Extremadura UD 0 – 3 Real Zaragoza | Crónica

Extremadura UD 0 – 3 Real Zaragoza | Crónica

Si nos queda alma

El buen sabor de boca que nos dejó el triunfo del Real Zaragoza ante el Extremadura es digno de ser recordado si al final de la temporada se logra el miserable objetivo de mantener la categoría. Después de una semana de alambre y óxido en la que las voces sensatas del zaragocismo advirtieron de la extrema gravedad de la situación, los tres goles logrados en la cálida tarde extremeña calmaron la ansiedad aragonesa.

Fue un partido bien planteado por Víctor y correctamente jugado por los chicos. Los muchachos, ese grupo desnutrido y frágil durante muchas jornadas que ayer quiso, pudo y supo emplear la suficiente energía como para desarmar al equipo de moda en el pelotón de la zona pobre de la Liga 123. Los muchachos, esos actores inestables y capaces de lo poco y lo menos en tantas tardes de decepción. Los muchachos, que ayer nos dieron una alegría que completaba la felicidad que el Real Zaragoza DHJ nos había regalado unas horas antes al proclamarse campeón de la Copa de Campeones. Extraordinaria gesta que merece el mayor reconocimiento por parte de todos.

En un estadio lleno hasta la bandera, en medio de un ambiente propio de las grandes ocasiones, el Zaragoza jugó un partido completo, serio y lleno de aciertos. Desde el minuto uno el equipo fue a por la victoria, sin reservas, vacío de temores. Y en seguida pudo haber abierto la puerta de la victoria si uno de sus dos delanteros, Gual, hubiera acertado con sendos manos a mano ante Casto. No fue así, pero el perfume del partido llevaba el nombre del patrocinador del equipo blanquillo grabado en el cuero del balón.

El Zaragoza gobernaba el partido con templanza y mejor tino que su rival, muy lejos de lo que en las últimas jornadas nos había enseñado. El centro del campo llevaba el sello aragonés, allí donde Ros, James, Guti y Biel se hacían con el timón de la nave. Con relativa facilidad obtenían rédito de su presión y de la intensidad física que imprimían a cada acción y precisamente de una de esas James proveyó de un buen balón a Gual, que se internó en territorio enemigo para centrar un balón diverso. La fortuna quiso que la trayectoria llegase con cierto veneno en las costuras y acabase entrando en la portería de un atónito Casto.

El gol fue fruto de la suertes, es verdad, pero los méritos del Zaragoza eran más que sobrados para a esas alturas del partido llevar un gol de ventaja y trasladarlo a un territorio confortable. El Extremadura trató de reaccionar y casi lo consigue después de un fallo de Verdasca (“el” fallo de Verdasca).  Ortuño rebañó un balón en la línea de tres cuartos y se dirigió como un cohete hacia el área de Cristian. Afortunadamente, se pareció más a sus tiempos zaragocistas que a su presente extremeño y marró la clara ocasión propiciando una buena intervención del portero argentino.

Sin embargo, ahí pareció despertar el conjunto local, que afrontó los siguientes minutos con cierta osadía. Un cabezazo de Lolo, desviado, y sobre todo un metálico chut de Ortuño que despejó magistralmente Cristian, fueron sus dos mejores oportunidades, a las que trató de responder el Zaragoza con algunas contras rápidas que bien pudieron convertirse en el segundo gol. De todas ellas la mejor fue la que protagonizaron Gual y Álvaro. El primero recibió un balón de oro y tuvo la enorme visión de vislumbrar a Álvaro libre de marca. El amigo recibió  del amigo pero se le hizo de noche ante Casto. Lástima, pues podría haber sido un gol casi definitivo a esas alturas del partido.

Tras el descanso el Zaragoza salió igualmente activado En el minuto 46 ya tuvo Álvaro una extraordinaria ocasión que resolvió Casto con  una magnífica intervención. Fue el primer gesto de audacia que vino a subrayar la decidida vocación ganadora de los zaragocistas. El tiempo jugaba a su favor y la inconsistencia del Extremadura era manifiesta. Ni una sola jugada de peligro a favor de los locales hasta el minuto 58, en que Zarfino puso a prueba a Cristian. El argentino de nuevo respondió con una buena parada, esta en dos tiempos, apagando así cualquier asomo de empate. Fueron los instantes más inquietantes para el equipo de Víctor.

