RC Celta Vigo 4 – 0 Real Zaragoza | Crónica

Como alma en pena

El Celta de Vigo vapulea, con cuatro goles, a un Real Zaragoza que aguantó el tirón hasta el primer gol pero que después se descompuso de forma inconcebible. Canobbio en dos ocasiones, Jorge y Perera fueron los responsables de mostrar la desidia, la falta de compromiso y actitud, en definitiva la peor cara de un Zaragoza, al que ya sólo le queda vencer al Español el próximo domingo para quitarse, al menos la espinita de la final de copa, raíz de todos los males actuales.

Hace semanas decíamos, en alguno de estos artículos, que lo único que le podíamos pedir a este Zaragoza, después de haber perdido las opciones UEFA via liga y la final de la Copa del Rey, era que por lo menos diese la cara a nivel profesional, que no mostraran desidia personal ni colectiva, en definitiva que no vagaran «por compromiso u obligación» por los campos de España.

Pues bien, parece ser que algún indigno de esta plantilla debió leer aquella frase, porque la ha tomado como Credo y lo ha inculcado a sus compañeros cuan el padrenuestro en las catequesis de la primera comunión, aunque eso sí, justo al revés. Después de la mariscada que se debieron meter nuestros chicos cualquiera les pedía que trabajaran con un mínimo de dignidad, ética profesional, y lo que es más grave, con un mínimo de respeto hacia la afición zaragocista, hacia nosotros, por y para los cuales estos señores cobran.

Víctor, al que le pedíamos que hiciera alguna rotación en el equipo, se encargó de hacerlas justo en los puestos donde no hacían excesiva falta, cambió el 50% de la defensa, con Cuartero en la derecha y el obligado recambio de Capi por el lesionado Milito, y sacó un doble pivote de contención, Generelo con Zapater, que me deja frío, sin comentarios, sin ganas de recriminar nada al técnico, porque él solito se deja en evidencia.

Aún con todo, el partido comenzó vibrante, a la par que impreciso, por parte de los dos equipos, con muchas llegadas a las áreas aunque sin peligro evidente para ninguno de los dos porteros. En muchas ocasiones el balón iba más por el cielo de la capital de las Rías Baixas que por el lugar más idóneo para jugar al fútbol, el césped.

El Zaragoza lo intentó sin éxito con dos disparos desde lejos por mediación de Savio, el mejor de la noche, y de Ewerthon, muy activo hasta que… hasta el minuto 30. Y es que cuando corría la primera media hora de juego, el mediocentro celtiña, Oubiña, en plan estrella, le mete un balón en profundidad a Baiano que repele César en primera instancia en una salida espectacular, mientras el resto de la defensa se queda pidiendo fuera de juego. El rebote le cae a Canobbio que a portería vacía, mientras la defensa sigue protestando, no perdona y marca el primero para el Celta. Grave error de la defensa que tiró mal el fuera de juego, y más grave error aún que no hubiera nadie para despejar el rechace. Y eso que el Zaragoza jugaba con un doble pivote defensivo, pero… el Celta entraba en la defensa zaragozana cuan cuchillo en mantequilla.

Desde ese momento el Zaragoza intentó buscar el empate pero sin profundidad, sin convicción, sin orden ni concierto, y así lo mejor que podía pasar era que llegara el descanso para que Víctor reordenase un poco al equipo, hiciera algún cambio de esos ocurrentes a los que sólo él encuentra explicación, etc. Y dicho y hecho. El Zaragoza, después de haber comprobado que la defensa del Celta es una de las más seguras de la liga, o por lo menos una de las mejor colocadas, se llegó al final de los primeros 45 minutos habiendo disparado poco más de 3 veces entre los tres palos, así difícil difícil el marcar.

¡¡Un poquito de por favor!!

A penas había transcurrido 1 minuto de la segunda parte, y después de que Víctor saliera a dar instrucciones de última hora hasta el centro del campo, a dialogar con el intrascendente Óscar, y con alguno más de sus jugadores, va el celta y por mediación de Jorge Larena, y por supuesto, con la colaboración de César, que sale de forma defectuosa y ante el despiste generalizado de toda su defensa, marca el segundo para los celestes, para delirio de los gallegos.

