan la cara oculta de la luna y en el que nunca somos bien  bienvenidos. Un partido equidistante, oblicuo, alejado de las laderas de la luna amiga que a veces buscamos porque así nos sentimos entendidos y cercanos al resto del mundo. En fin: el Real Zaragoza ganó a Osasuna en su feudo y esa gesta quedará en nuestra memoria acomodada en el tiempo que nos susurra anchos futuros.

Durante toda la semana, tras la victoria ante el Lorca, se habló de partido importante, de punto esquinado que podría marcar nuevos senderos, pero ni en el mejor de los sueños el zaragocismo soñó con tan grande gesta. Se anunciaba un choque hermético, árido en su planteamiento y alambrado en su desarrollo, pero es bien seguro que en el imaginario del zaragocismo ya solo cabe el brillo de los equipos que se han acostumbrado a ganar o, al menos, a competir con la gallardía de los equipos ganadores.

La primera parte fue territorio saludable. Osasuna hizo todo lo que hay que hacer para ganar un partido. No es posible pedirle más al equipo navarro. Garra, posesión, personalidad y actitud. No había más. Solo la extraordinaria actuación del Cristian impidió que el equipo navarro lograse dos, tres o cuatro goles en la primera parte, pues su juego dio para eso y algo más. Es justo reconocer que el Zaragoza sufrió mucho en estos primero cuarenta y cinco minutos, pero también es justo acompasar la fortaleza de ánimo que dispuso ante el buen hacer del equipo navarro. Aguantó la osada propuesta de Osasuna, no sucumbió en el ánimo y rechazó todo y cada uno de los embates gracias a su buen ánimo y a una actuación de Cristian que recordaremos por mucho tiempo.

Todo habría sido más fácil si el centro del campo hubiera sujetado mejor al bien trenzado juego local, pero ahí hubo un destacado grupo de jugadores, todos ellos con camiseta rojilla, que supieron disponer un dispositivo inapelable que no pudo contrarrestar un muy bien tapado Eguaras y unos diluidos Zapater y Guti, deshilachados durante un buen tramo del partido. Eso animó a los delanteros navarros a poner a prueba la rosarino. Y ahí estuvo la diferencia. Las cinco enormes paradas que regaló al zaragocismo en la primera parte y las dos de la segunda quedarán para la historia, pero tan importante como las paradas es la lectura que hizo del partido, manejando los tiempos y organizando las pulsaciones de sus compañeros con sus gestos y su actitud.

Llegaron ambos equipos a la caseta con empate a cero, pero un par de minutos antes del descanso Natxo González tomó una decisión clave: sustituyó a Febas por Buff. Su entrada no supuso un gran cambio general pero algunas de sus accione sí fueron determinantes en el desarrollo del partido. El paisaje no había cambiado con la brocha gorda pero sus finas pinceladas aportaron la posibilidad de habilitar a Borja a través de los pases definitivos de Benito y Toquero. Es algo así como ponderar el trabajo de Febas pero reconocer que Buff tiene cierta magia en sus botas que ha producido varios goles decisivos en las últimas jornadas.

Y eso ocurrió. Dos de sus acciones fueron la clave para que Borja encontrase sendos balones que acabaron siendo los goles definitivos de la enorme victoria de ayer. La primera un pase profundo y vocacional que recogió Benito en la banda. Este, sin pensárselo, generó una diagonal que Borja Iglesias enganchó con su empeine derecho para conseguir el primer gol.

Osasuna acusó el golpe, pero su idea no varió. El entrenador navarro, Diego Martinez, tiró de repertorio y puso en el campo a Xisco con el fin de amortiguar la durísima bofetada recibida y que aún dolió más después del magnífico primer tiempo que su equipo había construido. Porfió en busca del empate, pero ayer estaba de Dios que el balón no perforase la portería aragonesa. El mérito de los chicos de Natxo y del propio entrenador vasco fue seguir confiando en su trabajo, en su propuesta y en su capacidad para afrontar el último tramo del partido firmes en la contención e inteligentes en la proyección.

Y así fue. Un nuevo destello de Buff en forma de taconazo hizo posible que el balón llegase a Toquero, que acababa de salir. La jugada ya se adivinó letal nada más que la bola salió de las botas del lendakari. Cuando Borja Iglesias la recogió, el gol abrasó las gargantas de los 500 zaragocistas que ayer vivieron un maravilloso sueño.

Era el 0-2. Era la magia hecha realidad. Era la traducción de la esperanza que habíamos abrazado durante toda la semana y que el sábado se había convertido en un suspiro de felicidad largamente acariciado y ya, por fin, instalado en nuestro futuro. El Real Zaragoza firmó un partido durísimo, ganado gracias a la extraordinaria actuación de Cristian, el acierto de Borja y el sacrificio no siempre bien ejecutado de un grupo de jugadores que cada día están más cerca de hacer posible lo casi imposible.

Ficha técnica

CA Osasuna:
S. Herrera, Clerc, Oier, Unai García, Lillo, Lucas Torró, Kike Barja (80′ David), Fran Mérida, Borja Lasso (84′ Roberto Torres), Rober Ibáñez (Xisco 66), Quique.

Real Zaragoza:
Crisian Álvarez, Benito, Perone, Grippo, Lasure, Eguaras, Zapater, Guti, Febas (Buff 41′), Pombo (Toquero 76′), Borja Iglesias (Oyarzun 92′).

Goles:
0-1 60′ Borja Iglesias, 0-2, 81′, Borja Iglesias. 1-2, 92′, Unai García.

Árbitro:
Varón Aceitón (Colegio balear). Amonestó a Grippo (64′), Pombo (72′) , Lasure (85′), Buff (88′) y Oier (90′).

Incidencias:
Partido correspondiente a la jornada 31 de LaLiga 1/2/3 disputado en El Sadar ante 14.967 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 5. Portentosa actuación.
Benito: 3. Labor oscura en defensa y brillante en ataque. Gran asistencia.
Grippo: 3. Duro trabajo solventado con algún apuro.
Perone: 3. Completó un buen partido con algunas lagunas.
Lasure: 4. Crece día a día. Afrontó el choque con entereza.
Eguaras: 3. Bien tapado en muchos momentos, aun así logró encontrar espacios.
Guti: 2. Menos protagonista, luchó pero a veces se vio superado.
Zapater: 2. Trabajador y comprometido, el centro del campo no fue suyo.
Febas: 1. No acabó de entrar en el campo. Fue sustituido antes del descanso.
Pombo: 3. Menos efectivo pero siempre presente en las jugadas de peligro.
Borja: 5. Trabajó lo indecible y logró dos mortíferos goles.
Buff: 4. Su presencia, menos densa que la de Febas, fue determinante en los dos goles.
Toquero: 3. Dio una magnífica asistencia a Borja en el segundo gol.
Alain: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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