Real Zaragoza 3 – 1 Extremadura UD | Crónica

Real Zaragoza 3 – 1 Extremadura UD | Crónica

El camino de las utopías

Una tarde más, la Basílica lució hermosa. La entusiasta presencia de zaragocistas enamorados de su equipo fue el oropel con que vistió su juego el equipo, al que aplauden y jalean cuando el oro brilla en su juego y al que soportan y aúpan cuando el barro enfanga su idea futbolística. Como debe ser. Como va a ser durante toda la temporada.

El partido ante el Extremadura fue un durísimo combate que llevó a jugadores, técnicos y afición al borde de la extenuación. La fatiga que mostró Víctor Fernández en la rueda de prensa posterior es el botón de muestra de lo que supuso el partido ante un equipo valiente, bien aliñado y con una idea futolística que merece un mayor y mejor premio que su famélica clasificación. Por eso el triunfo de ayer tiene un valor extraordinario, porque aunque todos nos frotamos las manos cuando Dwamena abrió el portón de la fortaleza extremeña en el minuto 12, la batalla pudo haber acabado en dolorosa derrota.

Víctor varió un tanto la alineación. Ya lo advirtió: cuenta con todos y todos van a tener su momento. Ayer Soro y Clemente fueron la novedad de inicio; luego, rescataría a Pombo para la causa. Pero sin duda su jugada maestra está siendo la reconstrucción de Eguaras, aquel gentleman que nos maravilló hace dos temporadas cuando dirigió con batuta de ébano al equipo hasta que no pudo más. Y fue precisamente un pase suyo el que descerrajó la cuidada armadura contraria. Lo recibió la locomotora Dwamena, que ya en el minuto 2 había agradecido un taconazo de Kagawa para poner a prueba al veterano Casto, pero en esta ocasión firmó el gol. Lo hizo como a él le gusta: al espacio infinito, al galope, cuerpeando cada roca que se interponga entre él y el horizonte. Y rematando con la fe del converso. ¿El pase? Se lo envolvió en celofán Eguaras.

El gol sirvió para limpiar las esquinas de la Romareda, que buena falta hacía vista la propuesta del Extremadura. Habría sido mucho más complejo afrontar el choque si no se hubiera roto la red de Casto, porque el equipo de Mosquera sabe muy bien lo que quiere hacer y no cambia de plan aunque enfrente tenga al segundo clasificado de la Liga Smartbank. Por eso el valor del gol. Y es que el centro del campo no acababa de engarzar el más mínimo broche ni sus delanteros encontraban senderos lúcidos. Soro no se encuentra cómodo en ese vértice del rombo y a Guti le costó poner en funcionamiento la barredora, lo que sumado a las imprecisiones de Kagawa nos daba un paisaje de niebla negra.

La buena noticia era que el Extremadura no logró inquietar a Álvarez salvo con un cabezazo de Zafiro que el rosarino se guardó con suave indiferencia. Ahí se inició una fase de acercamientos zaragocistas al área de Casto, no tanto fruto de un plan como resultado de la voluntad y tesón de los de Víctor. Suárez y Guti fueron los actores de estas acciones, pero ni el colombiano ni el aragonés acertaron y lo que habría supuesto un chaparrón en el ánimo del Extremadura se quedó en fina llovizna que no desvió al equipo forastero de su idea.

Respondieron los de Almendralejo, ahora por medio de Nono, y contrarrestó Atienza, pero había poca finura en la definición, bien por demérito de los delanteros, bien por el buen hacer de los defensas. En este asunto es una excelente noticia resaltar el trabajo del joven Clemente, quien protagonizó varios cortes que nos recordaron a algunos de los grandes centrales que han vestido la camiseta blanquilla a lo largo de la historia. Magnífica noticia.

Llegó el descanso, con la impresión de que el partido podía ganarse más por flaccidez del contrario que por fortaleza propia. Confianza, ma non troppo. E hicimos bien en pensar así, porque el Extremaura salió inquieto y atrevido, como demostró con un zambombazo de Nono en el minuto 46 que repelió el larguero. Afortunadamente, el Zaragoza también mostró su colmillo por medio de Kagawa, que en el minuto 48 lanzó un disparo seco y diagonal que desvió Casto en una gran parada y otro un tanto mordido en el minuto 52 que también detuvo el arquero . Era un comienzo dinámico que auguraba goles.

Y llegaron. Mejor: llegó. El empate del Extremadura se produjo en el minuto 53, después de un despeje torpe de la zaga zaragocista que recibió Caballo en la frontal del área. Ahí armó un chut voraz, de esos que se recogen en los resúmenes del mejor gol de la jornada, para incrustar el balón en la escuadra de Cristian. Era el 1-1 que podía ser. Y fue.

