Real Zaragoza 1 – 2 UD Almería | Crónica

Real Zaragoza 1 – 2 UD Almería | Crónica

Perdidos en el mar de plástico

Víctor dijo que estaba decepcionado. La afición mostró su decepción abandonando el estadio con cierta precipitación. La prensa habló de equipo desconectado. ¿Y los jugadores? No lo sabemos. Ni siquiera acudieron ala zona mixta. Ni siquiera expresaron sus sensaciones. Ni siquiera se aprestaron a dar explicaciones para que, a lo mejor, pudiéramos entenderlos. Ni siquiera nos dieron la oportunidad de tratar de ponernos en su lugar.

El partido que disputó ayer el Real Zaragoza ante el Almería dejó varias sensaciones para el análisis, La primera, que le resulta extremadamente complicado hacer gol. Dos, que la defensa tiene problemas con el balón parado y la cobertura de los laterales. En tercer lugar, que algunos jugadores han perdido la concentración y la serenidad. Y cuatro, que el portero y el centro del campo están a años luz de los responsables de las áreas. Todo ello se pudo comprobar ayer ante la desesperación de la afición y la impotencia del entrenador. Todo ello ayudó a perder el partido ante un rival rocoso, duro en el juego y con cierto oficio. Suficiente para desarmar al bisoño e inocente Zaragoza.

Comenzó bien el Zaragoza. Animoso, con voluntad de logro y deseo volcánico de marcar cuanto antes. Algo impaciente, en realidad. E impreciso. Durante veinte minutos el equipo aragonés mostró una impecable tarjeta de presentación, con jugadas vistosas y llegadas nítidas, pero ¡ay!, con nulo acierto entre los tres palos. Linares en el minuto 2 y Soro, en un precioso disparo que atajó René en vistosa palomita, fueron los primeros en provocar cierta inquietud en el equipo andaluz.

El Almería incomodó a Cristian, el gran Cristian, en dos ocasiones, pero el arquero argentino solventó bien las mismas. Mientras tanto, el zaragocismo se entusiasmaba con los latigazos en ataque de Álvaro, de Soro, de todos, pero se instalaba en la frustración cada vez que el balón se perdía en el cielo de la noche zaragozana. Aun así, tenemos anotados un centro envenenado de Benito que René salvó con agilidad, un chut elevado de Pombo, una casi llegada de Linares que no alcanzó por centímetros y un remate cruzado de Álvaro que el portero andaluz de nuevo desvió.

Como se ve, el Zaragoza porfiaba en pos del gol, pero su inexactitud le penalizó de tal modo que se fue al vestuario con la certeza de haber hecho mucho pero haber logrado nada. Como viene siendo habitual, por otra parte. La afición esperó que en esos minutos de descanso Víctor activase algún mecanismo mágico que aliviase la esterilidad goleadora. Reubicando a sus efectivos, por ejemplo. Era algo notorio que Pombo no estaba en su salsa, en una posición de enganche en la que no se encuentra cómodo, pues le falta recorrido y los contrarios lo asfixian. Y alguna que otra consideración, como la necesidad de elegir mejor las acciones y ejecutarlas con más acierto.

El Zaragoza comenzó la segunda parte con la misma vocación de hacerse con el primer gol. Un par de acercamientos que acabaron en córner fueron sus primeras acciones, pero quien de verdad amagó con muchísimo peligro fue el Almería. Y ahí surgió Cristian, el Divino, para protagonizar la parada de la jornada. Álvaro, el atacante andaluz, taconeó con la aguja de su bota y el portero zaragocista rebañó el balón con una acción prodigiosa. Pero no fue suficiente. Pocos minutos después Álvaro Giménez, ahora sí, consiguió rematar de cabeza una falta lateral pésimamente defendida. Una vez más, el contrario se adelantaba en el marcador. Una vez más tocaba remar contra una furiosa corriente.

