UD Las Palmas 0 – 1 Real Zaragoza | Crónica

UD Las Palmas 0 – 1 Real Zaragoza | Crónica

Nos traemos tu viento

El fútbol es mentiroso. O a veces pretende serlo. El partido que ayer disputaron la UD Las Palmas y el Real Zaragoza demuestra que (casi) nada es lo que parece y que no debemos fiarnos de lo que (creemos) ver porque a la menor ocasión la noche puede ser el día y la luz la oscuridad.

En el Estadio Insular se jugaron varios partidos. El de la primera parte y el de la segunda parte y dentro de esta, varios “subpartidos” que muy bien pudieron ofrecernos diversos resultados. En realidad, lo de siempre. Estamos seguros de que ni Pepe Mel ni Víctor Fernández plantearon en la pizarra un desarrollo como el que nos regalaron. Con dos escuadras muy similares en su disposición táctica, con varias bajas de relieve en ambas y dispuestas a proponernos una fiesta de fútbol alrededor del balón, nada pudo salir peor.

El entrenador zaragozano tuvo que redistribuir a sus jugadores a partir de la baja de Soro, muy sensible como se vio en seguida. Dispuso en el campo la presencia de Igbekeme y Kagawa, una combinación que hasta ahora no había salido bien en las pocas ocasiones en que se había dado y eso provocó un cierto desorden en la ocupación de espacios y en el tránsito del balón. Enfrente tampoco la Unión Deportiva sabía muy bien cómo perturbar la calma de Cristian, si bien sus diálogos tenían un mejor aroma que el de los tomates.

No sería injusto decir que lo de ayer en el primer tiempo fue un canto a la torpeza futbolística. Un equipo desustanciado era incapaz de diseñar un plan adecuado a lo que se precisaba. Los jugadores zaragocistas no se mostraron finos en ningún momento, salvo algunas pinceladas de mérito de Igbekeme, bien entonado y muy participativo, y ciertas acciones de Vigaray que volvió a enseñar su calidad en algunos balones laterales. Pero poco más. No hemos visto una primera parte tan floja en mucho tiempo, pues ni siquiera gladiadores como Guti o Suárez, en otras ocasiones excepciones honrosas, fueron ayer capaces de darle un mínimo brillo al juego.

En medio de semejante desorden, surgió Igbekeme, del que ya hemos apuntado que jugó un partido serio y riguroso, para regalarle un magnífico pase en profundidad a Suárez. El colombiano, furioso y rápido como es habitual en él, aceptó el detalle para correr cuarenta metros con la vehemencia del hambriento para plantarse ante Valles, pero su disparo lo interceptó un defensa canario en el último momento. Fue la única ocasión digna de recordar. Muy clara, pero insuficiente. Por su parte, la Unión Deportiva solicitó un penalty que el VAR no tuvo que revisar pues el linier había señalado un fuera de juego que no era, lo que fue un regalo para el Zaragoza. Por todo ello, el empate con que se llegó al descanso fue acogido por ambos equipos con alivio, porque no había razones para esperar nada más.

Lo que sucedió en las casetas no podremos saberlo a menos que nos lo cuenten, pero fue algo así como si Campanilla hubiera espolvoreado una cálida tela de entusiasmo. Algo mágico que transformó los corazones, los cerebros y los músculos de los veintidós jugadores, pues desde el minuto uno el partido se electrificó. Nada más reanudarse el match, Fabio remató provocando un corner y a la salida del mismo Mantovani la tuvo, pero apareció Cristian, el Divino, que volvería a ser actor capital en el resultado final con sus intervenciones. A renglón seguido, Suárez se fue por pies y a punto de dársela a Kagawa algo pasó que le hizo cometer un error que lo impidió. Esto prometía.

Dos minutos después volvió a intervenir Cristian, ahora para detener un chut de Kirian y en la siguiente jugada Puado se echó un corcel a la espalda y puso a prueba a Valles, que tuvo que esforzarse para rechazar el chut del catalán. Se sacó el corner y Atienza remató con la cabeza y el balón chocó con el poste. Había partido, entonces. Estos chicos sí que saben jugar al fútbol, entonces. ¿Alguien entendía algo, después del sopor de la primera parte? No y mucho menos después de la jugada tonta de la noche. Los protagonistas, Valles y Kagawa. El portero canario perdió el balón en un pase mal ejecutado y Kagawa, que pasaba por allí, se lo encontró a sus pies. Cuando parecía que el mano a mano iba a acabar en gol, el japonés nos sorprendió a todos con su lentitud y torpeza y se dejó quitar el balón cuando lo más fácil era regatear y meter gol. Sencillo, pero imposible.

