Real Zaragoza 2 – 2 Spórting Gijón | Crónica

¿Un punto para la esperanza?

El Real Zaragoza consiguió igualar un choque que se le había puesto muy cuesta arriba tras un autogol de Obradovic y el penalti y expulsión de Jiri Jarosik. Con 0-2 el equipo sacó todo su orgullo y empató gracias a dos certeros disparos de Sinama Pongolle. El equipo sigue último pero manda señales de vida.

El Real Zaragoza continúa sin arrancar. No lo hizo frente a Deportivo, Málaga, Racing, Hércules ni Atlético de Madrid, ni tampoco este fin de semana ante el Sporting de Gijón. Es un equipo que se desangra con suma facilidad, al que le cuesta mucho crear ocasiones claras de peligro y que, para colmo de males, parece anclado en la adversidad. Sólo funciona a la heroica o cuando el rival se relaja. Ante el cuadro gijonés fue más de lo mismo, pero con un punto más de carácter y de acierto de cara al gol que, en cierta medida, invita a pensar que no todo está perdido.

Comenzó dominando el bloque zaragocista. El Real Zaragoza tocaba el balón en el centro del campo, movía el cuero de una banda a otra, llegaba con cierta claridad a la zona de tres cuartos de cancha… pero ahí terminaba su juego. Sin ideas ofensivas, sin una referencia clara en el área sportinguista, los de José Aurelio Gay eran incapaces de finiquitar cualquier jugada. El pase definitivo, el disparo, no llegaba. Sólo en el minuto 23 Sinama Pongolle inquietó tenuemente a Juan Pablo.

En la primera media hora ambos contendientes demostraron una falta de pegada abrumadora. El tedio se apoderó del césped. El Zaragoza no carburaba y, para colmo de males, Obradovic introdujo en su propia portería un centro sin aparente peligro de Lora. Desde entonces, y hasta el descanso, sólo Jarosik probó la seguridad de Juan Pablo bajo palos.

En el vestuario Gay movió ficha. Retiró del terreno de juego a un desafortunado Obradovic, dio entrada a Braulio y movió a Ponzio al lateral izquierdo y a Ander al mediocentro. El objetivo era ganar potencial ofensivo y creatividad en el centro del campo. Todo saltó por los aires cuando apenas se llevaban disputados dos minutos de la reanudación. Jarosik no controla bien un balón fácil, Barral le gana la partida y el central checo le derriba claramente dentro del área. Expulsión y penalti que Diego Castro se encargó de transformar.

Con La Romareda levantada en armas contra la gestión de Agapito Iglesias en la parcela económica, y de Pedro Herrera y Antonio Prieto en cuanto a la confección de la plantilla hace referencia, el Sporting comenzó su festival. Afortunadamente para el Real Zaragoza emergió la figura de Toni Doblas, que se encargó de desbaratar todas las acometidas de los de Manolo Preciado. Olía a goleada.

El Zaragoza era un ánima errante hasta que Sinama Pongolle le devolvió a la vida con un disparo seco desde dentro del área que Juan Pablo apenas pudo visionar. En su celebración el delantero francés tuvo un gesto muy feo hacia la grada, a la que mandó callar. Nadie, y menos un recién llegado, puede mandar callar a una afición que, si algo está demostrando, es tener una paciencia infinita con la actual situación del club. Pongolle se ganó las iras de la afición… pero pasó de villano a héroe en cuestión de cinco minutos, los que le costó recoger un servicio de Braulio, encarar a Juan Pablo y batirle por bajo en su salida para establecer las tablas en el electrónico. Con uno menos y la afición volcada el equipo se dejó el alma, realizando un derroche físico irreprochable. Cerrando con tres Gay se fue a por el partido, que se volvió completamente loco. No había centro del campo, no existían las transiciones y ambas escuadras se enzarzaron en un continuo intercambio de golpes del que, milagrosamente, salió vivo el conjunto zaragocista. Fue gracias a Toni Doblas y a que Bilic, Ayoze y Barral –que disparó a la escuadra- no tuvieron su mejor noche.

El Zaragoza también lo intentó hasta el final, con un Bertolo muy activo y un Ander Herrera desplegando fútbol por todos sus poros. Pero el milagro no fue posible. Al final empate a dos. Un punto, el cosechado, que debería marcar el camino a seguir a partir de ahora por la forma en que se consiguió: dejándose la piel en cada balón.

Ficha Técnica

Real Zaragoza:
Toni Doblas; Diogo, Jarosik, Contini, Obradovic (Braulio, min.46); Ponzio, Gabi; Lafita (Jorge López, min.69), Ánder Herrera, Bertolo; y Sinama Pongolle (Marco Pérez, min.75).

Sporting de Gijón:
Juan Pablo; Lora, Botía (Jorge, min.59), Gregory, José Ángel, Rivera (Matabuena, min.75), Eguren, Ayoze, De las Cuevas (Bilic, min.70), Diego Castro y David Barral.

Goles:
0-1. Min.33: Obradovic en propia puerta; 0-2. Min.47: Diego Castro de penalti; 1-2. Min.57: Sinama Pongolle; 2-2. Min.61: Sinama Pongolle.

Árbitro:
Ayza Gámez, del Colegio Valenciano. Amonestó con cartulina amarilla por el Real Zaragoza a Diogo y Ánder Herrera y por el Sporting de Gijón a Botía, José Ángel y Juan Pablo. Expulsó con tarjeta roja directa a Jarosik en el minuto 47.

Incidencias:
Partido correspondiente a la sexta jornada de la Liga de Primera División celebrado en el estadio de La Romareda, de Zaragoza, ante unos 22.000 espectadores con buena temperatura y viento y terreno de juego en buen estado.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Doblas: 5. Salvó a su equipo en numerosas ocasiones. Rápido de reflejos, imprimió carácter al equipo.
Diogo: 1. Derrochó pundonor, pero sufrió en exceso en defensa.
Jarosik: 1. Un error imperdonable le costó la expulsión. Hasta entonces estaba realizando un partido correcto.
Contini: 1. Sigue sin mandar y sin mostrar su contundencia. No está bien y el equipo le echa en falta.
Obradovic: 0. No aportó nada en ataque y cometió varios fallos en la marca. Además tuvo el infortunio de marcarse en propia meta. Sacrificado.
Ponzio: 1. Bastante apagado en ataque, únicamente se dedicó a abarcar espacio en el centro del campo.
Gabi: 2. No supo darle sentido al juego ofensivo del equipo, aunque luchó como el que más y siempre estuvo muy metido en el partido.
Lafita: 2. Intenta desbordar y generar peligro por la banda, pero sigue sin estar bien físicamente.
Ander: 3. Desapercibido como mediapunta, el equipo mejoró con él como mediocentro. Entonces sí ejerció como catalizador del juego ofensivo, aunque sigue faltándole remate.
Bertolo: 3. Al igual que Lafita, llevó bastante peligro por su banda, aunque ayudó más en defensa que el aragonés.
Sinama Pongolle: 4. Demostró que tiene pegada jugando con espacios y en velocidad. Su feo gesto hacia la grada le priva del sobresaliente.
Braulio: 2. Peleón y participativo, sirvió más para abrirle huecos a Sinama Pongolle que como amenaza atacante por sí mismo.
Jorge López: 2. Se involucró mucho en el juego ofensivo del equipo, alternando acciones de clase y calidad con errores.
Marco Pérez: SC. Apenas entró en juego debido al bajón físico del equipo en el tramo final del encuentro.

por Héctor Mendal

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