Villarreal CF 1 – 0 Real Zaragoza | Crónica

Y eras como una playa ahogada

Otra vez velas negras. De nuevo nuestros bajeles regresan a puerto mostrando el signo de la derrota en el horizonte seco y baldío para desolación de quienes nos quedamos tras las murallas patrias y no viajamos a la conquista de la ciudad del levante. Una vez más depositamos nuestra mirada en el sendero de la humillación para evitar las miradas inoportunas de quienes no pueden entender nuestro desamparo. Es una escena que no por conocida deja de ser dolorosa, más si lleva cosida en sus pliegues la injusticia, el merecimiento de una más adecuada recompensa. En otras palabras: jugamos como nunca, perdimos como siempre.

Y es que el partido fue un monumento a la osadía del pobre frente al orgullo del poderoso. El Real Zaragoza jugó ayer su mejor partido fuera de casa desde hace muchos, muchísimos meses. Le estampó en la cara al apuesto Villarreal una lección de audacia, tesón e, incluso, talento desesperado con la juvenil intención de derrotarle a base de voluntad y solidaria energía. Desde el primer momento nos mostró un rostro abierto, con una disposición táctica engañosamente defensiva, pues la alineación de tres centrales supuso no un amurallamiento de ejército disminuido sino una propuesta ofensiva de primer orden, con Diogo y Obradovic muy adelantados buscando con insolencia a Cani y Cazorla por todo el terreno para evitar sus envenenados pases interiores y, al tiempo, sumarse al ataque en cuanto hubiera un mínimo resquicio.

La idea cuajó, pues controlamos el partido, nos quedamos con el balón y llegamos a los dominios de Diego López varias veces y gozamos de varias ocasiones de gol como hacía tiempo no disponíamos. Sobre todo una de Uche, que podría haber supuesto un 0-1 valiosísimo, aunque anoche no era su momento y no pudo superar al portero amarillo. Es cierto que esta idea también propició que ellos dispusiesen de varios momentos de gran peligro, pero anoche Tonidoblas estuvo colosal. Protagonizó hasta tres momentos para enmarcar, dos manos a mano y un chut endiablado, que sirvieron para mantener nuestra portería a cero y armar la moral de nuestros muchachos, que poco a poco fueron capaces de construir un edificio de notable altura futbolística para irse al descanso con un inmerecido empate, teniendo en cuenta sus merecimientos y la valiente apuesta que habían ofrecido al espectador.

La segunda parte llegó bajo el vendaval zaragocista. Nuestros jugadores salieron enérgicos, decididos a lograr la victoria y quedarse con un botín que veían justo y cercano. Volvimos a vivir situaciones propicias de gol, recurrimos de nuevo a la velocidad de Uche, que no logró convertir otra magnífica ocasión, a la oportunidad de Bertolo, que permitió que le robaran la cartera en un mano a mano que no volverá a vivir, y Tonidoblas volvió a resolver cuanto llegó a su territorio, en un partido magnífico que justificó su solvencia y la justicia de su titularidad. Pero también el colegiado quiso jugar.

Turienzo esquinó la justicia de unas manos de Marchena y de un plantillazo en el área a Ander, pero estuvo muy despierto en el absurdo penalty que Ponzio cometió llevado por su pundonor y su vehemencia. Era el minuto 70 y de nuevo el fútbol era injusto con nuestra escuadra. No era posible que fuéramos tan infelices. No podía ser que la noche, que había nacido bajo la plata de una luna osada y lujuriosa, nos arrebatase con una acción torpe y aturdida la posibilidad de lograr una cucharada de miel largamente deseada. Pero fue. El penaltry lo transformó Rossi y el equipo acusó durante unos minutos el gancho de derecha del destino. Sin embargo, se recuperó.

Siguió la porfía. Continuó la pugna y los jugadores adelantaron sus corazones para buscar el gol del empate. Ander, Paredes y Lafita fueron los recambios y eso supuso otro paso más adelante, aunque quedaba muy poco tiempo y lo que no se había hecho hasta el momento era muy difícil que ahora lo pudiéramos lograr. Aún así, Turienzo evitó que un derribo a Jarosik fuese sancionado con libre indirecto y para cerrar su lamentable actuación castigó con amarilla una caída de Uche en el área que su propia ansiedad impidió que fuese sancionada con penalty. Eso es lo que les ocurre a los equipos necesitados, agonizantes, exangües. Eso les sucede a los equipos que llegan a a estas alturas del campeonato con la sangre corriendo a borbotón por su historia, con miles de heridas sin cerrar, con el cuerpo fracturado por la derrota. Les pasa que es muy difícil que todo salga bien y cualquier revés es la muerte. Y eso nos ocurrió anoche a nosotros.