Álex Blanco sustituyó a la estrella nipona y continuó el carrusel de ocasiones. Remate de cabeza de Kirian que Cristian detiene y Blanco se va de todos pero su pase no llega a Puado. Sin embargo, lo peor vino después, cuando el Real Zaragoza entró en una espiral de desaciertos defensivos que la Unión Deportiva no supo aprovechar. Benditas ausencias canarias, pues con otros jugadores sobre el césped (Viera o Castro) tal vez la película no habría acabado en ese aeropuerto de noche con dos hombres hablando del comienzo de una hermosa amistad. Hasta tres ocasiones erraron los insulares, decimos, bien por su inexperiencia, bien porque Cristian de nuevo emergió para salvar los muebles en medio de ese breve naufragio zaragocista. Y es que esto es fútbol.

Víctor había sustituido a Vigaray por Delmás, una decisión que extrañó al zaragocismo, pero que luego explicó aportando argumentos de prudencia. Y en ese contexto llegó el momento decisivo. Era el minuto 80 y el Zaragoza construyó una trabajada jugada de ataque. Trató de culminarla Luis Suárez con un potente chut que rechazó un defensa. En la segunda jugada el propio Suárez fue objeto de penalty por parte de Mantovani, que derribó al delantero zaragocista aparatosamente. Y ahí se produjo una situación curiosa, con varios jugadores mirándose para ver quién lo tiraba y Javi Ros en la banda dispuesto a entrar. Supimos después que Víctor le preguntó al navarro si se veía capaz de ejecutar el castigo, éste le contestó que sí y el entrenador le dijo: “Pues entra y mételo”. Dicho y hecho. Ros colocó el balón en el punto blanco y mostrando gran frialdad y enorme personalidad batió a Valles con un lanzamiento impecable por la escuadra.

Mel se había jugado el todo por el todo cinco minutos antes poniendo al altísimo Pekhart en el terreno de juego, pero no fue suficiente. El Zaragoza supo jugar esos minutos finales con maestría y oficio, achicó balones, maniató a la Unión Deportiva, ralentizó el juego y gobernó los tiempos. Estuvo en su sitio y logró arribar al final del partido incluso rozando el 0-2, que pudo haber llegado si Blanco hubiera ejecutado bien un magnífico pase de Suárez. No pudo ser pero tampoco hizo falta. El pitido final supuso una explosión de júbilo de los jugadores, del cuerpo técnico y de la afición blanquilla, ayer tomate: de los valientes presentes en el Estadio Insular y de los miles de hinchas que vimos el partido por televisión. Una alegría que tiene que ayudar a encontrar, poco a poco, el camino de regreso de casa. A Primera.

Ficha técnica

UD Las Palmas:
Valles; Álex Suárez, Mantovani, Aythami, De la Bella; Javi Castellano, Fabio (Haro, 83); Benito (Pekhart, 75), Kirian, Pedri; y Araujo.

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Vigaray (Delmás, 68), Atienza, Guitián, Nieto; Eguaras, R. Guti, Igbekeme; Kagawa (Blanco, 56), Puado (Javi Ros, 81) y Luis Suárez.

Goles:
0-1, min. 82: Javi Ros, de penalti.

Árbitro:
Vicandi Garrido (Comité Vasco). Amonestó a Benito (38), Mantovani (80) y Kirian (85).

Incidencias:
Partido de la 23ª jornada de LaLiga SmartBank disputado en el estadio de Gran Canaria ante unos 8.500 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 4. Excelso. Resolvió varios momentos difíciles con su proverbial certeza.
Vigaray: 3. Estuvo correcto, aunque su estado físico mermó su capacidad para aportar más.
Atienza: 4. Rindió con certeza y solvencia. Por alto aportó seguridad.
Guitián: 3. En línea generales, estuvo acertado. Le costó salir con balón, pero en defensa cumplió muy bien.
Nieto: 3. Tuvo algunos oscuros en la primera parte, pero fue de menos a más.
Eguaras: 3. Bien posicionado, en algún momento se vió ahogado. Supo salir mejor tras el descanso.
Guti: 4. Sigue siendo un motor inagotable. Está en muchos sitios y en todos ellos está acertado.
Igbekeme: 4. Uno de los mejores. Con no ser la banda su lugar natural, aportó calidad y buen manejo.
Puado: 3. Tuvo acciones de mérito, pero escorado a la banda se encuentra limitado en su rendimiento.
Kagawa: 1. No está. Muestra cierta apatía y no sigue el ritmo de sus compañeros. Falló un gol.
Suárez: 4. Sigue siendo el tipo voraz e inagotable que nos asombra. Lo pelea todo y saca agua del subsuelo de los Monegros.
Blanco: 4. Rápido y osado, le da al equipo cosas diferentes. Se atrevió con todo.
Delmás: 3. Le tocó bailar con el más guapo. Pedri fue una reválida para él y suplió con casta sus limitaciones defensivas.
Ros: 4. Solo estuvo 13 minutos en el campo pero volvió a demostrar por qué Eguaras le entrega el brazalete cuando salta al terreno de juego. Líder, seguro, responsable y con personalidad.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

aupazaragoza

Deja tus comentarios el foro de AupaZaragoza.com. El Real Zaragoza es nuestra pasión.

1 Comentario

Comentarios

(required)