Real Zaragoza 2 – 2 RCD Mallorca | Crónica

Real Zaragoza 2 – 2 RCD Mallorca | Crónica

Se puede vivir

La pitada que le dedicó la afición a los chicos de Alcaraz tras el pitido que les llevaba a la caseta para descansar quince minutos rebotó en las paredes de la Basílica como hacía mucho tiempo que no sucedía. Los más viejos del lugar, ese 20% que superamos cierta edad, ya habíamos vivido estruendos similares y, créame el lector, por mucho menos, pero lo de ayer era de “Manual del hincha”.

Habría sido caer en el buenismo más estúpido no abroncar a los jugadores blanquillos después de sufrir el lamentable espectáculo que nos regalaron, además de los dos absurdos goles que encajaron en apenas veinte minutos. El desastroso partido jugado en esos 45 minutos nos los guardamos para la infausta historia de este infernal paso por la Segunda División, porque no se puede jugar menos y peor.

Alcaraz optó por repetir idea, concepto y (casi) alineación tras la victoria en Tarragona. La novedad fue la presencia de Álvaro en lugar de Gual y de Zapater en el puesto de Ros, lesionado. Con esos mínimos movimientos el Real Zaragoza afrontó el choque ante un Mallorca que va muy fino por esta categoría y al que todo le sale bien. A veces hasta sin querer. Comenzamos el relato señalando el primer gol en el minuto 5, tras un balón lateral que llegó al área pequeña que nadie supo ahuyentar. Por allí pasaba Lago Junior que no tuvo más que invitarle a que se alojara en la red de Cristian. Y aceptó. El jarro de agua helada que cayó sobre el alma zaragocista fue de dimensiones extraordinarias.

Ahí el equipo decidió vaciar el cargador en todos y cada uno de los pies de los muchachos. No hubo respuesta, el sistema nervioso del colectuvo saltó por los aires y al Mallorca no le hizo falta pensar mucho para saber qué tenía que hacer. Repitió el esquema una y otra vez e inundó la zona defensiva zaragocista con artillería fina pero muy eficaz. El centro del campo, absolutamente disminuido, mostró las vergüenzas de sus componentes, especialmente de Eguaras y Zapater, y la defensa nos obsequió con varias acciones de ridículo máximo. Solo Pombo mantenía el tipo, catalizando toda la rasmia aragonesa que atesora del zaragozano, pero era insuficiente. Así, el segundo gol no tardó en llegar. Fue otro balón lateral torpemente defendido el que aprovechó de nuevo Junior para firmar el 0-2.

La decepción, a esas alturas, ya era mayúscula y nada hacía pensar que hubiera solución. El partido estaba claramente en poder del equipo balear, que aún tuvo ocasión de lograr el 0-3, pero el linier señaló fuera de juego, con lo que el drama no se consumó antes del descanso. Afortunadamente, pues mientras la grada se desesperaba, los jugadores agonizaban en un escenario indeseable para todos.

Llegó el descanso y la pitada, hemos escrito, fue para recordar. Y Alcaraz reaccionó. Ejecutó un gesto radical y dejó en la caseta a Verdasca, torpe entre los torpes, y Zapater, reducido a la mínima expresión, por Benito y James, ubicando a Delmás como central. Había que lograr que el partido cambiara la cara, de uno u otro modo, y además, pronto. Los primeros minutos fueron un ejercicio de corazón desatado, pero estéril. El Mallorca, controlador, manejó bien los tiempos. Había, eso sí, más deseo, voraz voluntad, lo que agradeció la grada, que no quiere otra cosa que compromiso, actitud, generosidad, decisión.

