Villarreal CF 2 – 2 Real Zaragoza | Crónica

La delgada línea azul

Crónica dulce; agrio relato. ¿Con qué sueño nos hemos despertado? ¿A quién le contamos que estuvimos cerca del Cielo aunque casi nos devoran las llamas del Averno? ¿Cómo entender que es posible evitar un triunfo que pocas veces hemos sentido tan próximo? Es un laberinto en el que duermen los argumentos, pues este Real Zaragoza púber y enamorado de la moda juvenil peca de inestable vigor, lo que le llevó ayer a despreciar una victoria que, estoy seguro, en un par de meses no se le escapará.

Aguirre planteó un inteligente partido, sabiendo lo que le podía pedir a sus muchachos, conociendo lo que estos le podían dar. Rigor táctico, organización, estabilidad en sus líneas y atrevimiento si era posible mostrarlo. Y lo mostró. Ya en el minuto 3 Postiga afrontó el primero de sus desafíos y no encontró premio. Es un duelo con su destino que tendrá que resolver en algún momento, seguros como estamos de su calidad, si bien estos días los ocupa en otras tareas también valiosas aunque no tanto como el gol.

El partido no engañaba a nadie. El Villarreal trataba de cumplir con su destino y el Real Zaragoza lograba bloquear cualquiera de las ideas futbolísticas que han retratado a los levantinos últimamente. Pronto se vio que el choque era una pugna entre iguales. No vimos distancia entre los contendientes y en cuanto los aragoneses convencieron a sus oponentes de que allí había dos equipos con los mismos derechos y similares obligaciones comprendimos que la tarde podía ofrecernos titulares para recortar y guardar.

Y lo hizo. En el minuto 33 Luis García, el Duende de Vetusta, completó una magnífica jugada con Meira y logró un gol de videoteca tras un complejo control que le permitió acomodar el balón para superar a Diego López. Un golazo que abrió los pulmones del zaragocismo, que respiró hondo y esperanzado. Aquello funcionaba. El equipo cumplía obediente los planes del Vasco y se aprestaba a afrontar los últimos minutos de la primera parte con rigor y seriedad. ¿Pudo? No. Por si cabía alguna duda acerca de la solvencia de algunos colegiados, ahí estaba el novel Del Cerro para confirmar que esto del fútbol no sería lo mismo sin el concurso de árbitros como él. Se inventó un penalty y le tomó la matrícula a Lanzaro, al que al cabo de un rato le recordaría “quién manda aquí”. Rossi empató, tras repetición por paradinha improcedente, y el match se equilibró.

Quedaba muy poco para el descanso pero ya hemos dicho que este Real Zaragoza tiene las virtudes del adolescente impulsivo y ardoroso, las mismas que le llevaron a armar un impecable contraataque que culminó Barrera. Era un gol merecido, logrado para matar la injusticia y retirarnos al vestuario con la calma que otorga el éxito.

La segunda parte fue bien diferente. El Villarreal salió empujado por el temor a un fracaso que podría producir dolor y pánico en las filas castellonenses y acorraló al Real Zaragoza, que acusó el ímpetu del oponente mostrándose desordenado, apático y desorientado. Fueron diez o quince minutos horrendos que soportó como pudo, disparo de Cani al larguero incluido. Fue entonces cuando Aguirre sustituyó a Lafita por Micael, que saltó al Madrigal con ganas y clase. De él fue la primera ocasión para matar el partido y en sus botas se ordenó el juego zaragocista, lo que permitió que la tarde se calmase a nuestro favor. Y que Roberto comenzase su particular concierto. Ya en la primera parte había detenido algunos balones comprometidos, pero sería en esta segunda mitad cuando volviera a ganarse un nuevo sobresaliente con intervenciones excepcionales que impidieron que el Villarreal lograse el gol del empate.

Este llegaría a falta de ocho minutos para el final, pero previamente Del Cerro había castigado durísimamente al Real Zaragoza con una segunda tarjeta amarilla a Lanzaro que suponía su expulsión. Fue una decisión clave, pues el equipo quedaba con diez y, además, se desbarajustó en la cobertura, lo que propició que en un córner pésimamente defendido Hernán Pérez lograse el empate. Quedaba muy poco para finalizar el partido y el equipo acusó el golpe. Aun así, todavía dispondría Postiga de una ocasión para lograr el gol de la victoria. Una jugada en la que se quedó en una posición franca de remate no supo definirla, pues su chut salió fuera. Habría sido muy importante; habría sido magnífico conseguir ese gol y la victoria, pues el equipo está haciendo méritos para vivir en mejores territorios que los que ahora habita, pero está claro que va a tocar crecer haciendo frente a todos los inconvenientes que nos asaltan en cada recodo del camino.