Pero no sería el último que encajaba el Real Zaragoza, no no. A saque de corner, y tras la pifia de Aranzábal, que cubría a Perera en el primer palo, el susodicho Perera introduce el balón en las mallas. En cuanto al cuarto gol, éste llegó un minuto después del anterior, y tras una pérdida del balón en el centro del campo, Canobbio, por segunda vez, cerraba la cuenta goleadora del Celta con una soberbia vaselina que pilla a César adelantado y a la defensa como toda la noche, en la marisquería.

Detalles importantes, que César vio su quinta amarilla y no podrá jugar ante el Español la próxima semana, que Savio, al paso que va el Zaragoza, va a despedirse de España dando una imagen paupérrima y que este Celta apunta alto, apunta a UEFA y huele la champions, y eso gracias al trabajo de un hombre, Fernando Vázquez, al que por fin le salen bien las cosas en el fútbol español. Y lo más sorprendente de todo, el Celta es un recién ascendido.

Ficha Técnica

Celta de Vigo:
Pinto; Angel, Lequi, Contreras, Placente; Oubiña, Iriney; Jorge Larena (Núñez, m.63), Canobbio (De Ridder, m.81) Silva; Baiano (Perera, m.75).

R. Zaragoza:
César; Cuartero, Alvaro, Capi (Aranzabal, m.75) Toledo; Zapater (Sergio García, m.69), Generelo, Savio; Oscar (Celades, m.69), Ewerthon, Milito.

Goles:
1-0. m.30. Canobbio; 2-0. m.46. Larena; 3-0. m.78. Perera; 4-0. m.79. Canobbio.

Árbitro:
Rodríguez Santiago (Castilla-León). Amonestó con tarjeta amarilla a los jugadores del Zaragoza: César, Capi y Alvaro.

Incidencias:
Partido correspondiente a la trigésima cuarta jornada de Liga en Primera División disputado en el estadio de Balaídos ante unos 18.000 espectadores (6.000 de ellos, estudiantes de secundaria invitados por el club).

Puntuaciones (de 0 a 5)

César: 1. Le metieron 4 goles como 4 soles. Aunque tuvo buenas intervenciones, no se puede aprobar a un portero que encaja tantas dianas.
Cuartero: 1. No merece el aprobado ninguno de los miembros de la defensa aragonesa. Por el lado del pradillano llegó el primero de los goles.
Álvaro: 1. Estuvo muy revolucionado y muy poco efectivo. Cometió muchos errores de colocación. Mal una vez más el central brasileño del Real Zaragoza.
Capi: 1. Volvía a la que fue su casa y aunque no lo hizo mal del todo, sin alardes, sin complicaciones, tiene su parte alícuota de los dos primeros goles, dado que luego se tuvo que retirar lesionado con una sobrecarga.
Toledo: 1. En su línea. Como persona un crack, como futbolista, un negado. A ver si con un poco de suerte sube el Almería de Paco Flores y se lo lleva a su equipo.
Zapater: 2. Bregó y luchó en el centro del campo pero digamos que su pareja de baile no fue la mejor. Víctor se bebió el juicio una vez más al plantear un doble pivote defensivo.
Generelo: 2. Idem que Zapater. Bregó y luchó pero su pareja no le acompañó. No pueden jugar juntos porque no tienen el concepto de la creación tan avanzado como otros jugadores del plantel que extrañamente se quedaron en el banquillo.
Savio: 3. Sin grandes alardes fue el mejor del encuentro. Le dieron estopa sin parar pero lo intentó una y otra vez por su banda, la del 10. Lo vamos a echar de menos.
Óscar: 1. Intrascendente aunque activo. Fue sustituido y esta vez, si se enfadó, al menos lo disimuló.
Ewerthon: 2. Estuvo también muy activo en la primera parte, aunque carente de gol.
Diego Milito: 1. Desaparecido en combate desde hace varias batallas, debe querer reservarse los goles para el mundial, aunque si el seleccionador argentino ve su rendimiento en esta recta final de temporada…
Celades: SC. No movió al equipo como debió y se mantuvo intrascente.
Sergio Garcia: SC. Estuvo activo, como siempre, luchador incansable, como siempre, e inefectivo, como casi siempre.
Aranzábal: 1. Jugó poco rato, pero fue el culpable del tercer gol. Suspendido.

por Jose Carlos Franco (Joca)

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