La grada reaccionó y Víctor reaccionó. Puso a Ros en el tapete de la Basílica en lugar de un difuminado Soro y a Pombo (división en los tendidos) por Dwamena y ahí empezó el tercer cuarto del partido. Eguaras se quedó con el partido y empezó a gobernar una nave que había perdido en cierto modo el rumbo. La cercanía de su amigo navarro le abrió las alas y su juego se hizo magia. Ya había dado una lección de manejo, pero ahora cada vez que el balón llegaba a él el cielo prestaba atención. La primera fue para Kagawa, que se perdió en su deseo por maravillar cuando el gol llamaba a su dorsal. Y no estábamos para adornos, como así se vio un minuto después.

Ocurrió que el Extremadura siguió jugando al fútbol (muy bien) y se cocinó dos nítidas ocasiones de gol que solo Cristian, en una intervención magistral a remate de López de Groot, y la impericia de Pastrana evitaron que el marcador nos abofetease. Fueron momentos críticos y Víctor movió de nuevo los sillones de los suplentes. Papu entró por Guti en un claro deseo por desabrochar el partido. Y algo cambió. La parroquia se activó y el talento dio paso a las oportunidades. Ros propició con un disparo de alambrada que el rechace lo recogiese Kagawa, que no acertó.

Afortunadamente, este equipo no rebla, no se deja el ánimo en la cuneta y siguió en la pelea. Y el gol llegó después de una jugada preciosa que inició Eguaras con un pase asombroso que rompió dos líneas de achique. El balón llegó a Suárez que no dudó en regalárselo a Kagawa para que, en carrera, batiese a Casto. Fue un gol de 24 quilates: en la generación, en el desarrollo y en la definición. Una explosión de júbilo bañó la grada y sirvió para activar la espoleta del equipo, que buscó el tercero con tesón. Papu estuvo a punto de lograrlo con un disparo cruzado pero el gol llegó tras otro pase diferencial de Eguaras.

Y de nuevo el receptor fue Suárez, pero esta vez el colombiano se quedó el balón tras dura pugna, mareó a media Extremadura con un taconazo de sí mismo para sí mismo y definió con la violencia del hambriento. Era el 3-1; era la victoria de un equipo cuya seña de identidad es la casta, la nobleza y el valor. Y la calidad y el talento. Y la fe en sus posibilidades. Todos estos argumentos sirvieron ayer para derrotar a un muy buen equipo que vino a Zaragoza a jugar al fútbol y a proponer limpia pugna a un Real Zaragoza que protagoniza el mejor arranque liguero desde la liga 1980-81. Sin duda este camino se parece mucho al que nos tiene que llevar de vuelta a casa. A Primera.

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Vigaray, Atienza, Clemente, Nieto; Eguaras, R. Guti (Papunashvili, 73), Soro (Javi Ros, 55); Kagawa; Dwamena (Pombo, 61) y Luis Suárez.

Extremadura UD:
Casto; Díez, Pardo, Granero, Caballo; Zarfino, Sergio Gil (Lomotay, 80); Pastrana (Valverde, 73), Márquez, Nono (Óscar Pinchi, 83); y Álex López de Groot.

Goles:
1-0, min. 12: Dwamena. 1-1, min. 53: Caballo. 2-1, min. 79: Kagawa. 3-1, min. 85: Luis Suárez.

Árbitro:
González Esteban (Comité Vasco). Amonestó a Dwamena (43) y Márquez (81).

Incidencias:
Partido de la 05ª jornada de LaLiga SmartBank disputado en La Romareda ante unos 26.000 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 5. De nuevo, Cristian fue “el Divino”.
Vigaray: 3. Irregular en diferentes fases del partido.
Atienza: 3. Bien en el corte, algo indeciso en balones aéreos.
Clemente: 4. Protagonizó varias acciones de alto mérito.
Nieto. 3. Su vocación ofensiva le hizo pagar factura en defensa.
Eguaras: 5. Magistral. Un partido para enmarcar: control, posición, gobierno y combinación.
Guti: 2. No acabó de encontrar el sitio.
Soro: 2. Descuidado en el control y desordenado.
Kagawa: 4. Asociado a Eguaras encuentra caminos imposibles. Goleó.
Dwamena: 4. Su trabajo es impagable. Con espacios es un titán. Goleó.
Suárez: 5. Es un jugador infinito. Abre líneas de fuego y fractura defensas. Goleó.
Ros: 4. Completó y complementó a Eguaras. Equilibró al equipo.
Pombo: 3. Pletórico de actitud. Trabajó con denuedo.
Papu: 3. Agitó el partido y abrió el paisaje.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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