El partido se perdió injustamente. No ha habido encuentro mejor jugado que este fuera de casa desde hace muchísimo tiempo. No habrá mejor atardecer para saborear la victoria que el de ayer. Pero no caben las lamentaciones. La camiseta rota de Ander cuando abandonó el Madrigal no debe ser sino una metáfora que obligue al zaragocismo a romperse el alma el próximo lunes en el choque frente Almería. Esa es nuestra verdad, derrotar a los andaluces y seguir la pelea. Si el equipo está vivo, que lo está, la afición tiene un mandato: sumar voluntades para arropar a sus muchachos. El lunes no hay malos sueños que valgan. Hay futuros que construir.

Ficha Técnica

Villarreal CF:
Diego López, Mario, Musacchio, Marchena, Catalá, Bruno, Borja Valero, Cazorla, Cani (Wakasso, m.71), Rossi(Joan Oriol, m.82) y Nilmar (Marco Ruben, m.71).

Real Zaragoza:
Toni Doblas, Diogo, Lanzaro (Lafita, m.71), Da Silva, Jarosik, Obradovic (Paredes, m.60), Gabi, Ponzio, Boutahar, Nico Bertolo (Ander Herrera, m.55) y Uche.

Goles:
1-0, m.71: Rossi, de penalti.

Árbitro:
Turienzo Álvarez (c. castellanoleonés). Tarjetas amarillas para los locales Cani y Borja Valero y para los visitantes Obradovic, Uche, Gabi, Ponzio y Lanzaro. Roja a Uche por segunda tarjeta al simular un penalti en el tiempo de prolongación.

Incidencias:
partido correspondiente a la jornada 32 del campeonato de liga disputado en El Madrigal ante unos 16.000 espectadores.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Toni Doblas: 5. Lo paró todo. Lo fácil, lo difícil y lo imposible. Un partido redonde de un portero que va a ser, ya es, uno de los argumentos más poderosos para lograr la permanencia.
Diogo: 3. Cumplió un trabajo difícil y complejo. Trabajó muy bien en el centro del campo y físicamente dio una lección de poder y energía. Además, se sumó al ataque con calidad y fuerza.
Lanzaro: 3. Aunque perdió un par de veces el sitio y la espalda, trabajó con interés y eficacia. Su presencia es más que interesante y su compromiso no deja lugar a las dudas.
Jarosik: 3. La disposición táctica le pasó factura y sufrió con los balones a la espalda de Cani, pero era el precio que había que pagar. Esforzado, luchador y voluntarioso a la hora de buscar el gol. Sí, sí, el gol.
Da Silva: 2. Su trabajo fue más oscuro aunque cumplió con tesón un difícil papeleta. La defensa de cinco, que en muchos momentos era de tres, era una propuesta compleja y de difícil ejecución, pero su dedicación es de valorar.
Obradovic: 3. Sin duda está creciendo partido a partido. Ofensivamente es notable y ayer también trabajó mucho y bien en defensa, sobre todo en la interrupción de las líneas de pase interiores del Villarreal.
Ponzio: 2. Muy trabajador y eficaz en su labor de “barredor”. Intentó el chut desde fuera en un par de ocasiones y estuvo donde se le necesitó. Su ímpetu nos cobró un penalty en contra, pero ¿quién se lo puede reprochar?
Gabi: 4. Intratable en el centro del campo. Estuvo, repartió juego, recuperó balones, empujó al equipo, distribuyó empuje…Es un jugador imprescindible.
Boutahar: 1. Tiene detalles de gran calidad y se espera siempre el pase imposible, pero su irregularidad, su inestabilidad y su intermitencia no es lo que necesita ahora el equipo.
Bertolo: 1. Lo intenta todo y siempre, pero le sobra individualismo. Falló un gol ante Diego López y le sobran dos regates cada vez que coge el balón. Si trabajase más la línea de pase sería la mejor aportación al ataque del equipo.
Uche: ¿0? ¿1? ¿Qué se le puede decir a un jugador que siempre está ahí pero no acaba de convertir sus ocasiones? Es nuestra mejor arma ofensiva pero ayer falló varias ocasiones clamorosas.
Ander: 2. Cumplió las instrucciones de Aguirre. Dio balones de oxígeno, recibió una falta que pudo ser peligrosa y se fajó con el mundo. ¡Ay! ¡Qué buen vasallo si hubiese buen señor!
Paredes: 2. Cumplió bien su trabajo. Mejor en ataque que en defensa, donde sufrió porque el partido estaba para sufrir. Colaboró en tareas ofensivas e incluso lanzó con peligro una falta.
Lafita. 1. Salió tarde y le falta ritmo y presencia. Puede mejorar (y mejorará).

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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