Víctor sustituyó a Linares y Pombo, nada contento él, nada contenta la grada, por Aguirre y Gual. Las piezas se recolocaron, una cierta activación se produjo y el equipo blanquillo recogió energía para acercarse al empate. Soro centró un tanto su posición y Álvaro se situó de delantero puro. Y en esas ocurrió lo que a veces se convierte en el aeiou del fútbol. El joven ejeano dibujó un magistral pase a Ros para que el capitán sirviese un balón de oro a Álvaro, que definió. Era el equilibrio. Seguramente la justicia por vocación e intención, que no por definición.

Quedaba aún tiempo para todo: para luchar la victoria, para mantener las tablas, para morir en la orilla. Y ocurrió lo peor. Otro balón parado, un córner esta vez. Un córner que no era, pero con los errores arbitrales en contra ya contamos, sirvió para que el central Saveljilch le robase la cartera, el móvil y hasta el slip a Verdasca y rematase con vehemencia de cabeza batiendo a su compatriota. La noche se hizo espesa e infinita. La mirada del zaragocismo se hizo niebla de hielo y el corazón del león dejó de latir.

Ya no quedaban razones para creer en nada más que en apagar la luz de la Basílica. A pocos minutos del final poco había en qué creer. Si acaso, temer que un tercer gol cayese del lado de los marineros del mar de plástico, lo que estuvo a punto de suceder en el minuto 88, cuando Corpas quiso lucirse con una media vaselina que Cristian adivinó, levantando de nuevo de sus asientos al alicaído zaragocismo.

Pero la miseria aún tenía un último mensaje que trasladarnos. Soro, el imberbe Soro, el pequeño gran jugador que no solo se adivina, sino que ya convive con nuestra Historia, recibió un desmesurado castigo por parte del apocado juez que ayer decidió lucirse expulsándolo. Qué paupérrima es la condición humana cuando quien tiene que impartir justicia se deja llevar por la vanidad del mediocre. Injusta decisión que nos regala la idea de que, efectivamente, quien dijo que el Real Zaragoza tardará ocho años en volver a Primera, tenía razón. El colmillo de algunos sigue brillando a la luz de la luna.

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Benito, Verdasca, Dorado, Lasure; Javi Ros, Igbekeme; Soro, Álvaro Vázquez; Pombo (Aguirre, 66) y Linares (M. Gual, 66).

UD Almería:
René; Romera, Saveljilch, Ibiza, Martos; Yan Eteki, De la Hoz (Rocha, 77); Corpas, Juan Carlos (Narváez, 68), Rioja; y Álvaro Giménez (Demirovic, 87).

Goles:
0-1, min. 58: Álvaro Giménez. 1-1, min. 76: Álvaro Vázquez. 1-2, min. 82: Saveljilch.

Árbitro:
Santiago Varón Aceitón (Comité Balear). Expulsó a Soro (93) con roja directa, por una supuesta agresión a un rival que no existió. Amonestó a De la Hoz (33), Saveljich (38), Verdasca (38), Benito (57), Martos (63), Dorado (77) y M. Gual (83).

Incidencias:
Partido de la 28ª jornada de LaLiga 123 disputado en La Romareda ante unos 24.000 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 5. Enorme. Cada partido nos regala dos o tres intervenciones magistrales.
Benito: 3. Luchó, se gastó e hizo jugar a sus compañeros.
Verdasca: 1. Hace cosas bien, peros sus errores son gravísimos.
Dorado: 2. Tiene gestos de buen central, pero le falta gasolina. Ya lo dijo él.
Lasure: 2. No es el lateral que necesitamos. Lento en las coberturas, sufre mucho.
Ros: 4. Trabajador, buen compañero y acertado en sus decisiones.
James: 3. Ayer fue irregular, alternando grandes acciones con algunos despistes.
Soro: 4. Su trabajo brilla más cuando se sitúa tras el delantero. El gol, gran obra suya.
Pombo: 1. Lento, asfixiado por los rivales y errático a la hora de ejecutar decisiones.
Álvaro: 2. Trabajo mucho y goleó.
Linares: 1. Muy solo y algo errático.
Aguirre: 2. Como siempre, corre, encara y busca el uno contra uno.
Gual: 1. No está preparado para afrontar lo que se le pide.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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