R Oviedo 0 – 4 Real Zaragoza | Crónica

R Oviedo 0 – 4 Real Zaragoza | Crónica

Quiero guardar tus sueños

El gol de Soro fue el cuarto movimiento de la excelsa sinfonía que nos regaló el Real Zaragoza, el cuarto capítulo del relato con que nos obsequió el equipo heredero de los Magníficos, el cuarto lienzo que completó la memorable pinacoteca con que nos deslumbraron los sucesores de la Quinta de París. Ese gol, decimos, fue como un sencillo pero irrepetible broche que adornó un partido que ojalá se convierta en inolvidable por lo que significó. Porque lo que firmaron los chicos de Idiakez es digno de formar parte de una narración de alto valor histórico y para que así sea tiene que ocurrir que el próximo, y el siguiente y el posterior sean un reflejo del argumentario que ayer nos mostraron.

La enorme victoria sobre el metálico Oviedo de Anquela alcanza un significado de superior nivel por la forma en que se dio y por el mensaje que lanzó el equipo. Sofisticado, sólido, elegante y sacrificado, el Zaragoza fue ayer un equipo campeón. Y lo mejor de todo: ofreció un rostro de grandeza sostenida, pues en cada pase, en cada pugna, en cada decisión advertimos una razón para creer en él. Ya cuando conocimos la alineación constatamos que Idiakez es un entrenador leal a sí mismo. Jugar en el Carlos Tartiere con la misma propuesta que en la Basílica lo dice todo. No especuló, no echó el freno por el mero hecho de jugar en llanuras enemigas. Al contrario. Mantuvo su idea y les dijo a los chicos que lo que se expresa ante los medios luego hay que hacerlo verdad en el césped.  Y allá que se fue.

Le pidió a Verdasca que volviera a su espacio natural, recuperando así la defensa histórica de la segunda vuelta del año pasado. Además, movió el centro del campo para construir su tridente titular colocando a Ros en el vértice y dándole a Zapater la vereda lateral. Con los dos veteranos, James, “el Abundante”, completó una línea dinámica y sólida que desactivó por completo la maquinaria carballona, al tiempo que engrandecía la línea de construcción tomate activando enérgicamente a Pombo, Gual y Álvaro. “Los Tres Mosqueteros» hicieron alarde de su velocidad, talento y movilidad para desorganizar el sistema defensivo local y provocar situaciones de peligro desde el comienzo.

No tardaron en llegar las ocasiones, pero la mejor se produjo en el minuto 15, cuando Javi Ros le envió un medido pase a Álvaro buscando y encontrando la espalda de los centrales del Oviedo. El catalán dejó botar el balón y con un delicado toque ubicó el cuero en la red de Herrero. Un gran gol que abrió las mil bahías de los mares zaragocistas. Se veía que aquello era fruto de un plan, de un libro de estilo más que asumido por todos y cada uno de los redactores, pues no se paró el viento. El Zaragoza siguió jugando a las mil maravillas, y Gual por dos veces y el engrandecido Pombo dispusieron de sendas ocasiones que no llegaron a buen puerto por poco.

Lo que sí ocurrió de nuevo fue que jugar en Segunda División penalizó al Zaragoza. El VAR habría dado como válido un gol anulado a Gual por fuera de juego, pero afortunadamente eso no fue obstáculo para que el partido siguiera en manos del equipo aragonés. Este llevó la tarde al minuto 45 sabiendo que la batalla apuntaba a victoria si bien habría que evitar despistes dolorosos en la reanudación.

Y se logró. El Oviedo salió con un cambio significativo, el de Floch por Boateng, pero los muchachos aguantaron las dos primeras embestidas y en la primera ocasión logró el segundo gol. Fue a la salida de un corner. James lo botó y Verdasca remató con el exterior consiguiendo un tanto que confirmaba que el choque tenía un dueño, absoluto e indiscutible. Y hasta se dio una de esas jugadas que avalan la grandeza de los equipos victoriosos con unos gramos de fortuna. Fue poco después de que Idiakez sustituyera a Gual por Aguirre, ex oviedista que decidió martillear la banda local con sus carreras y desequilibrar la desarticulada defensa asturiana.

La jugada de la que hablamos fue un remate de Fernández que rebotó en el poste y que no consiguió rematar Toché. Fue una de esas situaciones afortunadas que son tan necesarias para cumplir temporadas de éxito de la que se aprovechó el Zaragoza. Y lo hizo con la misma fe y férrea voluntad que manifestó desde el minuto uno. La traducción de esa confianza la firmó James. El nigeriano dibujó una magnífica pared con Pombo y resolvió la jugada con un regate seco y una ejecución de miel que logró batir al desesperado Herrero, que musitaba “No puede ser” mientras recogía por tercera vez el balón del fondo de su portería.

Era un premio merecido por haberlo soñado, una melodía de palabras de agua que hizo feliz a la parroquia zaragocista que elevaba sus cánticos en la tarde ovetense orgullosa de su escudo y de su futuro. Y eso que aún quedaba el punto final. El que imprimió al acabar la última frase Alberto Soro, ese chico serio y trabajador que guarda en su mochila los párrafos necesarios para soñar con un futuro brillante. Su gol, el cuarto de la tarde tras cabecear un rechace que provocó el chut de Aguirre, fue la confirmación de que este Zaragoza apunta a ser esta temporada uno de los equipos lindos. No hay duda.

Victoria grandiosa y, sobre todo, partido hermoso. Quedan mil caminos por recorrer pero tras lo visto ayer todos y cada uno de ellos están dispuestos a invitar al Zaragoza a ser recorridos y llevarlo de vuelta a casa. A Primera.

Ficha técnica

R Oviedo:
Alfonso Herrero; Johannesson (Aarón, min 59), Carlos Hernández, Bolaño, Mossa; Tejera, Javi Muñoz (Toché, min 58), Boateng (Folch, min 46); Bárcenas, Saúl Berjón, Joselu.

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Benito, Grippo, Verdasca, Lasure; Ros, Zapater (Nieto, min 87), Igbekeme; Pombo, Marc Gual (Aguirre, min 66), Álvaro Vázquez (Soro, min 75).

Goles:
0-1 Álvaro Vázquez (min 15). 0-2 Verdasca (min 53). 0-3 Igbekeme (min 77). 0-4 Soro (min 86).

Árbitro:
El colegiado Ocón Arráiz mostró amonestaciones al local Tejera, y a los visitantes Grippo y Aguirre.

Incidencias:
Partido de la 4ª jornada de LaLiga 123 disputado en el Estadio Carlos Tartiere ante 13.770 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 4. Seguro, firme y eficaz.
Benito: 4. Firme en la defensa y audaz en el ataque.
Grippo: 3. Correcto en todas las acciones.
Verdasca: 4. Ganó todos los desafíos y además, goleó.
Lasure: 4. Su regreso aportó solidez y recorrido.
Ros: 5. Gran partido. El mejor de su historia zaragocista.
Zapater: 4. Serio, inteligente y firme.
James: 4. Llegó a todo y aportó calidad y gol.
Pombo: 4. De nuevo dibujó lienzos de calidad y clase.
Gual: 3. Luchó y trabajó con inteligencia. Le falta exactitud.
Álvaro: 4. Goleó y desequilibró. Muy valioso.
Aguirre: 3. Corrió la banda con rapidez y osadía.
Soro: 4. Activó la vanguardia y goleó.
Nieto: S.C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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