Con lo que había no daba para volver el cielo del revés, así que Alcaraz sacó al campo a Gual en lugar e un discretísimo Lasure. Y se hizo la luz. El primer balón que cayó a sus pies fue disparado con la fe del converso hasta lograr traspasar a Parera. Era un gol venturoso, una paletada de carbón a la mortecina caldera. Pero no había que dormirse. Un par de minutos después Álvaro fue derribado por el portero después de birlarle el balón cuando este lo estaba botando., La falta era del delantero y tras el lío que se organizó, Aridai se plantó solo ante la portería zaragocista dispuesto a matar el partido. Felizmente, Cristian fue Cristian y salvó un gol que ya se cantaba. Se recuperaba, así, al gran portero que tan sustancial fue la temporada pasada y tan insignificante estaba siendo esta.

Y ya se sabe: perdonar, en fútbol, es morir. Pocvo después, el activo y útil Gual puso de nuevo a prueba a Parera, que despejó pero no pudo evitar el remate final de Pombo sobre la línea. Era el 2-2, la recuperación de valores olvidados, la reconciliación con una afición que solo necesita un poco de cariño para devolver todo el amor que cabe en su pecho. El partido se ponía muy bien. Quedaban quince minutos y el Zaragoza obligó al Mallorca a una defensa propia de sus antepasados, cuando repelían los ataques piratas. Y me imagino que en el viaje de vuelta le reservarían a Parera todos los privilegios, pues solventó varios remates de Gual, Pombo y Benito que llevaban el sello del gol con grandiosas paradas. Él, solo él, fue el artífice de que el equipo zaragozano no se llevase al final la victoria, después de haber tenido el éxito al alcance hasta el último minuto, cuando otra vez Cristian salvó al equipo de la derrota final.

Punto insuficiente si hablamos de clasificación; punto quizás suficiente si hablamos de clarificación. Es de esperar que Alcaraz tenga ya más claro qué camino debe seguir este equipo, qué peones merecen estar en la batalla y qué argumentos se acomodan más y mejor a las necesidades del grupo. Es de esperar que ya no tengamos que esperar.

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Delmás, Verdasca (Benito, 46), Perone, Nieto, Lasure (M. Gual, 65); Zapater (Igbekeme, 46), Eguaras, Pep Biel; Pombo y Álvaro Vázquez.

RCD Mallorca:
Parera; Gámez, Xisco Campos, Russo, Sastre; Pedraza, Salva Sevilla (Baba, 51); Aridai, Dani Rodríguez (Buenacasa 74), Lago Junior (Ferrán Giner, 83); y Álex López de Groot.

Goles:
0-1, min. 6: Lago Junior. 0-2, min. 20: Lago Junior. 1-2, min. 66: M. Gual. 2-2, min. 74: Pombo.

Árbitro:
Ais Reig (Comité Valenciano). Amonestó a Pombo (44), Delmás (58) y Aridai (60).

Incidencias:
Partido de la 14ª jornada de LaLiga 123 disputado en La Romareda ante unos 21.500 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 4. Empezó mal y acabó como salvador. Recuperamos al mejor Cristian.
Delmás: 3. Mala primera parte, superado siempre por Junior, y más entonado como central.
Verdasca: 0. Mal, mal, mal.
Perone: 1. Lento y sin ideas, exaspera e inquieta.
Nieto: 3. Tuvo un comienzo insustancial para encontrar después su lugar.
Lasure: 2. Distraído al comienzo, en la segunda mezcló mejor con Nieto y creció.
Eguaras: 1. Desubicado, acorralado y nada productivo.
Zapater: 1. Perdido en la inmensidad del vacío.
Pep Biel: 3. Cuando el centro del campo se pobló, asomó el jugador jugoso y atrevido.
Pombo: 4. No rebla jamás. En las malas lo dio todo y en la segunda parte brilló.
Álvaro: 2. Corrió y buscó su sitio, pero estuvo muy solo. Con Gual y Pombo juntos, mejor.
Benito: 4. Su presencia fue la explicación de lo que tiene que ser este equipo.
James: 3. Pulmón, esfuerzo, presencia. Supo a qué había venido.
Gual: 4. Le dio al interruptor del fútbol y casi todo tuvo sentido. El mejor.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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