RCD Espanyol 1 – 2 Real Zaragoza | Crónica

Hora llana de verano

Si la fe mueve montañas ayer el Real Zaragoza cambió de sitio la Pica d’Estats y la puso mirando a Cuenca. Si un partido como el que jugó frente al Espanyol lo consiguió ganar es que este grupo, y su comandante por encima de todos, creen que es posible lo que muchos ven como una quimera: lograr que el equipo pueda llegar a ser competitivo y conseguir los objetivos propuestos.

El partido de anoche, obstruido y seco como una tarde de agosto, no ofrecía desde el inicio argumentos para la esperanza. Con unos cuantos cambios en el once, entre los que destacaban la inclusión de Goni en el lateral y la ubicación de Pintér en lugar de Zuccu, estaba claro el mensaje de Jiménez: vamos a jugar a no jugar y a que pasen los minutos, pero a mí no me meten un gol como el del otro día y me cierran el partido a mitad de discurso. Y con ese párrafo comenzó la novela. El balón circulaba con poco criterio, tanto en unas líneas como en otras, y lo que pretendía ser un centro del campo sólido y molestón se transformó en un territorio en el que no pasaba nada y en el que no nacía ninguna jugada con apellido “gol”.

Lo que si sucedía, ta y como ocurrió en el “Carlos Lapetra” es que Verdú actuó una vez más como verdugo, si se me permite la gracia, de nuestra cobertura. Nuestra banda derecha sufría sus circulaciones y ahí se generaron también varias jugadas de estrategia que nos pusieron los pelos de punta. Hasta tres remates de cabeza ejecutaron los pericos sin que supiéramos cómo neutralizar semejantes acciones, lo que anunciaba malas noticias.

Estas llegaron a pocos minutos del descanso. Un balón muy mal despejado por Pintér llegó a las botas de Álvaro y el delantero blanquiazul fusiló a Roberto, copiando así el guión del partido frente al Valladolid. Mal broche para una primera parte en la que no se disparó ni una sola vez a puerta y en la que algunos jugadores no dieron la talla que se espera de ellos. ¿Vamos al Plan B?

Fuimos. Manolojiménez tiró por la calle de en medio y le dijo a Víctor, joven y hábil jugador procedente de Badalona, que saliera al campo y le rompiera la cintura a Capdevila. Esas eran las órdenes y a ello se dispuso. Sin emargo, antes pudo ver que Albín cometía un penalty que provocaba, además, su expulsión. Se hacía de día en plena noche, pues Apoño, especialista inmisericorde, batía a Cristian y empezaba un nuevo partido.

Obvio los comentarios generales que hablan de las facilidades que encontró el Real Zaragoza ante un rival con uno menos, que aquí somos especialistas en minusvalorar los méritos propios y ensalzar los ajenos, pero sí diré que Jiménez vio la necesidad de ser valientes y apostó por Aranda y Ortí para completar una apuesta por la victoria, antes que los chicos se acomodasen y pensasen que ya estaba bien así. Fue valiente y jugó a ganar, mensaje que recogimos como se recoge el viento que barre la llanura, y con ese paso adelante vimos a un equipo que, limitado y todo, porfió por el segundo gol.

Y no era fácil, pues el Real Zaragoza tiene un pasado reciente que le atormenta, que nos atormenta, y tiene que pasar aún mucho tiempo hasta que podamos vivir la placidez de los ganadores, pero se trabajó bien. Se disfrutaron ocasiones de gol, se recuperó la posesión del balón y, sobre todo, vimos cómo dos jóvenes jugadores, Víctor y Ortí, eran capaces de elaborar jugadas con as que limpiar las telarañas de la defensa contraria.

Y en una de esas llegó la incursión de Jorge, quien consiguió completar un centro al área pequeña que cazó Postiga con la rabia de quien lo ha luchado todo y nada ha recibido a cambio. Hasta ese momento. El gol fue justo premio. Sin fútbol, sin elaboración; con lucha, con fe. Así se logró la victoria. Así se llegó a la cumbre de la Pica d’Estats. Luego vino el error de Roberto, pero de eso ya se harán eco los demás.

Ficha Técnica

RCD Espanyol:
Cristian Álvarez; Javi López, Raúl Rodríguez, Héctor Moreno (Forlín, m.59), Capdevila; Víctor Sánchez, Cristian Gómez, Albín, Verdú, Wakaso (Tejera, m. 59); y Álvaro Vázquez (Rui Fonte, m.78).

Real Zaragoza:
Roberto; Goni, Álvaro, Paredes, Abraham; Pinter (Aranda, m.68), José Mari; Montañés (Ortí, m.85), Apoño, Edu Oriol (Rodríguez, m.46); y Postiga.

Goles:
1-0, min. 43: Álvaro. 1-1, min. 50: Apoño, de penalti. 1-2, min. 88: Postiga.

Árbitro:
Paradas Romero (colegio andaluz). Amonestó a Wakaso (m.38), Víctor Sánchez (m.78) y Raúl Rodríguez (m.84), por el Espanyol, y a Goni (m.14), Pinter (m.66), Rodríguez (m.82) y Montañés (min.83), por el Zaragoza. Expulsó al local Albín por doble amonestación (m.24 y m.49).

Incidencias:
Partido de la segunda jornada de Primer División, disputado en el estadio de Cornellà-El Prat ante 16.923 espectadores. Antes del inicio del encuentro, el club blanquiazul homenajeó a los diversos cuerpos y colectivos que participaron en la extinción del grave incendio en el Empordà (Girona) el pasado mes.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Roberto: 3. Tuvo algunos problemas en los balones aéreos de estrategia y al final ese centro que se le escapó. Aun así, cumplió.
Goni: 2. Muy nervioso al principio, sufrió con Verdú en la primera parte. La segunda parte mejoró y se incorporó al ataque con voluntad, hasta el punto de casi lograr marcar.
Álvaro: 3. Bien en el corte y en los balones aéreos. Se le notó más discreto en la salida del balón fruto de la presión contraria.
Paredes: 2. Mejoró su partido anterior. Ayer se ubicó mejor y logró interceptar varios balones de peligro.
Abraham: 2. Irregular en sus acciones. Alternó acciones de mérito en ataque con despistes defensivos.
Pintér: 1. Muy floja actuación. Muy histriónico en sus gestos y lento en el corte.
José Mari: 3. Muy acertado trabajo defensivo y buen registro en el trato al balón, sobre todo cuando gestionó los pases tras recuperación.
Apoño: 2. Está más cerca de parecerse al jugador que fue el año pasado. Manda, templa y reclama el balón en todo momento y eso facilita la construcción de un grupo homogéneo. Es cuestión de tiempo.
Edu Oriol: 1. Ineficaz. No fue capaz de sujetar el balón ni superar las líneas enemigas en ninguna ocasión.
Montañés: 1. Oscurecido por la noche catalana. No mostró al jugador descarado e incisivo que es.
Postiga: 4. Gran trabajo ofensivo. Luchó hasta la extenuación y provocó inestabilidad en a defensa españolista. Su gol, de libro.
Víctor: 3. Magnífico debut. Se creyó que era jugador de primera desde el primer segundo y jugó con Capdevila de tú a tú. aguantó al balón y desbordó, además de combinar con criterio.
Aranda: 3. Cumple a la perfección su papel de delantero potente, protector del balón y buen combinador. Su papel, hoy, es importante junto a Postiga.
Ortí: 3. Sólo por haber protagonizado la jugada del gol y haber mostrado tal bravura y descaro en los pocos minutos que estuvo en el césped, ya merece el aplauso.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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