Empate, pues. Empate bien ganado y buenas sensaciones futbolísticas. El crecimiento que está experimentando el equipo como grupo, que aún tiene que ganar poso, manejo de los tiempos y coordinación, y el de varios futbolistas de los llamados importantes nos animan a pensar que el futuro puede traernos vientos claros y azules. Como grupo Juárez y Barrera jugaron ayer un buen partido. Meira se está erigiendo en un ancla de jerarquía en el centro del campo. Postiga cumple un papel complejo y necesario y es un jugador que ofrece calidad y carácter, aunque aún le falta gol. Luis García está cumpliendo de sobra las expectativas y Ruben Micael y Juan Carlos completan al grupo con su talento y ganas de aportar. Mención aparte, por supuesto, merece Roberto. Sin duda uno de los tres mejores porteros de la Liga, está construyendo una imagen grandiosa a base de paradas imposibles, pero esa verdad nos lleva a intercalar un pero en tan gratificante noticia: no es bueno que en un equipo el mejor sea siempre el portero. Y eso, desafortunadamente, le está ocurriendo al Real Zaragoza. ¿Llegará la tarde en que el fuenlabreño se aburra?

Ficha Técnica

Villarreal:
Diego López, Mario, Musacchio, Zapata (Hernán Pérez, m.63), Catalá (Senna, m.80); Bruno, Borja Valero, Cani, De Guzmán (Gerard Bordas, m.76), Camuñas y Rossi.

Real Zaragoza:
Roberto, Juárez, Lanzaro, Da Silva, Paredes (Zuculini, m.73), Meira, Ponzio, Barrera, Luis García (Juan Carlos, m.65), Lafita (Ruben Micael, m.57) y Helder Postiga.

Goles:
0-1, m.35: Luis García. 1-1, m.41: Rossi, de penalti. 1-2, m.45: Barrera. 2-2, m.81: Hernán Pérez.

Árbitro:
Del Cerro Grande (Comité madrileño): mostró tarjeta amarilla al local Rossi y a los visitantes Juarez, Paredes y Roberto. Expulsó a Lanzaro (m.80), por doble tarjeta amarilla.

Incidencias:
partido de la séptima jornada del campeonato nacional de Liga, disputado en el campo municipal de deportes el Madrigal, ante 17.000.espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Roberto: 5. Si esto sigue así se nos van a acabar los cincos que compramos a principio de temporada. Y son muy caros.
Juárez: 3. Muy buen partido. Está alcanzando un nivel muy interesante en defensa y se entiende bien con Barrera.
Da Silva: 2. Empezó muy desorientado e inestable en el corte y mejoró conforme avanzó el partido. Aun así, necesitamos una mejor versión.
Lanzaro: 1. Su carácter a veces es excesivo y con árbitros como Del Cerro está condenado a la ducha.
Paredes: 1. Correcto en defensa pero no aporta nada en ataque. Ayer no dio un paso adelante y eso lo puede pagar el equipo.
Meira: 4. Me gustó mucho. Ha entendido muy bien su tarea defensiva y en ataque es una pieza básica. Su último pase se está convirtiendo en un gesto clásico en este Real Zaragoza y ayer también lo ejecutó.
Ponzio: 1. Era un partido propicio para su carácter y características. Es en choques como el de ayer donde más brilla, pero en el tramo final se desfondó y perdió capacidad defensiva.
Barrera: 4. Incisivo, combinativo, rápido. Y goleador. Completó un buen partido y se mostró como el extremo desbordante que nos habían dicho que era.
Luis García: 3. Excelente su definición e imprescindible su presencia en este equipo. Cuando adquiera la forma física que aún no tiene será un jugador emblema.
Lafita: 2. Su participación en los dos goles justifican la nota. Sin embargo, carece de continuidad. ¿Es Ángel Lafita un jugador de segundas vueltas?
Postiga: 2. Trabajador. Muy interesante su presencia, pues fija a los centrales y crea inquietud en el contrario. Sin embargo, le falta esa finura rematadora propia de los “9” de toda la vida. Ayer lo volvió a demostrar.
Micael: 2. Estuvo apenas media hora en el campo pero disfrutó de dos magníficas ocasiones de gol. Rescató para el equipo el balón que había perdido y consiguió estabilizar el encuentro.
Juan Carlos: 1. No tuvo la posesión de balón que necesita. Es tan desequilibrante que el Real Zaragoza no puede desaprovechar su presencia no dándoles balones.
Zucculini: 1. Breve aportación del argentino. Un tanto revolucionado, le dio un magnífico pase a Postiga que este desaprovechó.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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