Real Zaragoza 1 – 0 SD Huesca | Crónica

Real Zaragoza 1 – 0 SD Huesca | Crónica

S’ha feito de diya

Imposible olvidar lo vivido ayer en la Romareda. Aunque el cielo no era azul magnífico; aunque las nubes se empeñaron en instalarse para cubrir con su grisura el más emocionante acontecimiento deportivo del año en Aragón, la pasión cosió con roja ilusión cada una de las grietas del coliseo zaragocista. La llegada de los dos equipos, sobre todo la del autobús del león, la acogida de las dos hinchadas, el despliegue del señal de Aragón sobre el césped y las gargantas alborotadas de los treinta mil fieles fueron ingredientes imperiales que ayudaron a cocinar un menú que satisfizo a todos, aunque no por igual. A unos porque los tres puntos cayeron en el zurrón blanquillo y a otros porque al menos el goal average benefició al ejército altoaragonés. Y a todos porque la fiesta de ayer cumplió con todas las expectativas.

Había preparado Natxo González el partido con mimo. En todas las entrevistas que concedió y en la rueda de prensa previa al match ya explicó el abecé de su idea y el zaragocismo fue consciente en todo momento de que los muchachos sabían muy bien dónde estaban, lo que se esperaba de ellos y lo que tenían que darnos y darse. Y lo hicieron de diez. Asumieron con naturalidad los cambios que el entrenador vasco propuso, es decir Mikel por Grippo y Ros por Guti, además de Febas por el lesionado Buff y el equipo tradujo al milímetro desde el primer minuto las frases del guión escrito por Natxo y aprendido en los entrenamientos.

Salió el Zaragoza firme y encendido. Presentó sus credenciales en las que se podía leer que la iniciativa era suya y pretendió evitar que el Huesca decidiese el ritmo y la melodía. A base de presión sanguínea, propuesta metálica y eclosión compartida los locales trataron de darle un par de vueltas a la ortodoxia oscense. Así, en el minuto 5 Borja ya dispuso de la primera ocasión tras una asistencia de Ros, con cierta semejanza con el gol a la Cultural. Su chut, sin embargo, salió muy desviado. A los pocos minutos sería Pombo quien dispusiese de una gran ocasión tras error de Remiro, pero su disparo, seco y plácido, golpeó el poste derecho de la portería.

Natxo gobernaba a los suyos desde la banda y contemplaba cómo su propuesta, intensa y exigente, se imponía a la parsimonia del Huesca. Eran minutos claramente zaragocistas en los que se jugaba casi siempre en territorio azulgrana. Y cuando el equipo de Rubi superaba la medular, se encontraba con un sistema defensivo maduro y concentrado que le impedía llegar con opciones al área de Cristian. La magnífica medular que componen Melero, Aguilera y Sastre no encontraban senderos transitables, en parte por el extraordinario trabajo físico de Ros y, sobre todo, Zapater. El capitán protagonizó un partido enorme, pleno de pulmón, completo en el músculo y sobrado de corazón y en parte el equipo copió su partitura. Esto lo escribimos porque la defensa firmó un choque inmenso, recio y concreto en cada una de las ejecuciones y eso fue un hándicap que los habilísimos y rapidísimos delanteros oscenses no supieron superar.

Tendría que llegar el minuto 33 para que el Huesca, por medio de Melero, disfrutase de la primera ocasión de gol, pero su gesto técnico fue deficiente y el balón salió fuera cuando lo fácil era convertir. Sin embargo, es justo decir que comenzó en ese momento la fase de dominio visitante que aportó más brillo si cabe al partido. Fueron unos minutos de incertidumbre que no encontraron su fruto sencillamente porque los rematadores estaban huecos de inspiración.

Llegamos al descanso y a la vuelta al césped el Huesca se quedó con el balón y ocupó los espacios del rival como no había hecho en la primera parte. El Zaragoza aguantó bien el acoso inicial y esperó a que pasase el esperado arreón. Para completar la estrategia, Natxo puso en el campo a Papu en lugar de Pombo, buscando romper la espalda del Huesca con la verticalidad del georgiano. Y funcionó. Cuatro minutos después un balón aéreo llegó a Borja, que se lo regaló a Papu para que este chutase. El rechace lo recogió Ros, quien puso a prueba a Remiro una vez y otra. La segunda fue la definitiva. El gol propulsó a la grada de la Basílica, que lo celebró con el alma en la boca.

Comenzó entonces un baile de caballeros frescos que se incorporaron a la batalla. Gallar, Moi y Camacho por el Huesca y Guti y Toquero por el Zaragoza fueron los elegidos y todos y cada uno de ellos cumplieron su misión. Los últimos veinte minutos fueron llamas en el cielo. El equipo de Rubi se echó al monte y trató de encontrar un resquicio en el defensa zaragocista a base de corners y balones laterales. A este plan contestó el Zaragoza con balones largos a la espalda de la deshilachada defensa oscense y en esas acciones a punto estuvo de cerrar el partido hasta en tres momentos. Remiro o la impericia atacante lo impidieron.

Hasta que sonó el pitido final, el himno atronó en el cielo zaragozano tratando de elevar con cada compás a su equipo por encima del riesgo de encajar un gol. Contribuyó así la hinchada a que la noche sea ya un hito histórico, una canción que interpretaremos a capella dentro de unos años, cuando tengamos las manos lentas, que cantaba Joaquín Carbonell. Y la guardaremos en nuestra memoria y la elevaremos a leyenda si al final de este viaje logramos pisar esa Tierra Prometida (Promised Land) que tanto se parece a la que el recordado Luther King nos regaló en su “I have a dream”.

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez, Benito, Mikel González, Verdasca, Lasure, Eguaras, Javi Ros (Guti, 66′), Zapater, Febas (Toquero, 75′), Pombo (Papu, 54′) y Borja Iglesias.

SD Huesca:
Remiro, Alexander, Pulido, Jair, Brezancic, Aguilera, Sastre (Moi Gómez, 62′), Melero, Vadillo (Camacho, 77′), Chimy Ávila (Gallar, 67′) y Cucho.

Goles:
1-0, min. 58; Javi Ros.

Árbitro:
Eiriz Mata (Colegio gallego). Amonestó a Lasure (72′), Moi Gómez (78′) y Verdasca (79′).

Incidencias:
Partido correspondiente a la jornada 34 de LaLiga 1|2|3, disputado en La Romareda ante 28.917 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 3. Poco trabajo muy bien resuelto.
Benito: 3. Muy firme y aplicado en las coberturas y en el despliegue.
Mikel: 5. Excelente partido. Experiencia, fortaleza y liderazgo.
Verdasca. 4. Centrado y atento a la velocidad del contrario.
Lasure: 4. Anuló a Chimy y se lanzó al ataque con audacia.
Eguaras: 3. Competitivo y adecuado al ritmo del partido.
Ros: 4. Extraordinaria presencia y generoso en el esfuerzo. Goleó.
Zapater: 5. Inconmensurable. Jugó un partido enorme en todas sus facetas.
Febas: 3. Se ajustó al plan y aportó desequilibrio.
Pombo: 3. Comenzó eléctrico y desequilibrante. Poco a poco se inhibió.
Borja: 4. Trabajó lo indecible. Es fundamental fijando a la defensa y sembrando peligro.
Papu: 3. Se le encomendó verticalidad y ruptura y lo hizo muy bien.
Guti: 4. Oxigenó al equipo y le aportó músculo.
Toquero: 3. Su entusiasmo y veteranía ayudaron a cerrar el partido.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

aupazaragoza

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