Afortunadamente la historia mantuvo el guión favorable gracias a una extraordinaria jugada de Pep Biel. Era el minuto 62. Se llevó un balón hasta el borde del área, arrastró hasta a tres defensores y volviendo sobre sus pasos acomodó el cuerpo para lanzar un misil combado que entró pegado al palo largo de Casto. Un gran gol que todos, jugadores, técnicos y afición, celebramos con alborozo. Faltaban 30 minutos para el final y lo que quedaba merecía ser gestionado con inteligencia y firmeza. Mosquera, el entrenador local, el amigo de Víctor, movió sus fichas y respondió el aragonés colocando a Pombo en lugar de un agotado Gual.

El partido estaba en el punto exacto donde el Zaragoza había soñado y el Extremadura veía cada vez más lejos el éxito. A ello sumamos una actitud muy seria por parte de los blanquillos y una capacidad notable para afrontar los debates por el balón y la generación de situaciones a favor. Durante unos minutos se produjeron acciones más embarulladas provocadas por la incapacidad extremeña y en medio de esa maraña de faltas y jugadas truncadas surgió la figura de Pombo. El zaragozano, reñido con el fútbol desde hace un tiempo, recogió un balón de Guti, dribló a su marcador y batió por bajo a Casto. Una inmensa alegría sumergió a los jugadores en una celebración digna de logros pretéritos y las lágrimas de Jorge fueron la muestra de lo que este equipo está viviendo esta temporada.

Desde ahí hasta el pitido final aún pudo lograr el cuarto Álvaro, pero su chut se fue alto por poco. Por lo demás, lo más significado fue el debut del canterano Nick, un chico robusto y extenso que lleva el sello de la casa y que protagonizó, de este modo, un guiño al éxito matinal de los pequeños en la Copa de Campeones. Victoria, pues, muy importante que celebró todo el zaragocismo, muy consciente de que lo que ayer se jugaba era algo de una importancia extraordinaria. Quizás la penúltima vuelta de llave de un candado que debe cerrar esta temporada ignominiosa que ojalá sirva para alumbrar un futuro fértil.

Ficha técnica

Extremadura UD:
Casto; Díez, Granero (Willy Ledesma, 68), Pardo, Bastos; Zarfino, Lolo González; Olabe (Reyes, 77), Perea; Márquez (Nando, 57) y Ortuño.

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Delmás, Verdasca, Álex Muñoz, Nieto; Javi Ros, Igbekeme (Nick, 85), R. Guti (Zapater, 78), P. Biel; Álvaro Vázquez y M. Gual (Pombo, 73).

Goles:
0-1, min. 18: Casto, en propia puerta. 0-2, min. 62: P. Biel. 0-3, min. 79: Pombo.

Árbitro:
Figueroa Vázquez (Comité Andaluz). Amonestó a Javi Ros (15).

Incidencias:
Partido de la 38ª jornada de LaLiga 123 disputado en el Francisco de la Hera ante unos 11.000 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 4. Decisivo con sus paradas. Como siempre.
Delmás: 4. Firme, decidido y eficaz.
Álex: 3. Correcto y dedicado.
Verdasca: 2. Tuvo un error grueso, pero en general cumplió.
Nieto: 3. Trabajador y atento a su banda.
Guti: 3. Compensó bien el centro del campo y nutrió de balones.
Ros: 4. Gran partido. Sabe manejar a sus compañeros y trató de ser seguro.
James: 4. Barrió la zona y rompió líneas.
Pep Biel: 3. Logró un gran gol y proveyó de juego. Algo irregular.
Álvaro: 3. Abrió huecos y arrastró a la defensa. Falló en el gol.
Gual: 4. Resquebrajó a la defensa y agitó la delantera con su movilidad. Goleó.
Pombo: 3. Salió con ganas y consiguió un buen gol.
Zapater: S.C.
Nick: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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