Real Zaragoza 0 – 1 Albacete Balompié | Crónica

Real Zaragoza 0 – 1 Albacete Balompié | Crónica

Cruz de navajas

Los cimientos de la Basílica se diluyeron ayer en las lágrimas de una afición que no podía creer lo que estaba viendo. El Albacete, equipo duro, de alambrada y zanja, que no había puesto a prueba a Ratón en todo el partido, se llevó los tres puntos y nos regaló una ración de rabia y desilusión con la que hemos despertado en la mañana del domingo. Ni Ramis, entrenador de verbo fluido, supo encontrar el discurso adecuado para explicar lo sucedido. Ni se lo creía, es decir.

A falta de un par de minutos para el final se me ocurrió decir: “¡Qué partido no va a ganar el Zaragoza! ¡Es para no creérselo!”. Poco después, rectifiqué: “¡Qué partido ha perdido el Zaragoza!” Y ambas afirmaciones tenían sentido. Los de Víctor jugaron un buen partido. De principio a fin. Casi todo lo hicieron bien: organizados, dinámicos, muy solidarios, buscando las bandas y manejando con soltura las entre líneas, el juego llevaba el sello blanquillo en todas sus facetas. El partido tenía color aragonés y la grada vivió instalada en la ilusión del gol durante toda la primera parte. Pero ese fue su déficit. El Real Zaragoza es prisionero del acierto de Suárez, que ahora mismo es el único capaz de convertir con la escasa suma de Linares, a causa de sus pocos minutos seguramente, y sobre todo por la ausencia de productividad de la segunda línea.

Este detalle fue convenientemente puesto en el escaparate por Víctor en la rueda de prensa, lo que nos da que pensar que el entrenador zaragozano ha llegado ya al punto de hartazgo con algunos jugadores. Si los chicos de arriba hubieran cumplido con su deber, al descanso se tendría que haber llegado con dos o tres goles de ventaja, pero los suministradores interiores, Kagawa y sobre todo Soro y James no engancharon bien ni rompieron las líneas. Y eso que Vigaray y Lasure protagonizaron una magnífica primera parte. Sus incursiones y llegadas no se vieron acompañadas por acciones de finalización y eso facilitó la defensa manchega. Y si en alguna ocasión se logró rematar, ahí estaba Nadal para desbaratar la esperanza local.

Así ocurrió con un chut de Eguaras tras un pase perfecto de Vigaray. La intervención del portero del Albacete fue antológica y evitó lo que habría sido un merecido 1-0. Poco después Suárez fue derribado en el área, pero ni el árbitro ni el VAR consideraron el hecho digno de ser castigado con penalty. Por último, Guti dispuso de una buena ocasión tras gran combinación en los tres cuartos del campo, pero decidió disparar desde lejos cuando había otras opciones y su golpeo salió desviado. Habría sido más que merecido irse al descanso con ventaja en el marcador, pero hubo que conformarse con el empate y la sensación de que el equipo precisa de un par de retoques, de la aportación de algunos jugadores que no están y de la mejora en algunas situaciones del juego que no dominan en absoluto.

La segunda parte comenzó con un guión distinto. El equipo zaragocista se encogió, sus jugadores se acomodaron en la zona medular y en ningún momento parecieron dispuestos a proseguir con el plan inicial. Con esta premisa el Albacete dio un paso adelante y pareció empeñado en encerrar al Zaragoza en su campo. Arriba Kagawa y sobre todo Suárez deambulaban sin rumbo y nada parecía igual que en la primera parte. Sin embargo, en un error defensivo del Albacete Kagawa recogió un balón suelto y se plantó ante Nadal. Su remate, suave y colocado, dio en el poste y se paseó por la línea de gol sin entrar en la portería. El propio Sinjhi recuperó el balón, pero su centro no lo remató Blanco, que había sustituido a James. Infortunio y desacierto.

El propio Blanco volvió a disfrutar de una ocasión de gol generada por Suárez. Su acción fue torpe e infructuosa, pero en su descargo hay que decir que se produjo en un clima más favorable en el que el equipo pareció recuperar el gobierno del partido. Víctor se dio cuenta y tiró de Linares, largamente ovacionado en su entrada al campo, con el fin de aprovechar ese viento de cola. Se generaron varios corners y faltas laterales, pero solo Gutián estuvo cerca de lograr el gol con un cabezazo al que respondió una vez más Nadal con una buena intervención. Y Linares, que jugó unos buenos minutos, también puso a prueba al portero manchego con un chut lejano que no logró su destino.

Pombo entró en el terreno de juego poco antes de que se produjera la jugada clave del partido: un penalty cometido sobre Blanco que abrió las puertas del triunfo. Era el minuto 88 y Eguaras fue el encargado de transformarlo. Ya los momentos previos, con un barullo inadmisible provocado por los jugadores del Albacete, hicieron presagiar que algo no iba bien. Y no fue. Eguaras lanzó flojo y poco colocado y Nadal lo rechazó. El remate posterior del navarro también fue interceptado por el portero. La Romareda se llevó dos enormes manos a la cabeza. Ahí había estado el partido. Ahí murió la noche. ¿Ahí? No. Aún quedaba lo peor por llegar.

Porque Suárez tuvo una última a falta de un minuto en un robo de balón y veloz carrera, pero su remate golpeó el lateral de la red. Más desesperación. Era un empate que sabía a poco pero por lo menos el zaragocismo había visto cómo los suyos jugaban al fútbol, competían y se dejaban el alma en el campo al amparo de una idea de fútbol que tiene que cuajar a lo largo de la temporada. Todas esas ideas bullían por la mente de los miles de aficionados que en la Romareda o en sus casas y peñas habían visto el partido. Pero no lo habían visto todo. La tragedia asomaba por la esquina de la estupefacción en forma de una falta estúpida cometida en el centro del campo, en forma de centro deslavazado, en forma de despeje “a la remanguillé”, en forma de remate “churrutero”, en forma de salida del portero “a medias” y en forma de gol astillado. Increíble, cruel, demoledor.

Pocas derrotas habrán dolido tanto como la de anoche. Y pocos partidos habrán dejado una sensación de desazón e impotencia tan grande como el de ayer. El fracaso es doloroso y habrá que esperar a que pasen las horas para mitigar el tremendo palo recibido, pero también es cierto que el Zaragoza volvió a demostrar en la noche del sábado que puede ser un grupo competitivo y que queda mucha tela que cortar. Ojalá que las decisiones tácticas, técnicas, físicas y contractuales sean acertadas y ayuden a recuperar el ánimo de un grupo que no deja de buscar su camino de regreso a casa. A Primera.

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Ratón; Vigaray, Grippo, Guitián, Lasure; Eguaras, R. Guti, Igbekeme (Blanco, 58); Soro (Pombo, 78), Kagawa (Linares, 71); y Luis Suárez.

Albacete Balompié:
Nadal; Benito, Arroyo, Karim Azamoum, Fran García; Eddy Silvestre, Capezzi; Pedro, Álvaro Jiménez (Ojeda, 72), Susaeta (Olabe, 80); y Zozulia (Acuña, 89).

Goles:
0-1, min. 94: Eddy Silvestre.

Árbitro:
Ais Reig (Comité Valenciano). Amonestó a Karim Azamoum (25), Guitián (32) y Capezzi (66).

Incidencias:
Partido de la 16ª jornada de LaLiga SmartBank disputado en La Romareda ante unos 21.000 espectadores.

Puntuaciones

Ratón: 1. Sin trabajo. Falló en el gol.
Vigaray: 4. Portentoso, vigoroso y vertical.
Guitián: 3. Correcto y alejado de problemas.
Grippo: 2. Discreto y algo inquieto.
Lasure: 4. Muy activo en ataque y luchador en defensa.
Eguaras: 3. En la primera parte leyó muy bien el partido. Falló un penalty.
Guti: 4. Inmenso. Estuvo en todo y en todas.
Igbekeme: 1. Inestable, intrascendente e inocuo.
Kagawa: 2. Algún detalle pero poco más. Falló un gol cantado.
Soro: 1. Diluido y con poca capacidad de creación. No aporta.
Suárez: 4. Trabajó lo indecible. Tiene a la defensa pendiente de él.
Linares: 3. Trabajó bien y acercó el equipo al área de Nadal.
Blanco: 2. Irregular y falto de confianza. Forzó el penalty.
Pombo: 1. No está. No entiende el juego en equipo.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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